El eurocomunismo italiano, frente a Mosc¨²
Se puede afirmar que la Uni¨®n Sovi¨¦tica ha cerrado en 1976 una dura pol¨¦mica con el eurocomunismo. Comenz¨® el 1 de diciembre el l¨ªder b¨²lgaro Todor Zivkov. El 4 de diciembre le contest¨® desde el ¨®rgano comunista L'Unita Pavolini, rechazando explicitamente tales errores de perspectiva, te¨®rica y pr¨¢ctica. El 20, el mismo diario comunista conden¨® como problemas sin soluci¨®n el canje Bukovsky-Corval¨¢n, y el 29, con un art¨ªculo ideol¨®gico de Roberto Romani, lleg¨® incluso a poner en duda la naturaleza misma del sistema sovi¨¦tico. ?No se trata ya de un simple desv¨ªo -se?al¨®-, sino de un sistema que, desde el punto de vista socialista, no funciona.
Naturalmente, Mosc¨² no soporta que le den lecciones de marxismo. La revista mensual ideol¨®gica del partido sovi¨¦tico, Kommunist, el ¨²ltimo d¨ªa del a?o, tach¨® de snobs provinciales a los partidos europeos que se niegan a intercambiar ideas con los partidos hermanos. El ataque, para darle m¨¢s oficialidad, no estaba firmado. Casi simult¨¢neamente, el semanario Novoe Vremja apoyaba el ataque citado con un art¨ªculo Firmado por Vadim Zagladin con el seud¨®nimo de Boris Vernin. que se ocupa en el Kremlin de las relaciones con los comunistas occidentales. A?¨¢dase a estas intervenciones la ad vertencia diplom¨¢tica a corresponsales extranjeros, entre ellos el de ABC, y la pol¨¦mica de Literaturnaja Gazela con el diario vespertino romano Paese Sera, paracomunista, que hab¨ªa defendido al corresponsal de Corriere della Sera en Mosc¨², Piero Ostellino, acusado tambi¨¦n de calumniar la realidad sovi¨¦tica.
Estos son los hitos de una pol¨¦mica que podr¨ªamos denominar de fin de a?o. A la Uni¨®n Sovi¨¦tica le interesa ante todo mostrarse defensora del esp¨ªritu de la conferencia de Helsinki en la lucha de las ideas y de la libre circulaci¨®n de las informaciones. En segundo lugar, le interesa salvar lo que el marxismo tiene o puede tener de teor¨ªa general. Los sovi¨¦ticos no quieren que bajo la etiqueta marxista suceda cualquier cosa. El metro de esa teor¨ªa general ser¨¢ siempre la realizaci¨®n del socialismo en la Uni¨®n Sovi¨¦tica El socialismo real es el sovi¨¦tico, los dem¨¢s son todav¨ªa ut¨®picos. Hablar de una pluralidad del marxismo es atentar por ahora contra las leyes generales del marxismo-leninismo. El leninismo no es una variante rusa del marxismo.
Las reglas generales del marxismo-leninismo son bien claras para Boris Vernin: destruir el poder del capital (entre capitalismo o socialismo tertium non datur), liquidar la propiedad privala, toma del poder por la clase obrera en alianza con otros trabajadores, y relaciones sociales de tipo socialista.
Estas reglas son precisamente las que Berlinguer trata de revisar. No se sabr¨¢ nunca a priori si lo hace porque le conviene t¨¢cticamente para conquistar el poder, bien por el primer y m¨¢s elemental paso de un Gobierno de emergencia con las fuerzas democr¨¢ticas, bien por medio de una coalici¨®n con la Democracia Cristiana. Por el momento, a Berlinguer -incluida la vieja guardia del partido- lo que le interesa es salvar la realidad. Se tiene que partir de lo concreto -ha dicho Giancarlo Pajetta, que en el partido se ocupa de las relaciones internacionales apenas de regreso de un viaje a Vietnam, con escala en Mosc¨²-: De lo concreto que est¨¢ hecho de la diversidad, no s¨®lo de las situaciones objetivas, sino tambi¨¦n de las experiencias, de los resultados y de los errores de cada uno.
Los comunistas italianos, en conclusi¨®n, lo que no soportan de la Uni¨®n Sovi¨¦tica es el dogmatismo. El marxismo de Marx y de Lenin les ense?a que es preciso no confundir generalizaciones arbitrarias y afirmaciones gen¨¦ricas, d¨¢ndoles un valor de leyes universales, con la realidad de las estructuras de cada sociedad, de las tradiciones de cada pa¨ªs. Esto quiere decir que su internacionalismo no puede quedarse en bonitas palabras, en frases de ritual, sin un debate real sobre la realidad. As¨ª se han comportado los comunistas italianos recientemente ante el canje Bukovsky- Corval¨¢n, y as¨ª se comportan ante los primeros pasos de un partido hermano como el espa?ol.
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