El contencioso con Catalu?a
1. Entonces, si en definitiva el problema no existe, ?por qu¨¦ sigue planteado un virulento contencioso entre Catalu?a y el resto del pa¨ªs? La cosa es compleja y creo que las causas pueden reunirse en dos grandes grupos. Unas valen para todos los estados y ?regiones? y son de general aplicaci¨®n y otras son espec¨ªficas de Catalu?a.Empecemos por las primeras y olvid¨¦monos por un momento de Catalu?a. Vamos a argumentar en pro de la descentralizaci¨®n de modo general y t¨¦cnico.
2. Llama la atenci¨®n el resurgir de los movimientos federalistas, autonomistas y regionalistas por todos los pa¨ªses industrializados modernos. V¨¦ase si no el caso de Escocia en Gran Breta?a, de Breta?a en Francia o de Quebec en Canad¨¢. Incluso en los, pa¨ªses que ya eran federales se agudizan los deseos de descentralizar. Se est¨¢ entrando por el camino del llamado Nuevo Federalismo, que se basa m¨¢s en el prop¨®sito de coordinar que en el de dividir, pero que alimenta la descentralizaci¨®n. Esto tiene una explicaci¨®n y no obedece al azar. Resulta de la situaci¨®n real del mundo contempor¨¢neo. No es nada espec¨ªfico, ni de Espa?a, ni de Catalu?a. Eso no quiere decir que el problema catal¨¢n no se superponga al planteamiento t¨¦cnico que voy a esbozar, y lo haga m¨¢s amplio y dif¨ªcil. Lo qu¨¦ digo es que la base del problema y, la necesidad de descentralizar surgir¨ªa con o sin Catalu?a. Si me permiten, iremos por partes.
3. Creo que desde el momento, hace siglo y medio, en que las complejidades econ¨®micas de los pa¨ªses industriales empezaron a ponerse de manifiesto, se comenz¨® a hablar sistem¨¢ticamente de descentralizaci¨®n.
Descentralizaci¨®n pol¨ªtica, con todo el gran tema de organizaci¨®n social que gira alrededor del federalismo.
Descentralizaci¨®n administrativa, m¨¢s pr¨¢ctica y m¨¢s limitada que la anterior, pero tambi¨¦n m¨¢s inevitable.
Contadas personas, por lo. menos en el campo democr¨¢tico, creen, en efecto, que un pa¨ªs moderno puede ser administrado con ¨¦xito de forma centralista. Esta parece ser la actitud m¨¢s aceptada por los tratadistas.
4. En lo fiscal y financiero, signo que imprime car¨¢cter en materia de descentralizaci¨®n y en todo, se sostiene con raz¨®n por los economistas que creen en la econom¨ªa de mercado que el Estado no debe desarrollar actividades p¨²blicas que puedan ser realizadas por los ¨®rganos locales de gobierno. Y ello porque:
1.? Tiene sentido que los temas econ¨®micos que s¨®lo interesan a una regi¨®n o municipio deben ser resueltos a gusto de los interesados, o sea por ellos mismos. Se fomenta asila eficacia.
2.? La participaci¨®n de los ciudadanos en la expresi¨®n de sus necesidades y deseos as¨ª como su eventual participaci¨®n en la administraci¨®n p¨²blica son m¨¢s f¨¢ciles. Se fomenta la gesti¨®n democr¨¢tica de la cosa p¨²blica. En el fondo son siempre aspectos de eficacia. No se olvide que las finanzas p¨²blicas democr¨¢ticas consideran eficaz la mejor satisfacci¨®n del contribuyente. Si las necesidades de ¨¦ste se identifican mejor a nivel local, la eficiencia hacend¨ªstica democr¨¢tica tiene que abogar por la descentralizaci¨®n de las decisiones.
Entre nosotros, los que se dejan llevar m¨¢s por la pasi¨®n que por sus conocimientos afirman que el federalismo es una f¨®rmula periclitada que existe como reliquia hist¨®rica encaminada a su propia desaparici¨®n. Todos sabemos que esto no es as¨ª. Si bien el Estado omnipotente, el Leviathan de Hobbes, est¨¢ m¨¢s presente que nunca, la campa?a por los derechos y prerrogativas de los Estados federados tiene en USA una fuerza cada d¨ªa mayor.
5. Al planteamiento tradicional antes esbozado la problem¨¢tica actual a?ade nuevos argumentos regionalistas y descentralizadores. Por ejemplo, el desarrollo econ¨®mico es desequilibrado en el espacio y esto nos lleva a estudiar soluciones y pol¨ªticas por regiones.
A este respecto cabe decir que est¨¢ muy de moda, por parte de funcionarios y profesores al servicio del Estado, afirmar que la descentralizaci¨®n s¨®lo sirve para crear desigualdades intolerables entre regiones. ?Es que esos se?ores creen que no nos hemos dado cuenta de que esos desequilibrios se han producido mientras esos mismos se?ores gestionaban uno de los Estados m¨¢s centralizados del mundo? La pobreza de Ja¨¦n no viene, si acaso, de Barcelona, sino de Madrid.
6. En toda esta problem¨¢tica juega un papel importante el proceso de urbanizaci¨®n paralelo al desarrollo de la sociedad industrial moderna. Este fen¨®meno aboga por la descentralizaci¨®n porque incrementa unos problemas de car¨¢cter eminentemente local, que s¨®lo pueden ser resueltos in situ, pero que por su magnitud pesan sobre el pa¨ªs entero.
El fen¨®meno de la urbanizaci¨®n es el resultado del proceso de industrializaci¨®n, que a su vez est¨¢ en el coraz¨®n del desarrollo econ¨®mico. No es, pues, un fen¨®meno accidental o t¨ªpico espa?ol o que pueda evitarse. La urbanizaci¨®n de la sociedad industrial moderna es inevitable y habr¨¢ que aprender a vivir con ella. Por lo dem¨¢s, el coste social de las grandes ciudades es conocido.
Si pensamos que m¨¢s de la mitad de los espa?oles vive en n¨²cleos urbanos de tama?o inc¨®modo, comprenderemos que este problema local afecta a todo el pa¨ªs y exige que el pa¨ªs ponga recursos financieros descentralizados en cuant¨ªa sin precedentes a disposici¨®n de los entes locales para enfrentarse con el problema.
7. Pero no es s¨®lo esto: la teor¨ªa econ¨®mica, por caminos que no es del caso recordar aqu¨ª, ha creado el concepto de regi¨®n. Las ¨¢reas metropolitanas, las mancomunidades municipales y provinciales, las regiones- frontera, las regiones subnacionales y supranacionales, son conceptos que utiliza la ciencia regional moderna, en las universidades de todo el mundo, sin acordarse de la cuesti¨®n catalana. El enfoque espacial y regional se impone al calor de las ciencias econ¨®mica y geogr¨¢fica y con plena independencia del catalanismo.
8. Por otro lado, la supranacionalidad ha empujado hacia adelante toda la problem¨¢tica regional. Una Europa unida es mucho m¨¢s eficiente que los Estados miembros a la hora de la defensa y de la pol¨ªtica internacional y de la explotaci¨®n de la energ¨ªa at¨®mica, por ejemplo. Pero resulta inmanejablemente vasta a la hora de resolver el tr¨¢fico de una ciudad determinada o su escolaridad y aun su administraci¨®n de justicia. Hacen falta agrupaciones de municipios en las llamadas ¨¢reas metropolitanas y de provincias en regiones naturales y jur¨ªdicas. La regionalizaci¨®n -regi¨®n en sentido geom¨¦trico y funcional- aparece como la soluci¨®n. Esta es la tendencia europea de hoy. Seg¨²n todos los criterios, Catalu?a es una de estas regiones, adem¨¢s de otras cosas. (Quisiera advertir que esta regi¨®n es un primer paso, necesario pero no suficiente, para llegar a la regi¨®n hist¨®rica que abarca etnias, historia, cultura, etc¨¦tera.)
9. Yo creo, pues, que poderosos motivos t¨¦cnicos -eficacia- y pol¨ªticos -democratizaci¨®n- abogan por una descentralizaci¨®n seria. As¨ª lo prueba la teor¨ªa a trav¨¦s de la doctrina y lo corrobora la pr¨¢ctica pol¨ªtica en Europa y Am¨¦rica. (Continuar¨¢)
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