El Tercer Mundo, entre la guerra y las negociaciones
Para el Tercer Mundo, el a?o que ahora concluye hab¨ªa comenzado bajo el signo de dos guerras civiles. Angola y L¨ªbano, cuyas secuelas permanecen a¨²n manifiestas. Y queda cerrado con la perspectiva de una gran negociaci¨®n, la de Oriente Medio y la continuaci¨®n de otra Rodesia, que va a tener hondas repercusiones sobre el futuro de la parte meridional del continente africano. Precisamente, esos dos conflictos inciden de manera directa sobre el desarrollo de ambos di¨¢logos internacionales; por otra parte han tenido tambi¨¦n como consecuencia el ahondamiento de las divisiones en esa vasta zona que s¨®lo tiene en com¨²n hasta ahora su subdesarrollo marcando mayores distancias entre los reg¨ªmenes progresistas y conservadores del ¨¢rea. A esto ha contribuido tambi¨¦n el contencioso saharaui que, nacido de una torpe descolonizaci¨®n por parte de Espa?a, ha suscitado una peligrosa tensi¨®n en el norte de Africa, donde uno de los pa¨ªses implicados. Argelia, ha institucionalizado una revoluci¨®n que aspira a ser un modelo de socialismo para el Tercer Mundo.Ha sido precisamente el conflicto angole?o sobre todo la instalaci¨®n en Luanda de un r¨¦gimen socialista, lo que ha empujado a la negociaci¨®n sobre el futuro de Rodesia, controlada por un r¨¦gimen minoritario blanco cuyos dias se pueden contar ya. El secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger logr¨® convencer al primer ministro rodesiano lan Smith de que la ¨²nica manera de mantener su naci¨®n bajo la ¨®rbita occidental era la v¨ªa del di¨¢loao con los nacionalistas africanos para llegar a la instalaci¨®n de un Gobierno de la mayor¨ªa, ya que si ¨¦ste se impon¨ªa por la fuerza de las armas el ?contagio? angole?o y mozambique?o ser¨ªa inevitable.
Por su parte, la guerra civil libanesa ha dejado a la naci¨®n en un lugar similar, a nivel interno, al existente al comienzo del conflicto hace dieciocho meses, eso s¨ª, dejando tras s¨ª un c¨²mulo de muerte y destrucci¨®n. Pero se ha tratado de una guerra que forzosamente hay que incluir en el plano de la regi¨®n, en el marco del conflicto de Oriente Medio, por eso hay que resaltar una primera consecuencia: la ?arabizaci¨®n? de L¨ªbano, impuesta por los 30.000 soldados sirios que ocupan su suelo. En segundo lugar ha representado un duro golpe para la resistencia palestina. Y es ¨¦ste un factor de importancia cara a la reanudaci¨®n de la otra conferencia de Ginebra, la que reunir¨¢ a ¨¢rabes e israel¨ªes, que debe tener lugar antes de marzo y con la presencia palestina, seg¨²n resoluci¨®n de la Asamblea General de la ONU, lo que ha supuesto un ¨¦xito para el movimiento palestino junto a otra decisi¨®n de la Asamblea de la organizaci¨®n mundial: la creaci¨®n de un Estado palestino sobre terrenos ocupados por Israel. Pero los palestinos, quebrantados por el conflicto liban¨¦s, no est¨¢n va en condiciones de explotar esos triunfos internacionales. Nuevamente han sido sacrificados por los pa¨ªses de la regi¨®n, Egipto, Siria, Jordania, que bajo la ¨¦gida de Arabia Saudita han saldado sus diferencias en aras a una ?soluci¨®n global? del conflicto en la l¨ªnea trazada por Kissinger.
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