La cosmogon¨ªa de Luis Goytisolo
La aparici¨®n de Recuento (1975) constituy¨® una sorpresa tras el prolongado silencio mantenido por Luis Goytisolo. Significaba en cierto modo compendio y ruptura de su obra anterior (Las afueras y Las mismas palabras) y el inicio de un nuevo ciclo formado por una tetralog¨ªa puesta bajo la advocaci¨®n general de Antagon¨ªa. Recuento fue as¨ª la primera entrega, y ahora nos llega la segunda con Los verdes de mayo hasta el mar.
Esta novela renueva y acrecienta la sorpresa del lector, lo mismo si es tomada aisladamente como si se lee en tanto que complemento y prolongaci¨®n de la primera, aun cuando no exista entre ambas una estricta ligaz¨®n argumental. Goytisolo sit¨²a aqu¨ª los personajes en un escenario muy concreto —la poblaci¨®n costabravense de Rosas y la geograf¨ªa atormentada del cabo de Creus y Cadaqu¨¦s—, el mismo que asist¨ªa al ?desenlace? de Recuento. Este dato podr¨ªa sugerir, al menos en principio, que el novelista intenta reducir el campo de an¨¢lisis a un microcosmos que por sus dimensiones se hiciera m¨¢s accesible al estudio. Pero pronto se advierte que no es as¨ª, sino todo lo contrario. A la reducci¨®n de dimensiones ?reales?. Goytisolo opone una mayor vastitud de intenciones que le conducen a intentar la formulaci¨®n de una aut¨¦ntica cosmogon¨ªa.
Los verdes de mayo hasta el mar
Representante de los partidos pol¨ªticos vascos en la Comisi¨®n Negociadora con el Gobierno
Luis Goytisolo Seix Barral, 1976
I. La emigraci¨®n republicana II. Guerra v pol¨ªtica III. Revistas, pensamiento. Educaci¨®n.
Tras esa afirmaci¨®n conviene detenerse y aclarar, en la medida de lo posible, la serie de elementos que entran en juego. Los personajes no son exactamente los mismos que pululaban en Recuento, pero s¨ª pertenecen igualmente a la burgues¨ªa cuyo entretejido Goytisolo conoce bien, puesto que es fruto y parte de ella, y que se ha propuesto diseccionar en todos sus componentes (hist¨®ricos, sociales, ¨¦ticos, pol¨ªticos, etc.), as¨ª como en sus diversos niveles de cobard¨ªa y frustraci¨®n con el prop¨®sito de explicarse mejor a s¨ª mismo. Personajes encuadrados siempre en fondos determinantes o determinados por su propia condici¨®n de clase. As¨ª el protagonismo de la ciudad que Goytisolo reavivaba dial¨¦cticamente en Recuento, as¨ª el paisaje de tierra y mar formando un solo conglomerado de personalidad en Los verdes de mayo. Pero aqu¨ª no se trata de una novela lineal que se limita a expresar el tedio y la angustia que arrastran esos personajes por las calles y los parajes de la poblaci¨®n costera, buscando alivio u olvido en el alcohol y el sexo —sacralizado—, sino de una narraci¨®n abierta, absorbente, que se desenvuelve en distintos planos correlativos y a partir de ellos aspira a insertarse en una totalidad generada por s¨ª misma.
Las criaturas se presentan como ?reales? en la medida que poseen identidad propia, aunque gen¨¦ricamente intercambiables, al mismo tiempo que se revelan imp¨²dicas como personales de ficci¨®n, creadas por la voluntad del novelista que aparece en el texto enfrascado en la tarea de elaborar la obra que el lector tiene en las manos. Es decir, que en el seno de la misma novela surge la figura de ?nuestro autor? tomando apuntes, plante¨¢ndose alternativas, reflexionando en voz alta sobre los amplios espectros de desarrollo introspectivo que le ofrece el ejercicio narrativo. De esta forma, el novelista parece querer integrarse con pleno derecho en el universo ?de clase? que conforman los j¨®venes burgueses con su orgi¨¢stico nihilismo, participar a pecho descubierto de la denuncia que formula, involucrarse en sus causas y efectos de culpabilidad heredada y culpabilidad asumida, en la b¨²squeda desesperada de un simple orificio de salida que no encuentra en la libertad de la atm¨®sfera, ni en la autonom¨ªa de las profundidades marinas, por que tal vez no exista para ¨¦l —para ellos— otro canal de escape que la desintegraci¨®n.
La diversidad de planos superpuestos en escala paralela, as¨ª como la indagaci¨®n y progresivo ensanchamiento de la cosmogon¨ªa que Goytisolo va estructurando a lo largo de la narraci¨®n, todo ello es puesto bajo la mirada del lector a trav¨¦s de una minuciosa elaboraci¨®n de la expresividad ling¨¹¨ªstica. O, dicho de otra manera, mediante la utilizaci¨®n exhaustiva de los recursos connotativos que le brinda la propia narraci¨®n y el lenguaje, manipulados ambos con tanta habilidad que consiguen el efecto de dotar de trascendencia lo que, en el fondo, no es m¨¢s que el juego superficial de un pu?ado de ?hijos de pap¨¢? dominados por el aburrimiento. Por otra parte, es l¨®gico admitir que el autor ten¨ªa que valerse de toda la gama de recursos a mano, si quer¨ªa bordear siquiera los dinteles de su ambici¨®n de prop¨®sitos. As¨ª se explica que como contrapunto a pasajes realistas en los que emplea un lenguaje directo y casi nunca recurrente (por ejemplo en los flash back que exponen las relaciones entre adultos y la iniciaci¨®n de los j¨®venes a la vida adulta casi siempre por v¨ªa de la experiencia brutal), se produzca la alternancia con otros de larga modulaci¨®n, construidos a base de engarces comparativos, donde el novelista encuentra la ocasi¨®n de trasladar la realidad inmediata a regiones estrictamente on¨ªricas, en las que todo elemento adquiere un valor simb¨®lico que, a su vez, contribuye a enriquecer los mecanismos de comprensi¨®n definici¨®n de la cosmogon¨ªa. No distorsiona que recrea un mundo de significados arrancados y revalorizados desde el fondo de los ancestros culturales, o nuevos por cuanto los sit¨²a en visiones imaginadas del futuro, partiendo con frecuencia de an¨¢lisis de situaciones sociales pr¨®ximas.
Pienso que despu¨¦s de estos brev¨ªsimos apuntes, queda bastante insinuado qu¨¦ es —en ¨²ltima instancia—la novela de Goytisolo. A?adir¨ªa, a manera de resumen, que se trata de una profunda reflexi¨®n en torno a una clase social —la burgues¨ªa— y su complejo nudo de contradicciones, situada en un tiempo y un espacio muy expl¨ªcitos: Catalu?a en el periodo comprendido entre la posguerra y los a?os setenta. Toda la enorme complejidad que conlleva el tema, encuentra su m¨¢s certero reflejo en esa tupida tela de ara?a que constituye el entramado sugerente de la novela, gracias a la potenciaci¨®n discursiva e imagin¨ªstica del lenguaje. Ahora bien, la cosmogon¨ªa de Goytisolo aspira a ser por encima de todo un testimonio y una denuncia que va mucho m¨¢s all¨¢ de la simple cr¨®nica de ?grupito social?, al estilo de la novela realista de los a?os cincuenta, y ante ese af¨¢n de alcanzar por todos los medios las ¨²ltimas consecuencias de su an¨¢lisis, uno no puede soslayar la cuesti¨®n de si tras esa novela Luis Goytisolo no se encontrara apresado en un dram¨¢tico cul-de-sac. O planteado en forma de interrogante: ?Qu¨¦ ser¨¢n —en el supuesto de que pretendan seguir siendo novelas— las dos ¨²ltimas entregas de la tetralog¨ªa, La c¨®lera de Aquiles y Teor¨ªa del conocimiento? Y dando un paso m¨¢s adelante: ?qu¨¦ vendr¨¢ despu¨¦s?
Doy por sobreentendido que Los verdes de mayo hasta el mar es una gran novela—y discutible por cuanto propone distintas lecturas— que no tolera apriorismos ni su reducci¨®n a esquemas de ning¨²n tipo. Escapa a todo intento de s¨ªntesis cr¨ªtica o simplemente valorativa. De ah¨ª, quiz¨¢, el inter¨¦s que ha despertado en mi, en tanto que lector, doblado de novelista, que participa apasionadamente en el juego inteligente a que se entrega Goytisolo explotando al m¨¢ximo los resortes narrativos. Con todo, debo confesar que en determinados momentos la exigencia de seguir al paso los hilos m¨²ltiples de la aventura se me hac¨ªa fatigosa.
Babelia
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