Las inconsecuencias de las feministas
La se?orita Pilar V¨¢zquez, adalid feminista, se estremece de estupor e indignaci¨®n porque una conocida artista -que s¨®lo debe pertenecer ?te¨®ricamente? a su sexo- se atreve a alabar una marca de calzoncillos. Sin duda Pilar V¨¢zquez habr¨ªa contemplado con mayor flema el elogio p¨²blico de cualquier prenda de lencer¨ªa femenina, como es usual en la publicidad de tales art¨ªculos. La nueva inconsecuencia en que caen estas feministas, en su lucha por una igualdad de trato, no puede ser m¨¢s flagrante ?O es que el calzoncillo no puede gozar del mismo trato que el sost¨¦n? Me temo, por otra parte, que el calzoncillo es un puro pretexto: lo que de verdad parece molestar a Pilar V¨¢zquez es la existencia de personas -tan representativas de su sexo como ella, y probablemente m¨¢s despiertas- que gracias a su trabajo y otros dones no tienen necesidad del feminismo para salir adelante.Las ¨²ltimas aportaciones del feminismo al pa¨ªs evidencian su rencor por las mujeres que no participan de ese ideario y que , como no podr¨ªa ser de otrra manera, se traduce en un filiste¨ªsmo, hipocres¨ªa e intolerancia. Refugiarse en la imagen de la mujer "trabajadora, estudiante, ama de casa" en oposici¨®n frontal a la se?ora "estupenda", es, aparte de poner de manifiesto la pobreza del repertorio de ese ideario, hacer uso del eterno equivoco moral que desde siempre ha utilizado la mujer "honrada" respecto a la "perdida". En otras palabras, que el feminismo es hoy por hoy uno de los baluartes de la gazmo?er¨ªa y de seguir as¨ª ni Nadiuska ni nadie tendr¨¢ que hacer el menor esfuerzo por desprestigiarlo. Para eso se bastan y sobran las feministas.
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