El sistema de subrogaciones de la ley de Arrendamientos debe conservarse
Los profesionales que integran un despacho de abogados especializado en la defensa de los inquilinos de las casas de renta antigua, han mostrado su total disconformidad con las declaraciones de los se?ores Navarro y Holguin, que hablaron en nombre del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliarla, y que se publicaron en EL PAIS el pasado 30 de diciembre.
En sus declaraciones, afirmaban la necesidad de derogar urgentemente la ley de Arrendamientos Urbanos, a la que consideran como perjudicial para los intereses de los propietarios de inquilinos de este tipo de casas. Por su parte, los abogados Jos¨¦ Luis P¨¦rez y Baldomero Rodr¨ªguez sostienen que esa derogaci¨®n s¨®lo beneficiar¨ªa al capital inmobiliario, que se har¨ªa con todo el centro de Madrid al poder desalojar a sus actuales habitantes.En su escrito, los abogados exponen que este sector de la poblaci¨®n y peque?os comerciantes, pertenecientes a las clases baja y media baja, al no tener poder adquisitivo para comprar o alquilar otra vivienda en el centro, tendr¨ªan que retirarse hacia los barrios extremos, formando nuevos ghetos.
?Lo que el se?or Holguin est¨¢n representando con sus palabras son los intereses del capitalismo inmobiliario de Madrid, que tiene intenci¨®n de tirar abajo toda la zona centro y casco antiguo, desde Cibeles hasta el Mazanares, para ampliar sus plusval¨ªas con los solares obtenidos, obligando a esa poblaci¨®n obrera urbana, que si vive todav¨ªa en el centro es gracias al sistema de subrogaciones contemplado en la ley de Arrendamientos, a emigrar a los poblados cercanos a la capital.?
El sistema de subrogaciones vigente concede derechos a los familiares de los inquilinos hasta el cuarto grado. Por ejemplo, si el titular del contrato de arrendamiento muere, sus familiares directos tienen derecho a quedarse con el piso en las mismas condiciones, lo que permite que viviendas situadas en el centro de Madrid paguen mensualidades de mil pesetas, cuando en las de renta libre alcanzan entre 15.000 y 40.000 como cantidades m¨¢s comunes.
?Si el Gobierno -contin¨²a el escrito- deroga la Ley de Arrendamientos Urbanos, actuar¨¢ favoreciendo los intereses de un s¨®lo grupo de presi¨®n, sin tener en cuenta ni la justicia ni los intereses de los trabajadores afectados.?
En unas declaraciones posteriores a EL PAIS, el abogado Baldomero Rodr¨ªguez expone que los propietarios de las casas de renta antigua lo que generalmente buscan es su declaraci¨®n de ruina para poder desalojar a sus ocupantes y vender el solar. Menciona como ejemplo el caso de once familias del distrito de Arganzuela, que van a ser desalojadas por esta causa, a pesar de que en su d¨ªa denunciaron ante al Ayuntamiento a su propietario por negarse a efectuar las mejoras necesarias.
Lo que se pretende realmente con la derogaci¨®n de la ley es, entre otras cosas, derogar el sistema de subrogaciones, lo que permitir¨ªa dejar los pisos vac¨ªos en pocos a?os, en los casos en que no se consiguiera la declaraci¨®n de ruina para el inmueble.
A veces el propietario vende la casa con inquilinos incluidos, y aunque lo hace m¨¢s barato que si vendiera directamente el solar, el beneficio que obtiene es tambi¨¦n muy elevado. El nuevo propietario se compromete a respetar los derechos de sus habitantes, aunque los puede echar si su intenci¨®n es construir otro edificio que albergue un tercio m¨¢s del n¨²mero de viviendas que tuviera el anterior. Te¨®ricamente, a ellas deber¨ªan regresar los inquilinos desalojados.
Todas estas consideraciones no pueden ser m¨¢s que generalidades, ya que la ley es muy compleja y contempla innumerables variantes, seg¨²n las caracter¨ªsticas de cada caso.
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