Goleada enga?osa del Madrid
El Madrid gole¨® al colista, pero con este resultado no a?adi¨® ninguna gloria a su pobre primera vuelta. El partido fue soso y feo, especialmente en la primera mitad, y el portero contrario y el ¨¢rbitro colaboraron decisivamente en los dos primeros goles madridistas. S¨®lo en la segunda mitad, con el resultado a favor y la presencia de Vel¨¢zquez en el equipo, mejoraron algo las cosas.El colista M¨¢laga confirm¨® en Chamart¨ªn la justicia de su actual clasificaci¨®n, y present¨® facilidades a la goleada del Madrid, que no debe resultar enga?osa a la hora de juzgar su posible recuperaci¨®n. Su juego en la primera parte fue el peor en lo que va de temporada y consigui¨® aburrir a la clientela de Chamart¨ªn hasta el borde de la desesperaci¨®n. En esta primera parte llegaron dosgoles, uno para cada equipo: el madridista, a trav¨¦s de un golpe franco que lanz¨® Pirri y que Mel¨¦ndez dej¨® pasar, creyendo que iba fuera; el del M¨¢laga, en un contraataque aislado de un centrocampista que se perdi¨® y que, falto de compa?eros con los que colaborar, dispar¨® porque no pod¨ªa hacer otra cosa y coloc¨® el bal¨®n en la escuadra.
Aparte de estos dos goles, nada, absolutamente nada. Ni una acci¨®n llamativa de los porteros, ni un disparo m¨¢s con cierto peligro hacia alguna de las puertas. El Madrid, con Guerini de cerebro, Del Bosque y Breitner como perezosos acompa?antes en la media, Jensen muy falto de forma y Santillana y Roberto olvidados en punta a la espera. de alg¨²n bal¨®n alto, ofreci¨® una imagen desastrosa, s¨®lo salvada, como otras veces, por la voluntad de Pirri. Enfrente, el M¨¢laga no era otra cosa que un colista angustiado por su incapacidad, sin juego ni fe en s¨ª mismo, con un vulgar cerrojo que se revent¨® a la primera por culpa de la inseguridad de su portero y con dos hombres punta, uno de los cuales, su figura Esteban, ya traspasado al Barcelona, mostraba a partes iguales su poco deseo de riesgo y su falta de forma, consecuencia de su situaci¨®n militar.
En la segunda mitad compareci¨® S¨¢nchez Barrios en el puesto de Jensen, que nada hab¨ªa hecho salvo ser objeto de algunas zancadillas. Con el barbudo extremo y con el bochorno de los pitos que el p¨²blico les hab¨ªa dirigido, los madridistas se decidieron a apretar un poco m¨¢s. La tolerancia de Urrestarazu a una falta de Santillana, que derrib¨® a su marcador para recibir el bal¨®n y rematar, le vali¨® al Madrid ponerse otra vez por delante en el marcador, y m¨¢s tarde, cuando el juego segu¨ªa siendo casi tan malo y Vel¨¢zquez calentaba m¨²sculos en la banda, un centro de S¨¢nchez Barrios lo cabeceaba Roberto a gol.
El partido quedaba resuelto, y todo era ya dejar pasar los minutos. Afortunadamente para el p¨²blico, el equipo, con Vel¨¢zquez en el campo, se movi¨® bastante mejor y el aburrimiento cedi¨® un poco para dar paso a algunos, apuntes de espect¨¢culo, casi siempre dibujados por este jugador. El M¨¢laga, acaso porque vio que ya no ten¨ªa nada m¨¢s que perder, puso alg¨²n nuevo empe?o en la lucha, el panorama mejor¨® tambi¨¦n por ese lado y hubo tiempo para confirmar las posibilidades del atl¨¦tico Vilches, que en la primera parte hab¨ªa sido el autor del gol y que en la segunda se revel¨® como un centrocampista con posibilidades.
En cuanto al Madrid, que ya est¨¢ a seis positivos del Barcelona, ya queda dicho que aunque golease no se le vio mejor que otras veces. Se le vio mucho peor en la primera parte, y vulgar¨®n en la segunda. El ensayo de Guerini como cerebro s¨®lo vale tomarlo como una broma de Miljanic, y la suplencia de Vel¨¢zquez, como un desprop¨®sito m¨¢s de un t¨¦cnico que parece desconcertado. La semana pr¨®xima, la visita del Salamanca puede suponer otra oportunidad para tomar aire, pero acaso no sean prudentes m¨¢s ensayos descabellados.
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