Acerca del control de la contaminaci¨®n madrile?a
He le¨ªdo en el diario EL PA?S del 15 de enero, y en su ¨²ltima p¨¢gina, un amplio art¨ªculo sin firmar que lleva por t¨ªtulo ?Supuestas irregularidades en la adjudicaci¨®n del control de la contaminaci¨®n madrile?a?, que necesita muchas aclaraciones, ya que no se ajusta a la realidad.Por acuerdo de la Comisi¨®n Municipal de Gobierno, en su sesi¨®n del 19 de mayo de 1976, se aprobaron los pliegos de condiciones que regir¨ªan el concurso de adjudicaci¨®n de la red autom¨¢tica de control de la contaminaci¨®n, incluido el mantenimiento del primer a?o en un precio de 95.145.200 pesetas, unido a un contrato de conservaci¨®n de cuatro a?os por un precio m¨¢ximo de 15 millones pesetas/a?o.
El precio de instalaci¨®n era fijo y se dec¨ªa que las mejoras se realizasen ofreciendo m¨¢s elementos sobre una cantidad m¨ªnima exigida en el pliego de condiciones para ser admitidas en el concurso.
El pliego de condiciones de conservaci¨®n es extraordinariamente duro y contempla importantes sanciones econ¨®micas para cualquier tipo de fallo en el funcionamiento del sistema, estando ¨¦stas garantizadas, adem¨¢s de la fianza reglamentaria, por un aval bancario complementarlo.
No era el precio del mantenimiento fijo, ni mucho menos, sino que se fijaba como m¨¢ximo el de 15 millones de pesetas, pero su disminuci¨®n era verdaderamente importante en la oferta, puesto que, dada la elevada cuant¨ªa de las sanciones econ¨®micas, con toda seguridad cobrables por venir garantizadas con la fianza y aval bancario complementario, indicaba la mayor o menor seguridad en el funcionamiento sin aver¨ªas de la instalaci¨®n ofrecida o que el sistema empleado ten¨ªa un mayor o menor costo de mantenimiento debido al mayor o menor uso de inateria.les fungibles.
El criterio t¨¦cnico para informar la selecci¨®n fue clar¨ªsimo y consisti¨® en considerar tres puntos fundameritales: 1.? Clasificaci¨®n desde el punto de vista de los materiales ofertados, es decir, cu¨¢nto ofrec¨ªan m¨¢s que el m¨ªnimo exigido por el pliego de condiciones. 2.? Clasificaci¨®n por los costos de mantenimiento. 3.? Clasificaci¨®n en func¨ª¨®n de la experiencia de la emprelsa en instalaciones similares.
Previamente a la selecci¨®n final se efectu¨® una preselecci¨®n en la que quedaron incluidas Standard El¨¦ctrica, S. A., Seco¨ªnsa y Phillips Ib¨¦rica, S. A. Despu¨¦s de esta primera selecci¨®n, la clasificaci¨®n en Cuanto al primer punto fue la siguiente: 1.? Standard El¨¦ctrica, S. A.; 2.? Secoinsa; 3.? Phillips Ib¨¦rica, S. A.
En cuanto al segundo punto, la clasif icaci¨®n es la siguiente: 1.? Secoinsa, con 10 millones de pesetas/a?o; 2.? Standard El¨¦ctr¨ªca, S. A., 14 millones de pesetas/a?o; 3.? Phillips Ib¨¦rica, S. A., 15 millones de pesetas/a?o.
En cuanto al tercer punto, copiamos del informe las referencias presentadas en los documentos objeto de la apertura de pliegos: Ph¨ªllips Ib¨¦rica, S. A., presenta referencias de 66 redes instaladas a partir de 1970; Secoinsa aporta una declaraci¨®n jurada de que dispone de toda la tecnolog¨ªa de FUJITSU y esta casa aporta referencias de instalaciones desde 1967 que consisten en las siguientes: diez sistemas de contaminaci¨®n, cuatro sistemas de control de contaminaci¨®n en origen, un sistema de control fotoqu¨ªmico de humos, un sistema de distribuci¨®n de informaci¨®n de contaminaci¨®n, dos sistemas de control de ruidos, un sistema de proceso de datos sobre contaminaci¨®n atmosf¨¦rica, un sistema de control de contaminaci¨®n de aguas, un sistema de control ambiental en industrias, un sistema de control rad¨ªol¨®gico.
Standard El¨¦ctrica, S. A.,indica referencias de los monitores instalados y del miniordenador y ecluipos perif¨¦ricos instalados.
Quedan,pues, en este punto de experiencia, totalmente destacadas Philips y Secoinsa.
Dado el alto costo de conservaci¨®n de Philips Ib¨¦rica, S. A. y que de las tres era la que menor ampliaci¨®n de materiales hac¨ªa sobre el m¨ªnimo del pliego de condiciones, se consideraron de nuevo la relaci¨®n Standard-Secoinsa, a pesar de que la primera carec¨ªa en absoluto, seg¨²n lo expuesto en su oferta, de cualquier tipo de experiencia de instalaci¨®n de una red completa de contaminaci¨®n atmosf¨¦rica.
Partiendo de los precios de las ofertas, se efectu¨® un tanteo aproximado de la valoraci¨®n de los elementos que Standard El¨¦ctrica, S. A., ofrec¨ªa m¨¢s que Secoinsa, lleg¨¢ndose a la conclusi¨®n de que pod¨ªa considerarse que representaban unos 9.800.000 pesetas, mientras que la diferencia del contrato de conservaci¨®n de Secoinsa representaba en los cuatro a?os 16 millones de pesetas,que se incrementar¨ªa, puesto que este contrato, seg¨²n el pliego de condiciones, es objeto de f¨®rmuIa de revisi¨®n, por lo que independientemente de la experiencia el conjunto instalaci¨®n y contrato de conservaci¨®n resultaba favorable a Secoinsa y en estas condiciones ser¨ªa muy dif¨ªcil de justificar a unos administradores del pueblo de Madrid, el adquirir el riesgo que siempre implica la primera instalaci¨®n que realiza una empresapor muy alto que sea su grado de capacitaci¨®n t¨¦cnica.
Por ¨²ltimo, simplemente aclarar que no ha tenido conocimiento en su selecci¨®n de los miembros del consejo de administraci¨®n de las empresas concursantes. En la actualidad conocemos por la informaci¨®n aparecida la de Secoinsa, pero seguimos desconociendo qui¨¦nes Integran los de Standard Ib¨¦rica, S. A. y de Phillips Ib¨¦rica, S. A., que aunque son p¨²blicos, no Ios hemos conseguido por no ser criterio en su elecci¨®n las personas f¨ªsicas que forman los consejos de administraci¨®n de las empresas.
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