El Rayo, otro paso hacia el ascenso
El Getafe perdi¨® ante el Rayo algo m¨¢s que los p¨²ntos. Perdi¨® a Cruz, lesionado con rotura de fibras en una entrada que hizo a Rial, y para el pr¨®ximo partido a Alfonso, que vio el domingo su cuarta tarjeta blanca. El Rayo por contra, gan¨® dos positivos y se afianza en su privilegiada situaci¨®n de ascenso porque su juego result¨® m¨¢s compacto y sobre todo pr¨¢ctico que el de su rival.La victoria del Rayo lleg¨® de penalti, que no deja de ser un lance m¨¢s del juego, y el ut¨®pico empate del Getafe pudiera haberse producido si el ¨¢rbitro se hubiera decidido a castigar el empuj¨®n de Tanco a Salazar dentro del ¨¢rea. Pero esto no sirve como justificaci¨®n de una derrota que puso al Getafe en el grupo de descenso autom¨¢tico. El Rayo jug¨® el bal¨®n mejor, con un centro del campo poderoso, pele¨®n y libre de pegajosos marcajes. Esto fue para el equipo vallecano como un acorde¨®n que libr¨® de todo el trabajo posible a su defensa y hombres punta. Sin embargo, el Getafe, al no mostrar acierto en ninguna de sus l¨ªneas, aunque Zambrano jug¨® atr¨¢s como para proporcionar la suficiente serenidad, se desgast¨® y perdi¨® incluso la fe en sus posibilidades.
En los primeros lances del encuentro el excesivo, amantonamiento de hombres vallecanos en la zona ancha dej¨® s¨®lo en punta a Gonz¨¢lez y Alvarito. La medida adoptada por Garc¨ªa Verdugo la hac¨ªa peligrosa para su propioequipo; pues as¨ª Zambrano y -Cruz quedaron en todo momento libres y dispuestos para el ataque. La lesi¨®n sufrida por Cruz merm¨® las posibilidades del Getafe, pues Valle nunca pudo emular las acciones de su compa?ero.
A Garc¨ªa Verdugo le represent¨®, pues, un acierto. la disposici¨®n t¨¢ctica de sus hombres. La labor de Guzm¨¢n, Felines, Rial, Francisco y luego Macua result¨® sacrificada y positiva. En el centro del campo, los hombres del Getafe parecieron en inferioridad num¨¦rica por su anarqu¨ªa y desmoralizaci¨®n progresiva, defectos en los que Escalante y Alfonso llevaron la voz cantante. El Getafe intent¨® culminar sus acciones atacantes por medio de Salazar, empe?ado enjugar de espaldas a la porter¨ªa, y Mungu¨ªa, con muy espor¨¢dicas acciones, de su espectacular estilo. Como, N¨¢rriz luci¨® poco, al igual que Javi tras el descanso, la inoperancia local se hizo patente sin crear nunca claras ocasiones de marcar.
El Rayo, sobre todo en los comienzos de la segunda parte, cuando el Getafe se volc¨® sobre la meta de Alc¨¢zar, s¨ª que mostr¨® cualidades para aumentar la diferencia. Francisco, algo m¨¢s adelantado, llev¨® el bal¨®n con mucho peligro hasta que Garc¨ªa Verdugo decret¨® su cambio. El entrenador prefiri¨® el intento de asegurar la m¨ªnima ventaja que el de buscar un nuevo. gol, que, sin embargo, a punto estuvo de llegar en una penetraci¨®n de Guzm¨¢n tras robar un bal¨®n a Escalante en la zona central. En toda esta segunda parte Gonz¨¢lez y Alvarito, ¨¦ste totalmente desconocido por su, pasividad, m¨¢s que buscar la participaci¨®n directa en la jugada, trataron de abrir huecos a sus compa?eros que llegaban desde atr¨¢s.
De Las Margaritas se fueron, pues, dos nuevos puntos. El Getafe evidenci¨® poca consistencia y facilidad para que sus rivales punt¨²en en su campo. Su panorama es tan oscuro como brillante el del Rayo Vallecano si nos atenemos a lo que se vio el domingo sobre el cuidado c¨¦sped del equipo local.
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