Los "Testigos de Jehov¨¢" se consideran bueno estudiosos de la Biblia
Julio Ricote Garrido dice tambi¨¦n: ? Testigos de Jehov¨¢ son personas que dan testimonio de Dios. El mayor y m¨¢s fiel testigo de Jehov¨¢ es Cristo Jes¨²s, llamado en la Biblia Testigo Verdadero. Abel fue el primer testigo, as¨ª le llama el ap¨®stol Pablo. Y Cristo es tambi¨¦n la ¨²nica cabeza jer¨¢rquica de nuestra Iglesia?. Julio Jicote Garrido, abogado, casado joven, es anciano entre los Testigos de Jehov¨¢ y superinten dente presidente de la congregaci¨®n de La Latina, Madrid, de esta confesi¨®n. El nos facilita los datos que construyen la semblanza sobre esta Iglesia en Espa?a.El principio del fin
Estamos en el Sal¨®n del Reino de la calle de Mart¨ªn de Vargas. Es como lo que, en otros estratos suele llamarse un sal¨®n de actos. Un aula grande, unas filas de butacas y una tarima con una especie de peque?a tribuna con micr¨®fono. Moderno, funcional, sin cuadros, sin adornos, sin im¨¢genes ni sagradas ni paganas. Es el lugar de reuni¨®n y de cultos de los Testigos de Jehov¨¢. Concretamente en ¨¦ste llevan ya varios a?os, pero ahora se le ve remozado.
?Somos una organizaci¨®n -dice Ricote- compuesta por personas de todas clases sociales que predican las buenas nuevas del Reino de Dios y tratan de hacer disc¨ªpulos en cumplimiento de una profec¨ªa de Jesucristo en la que anunci¨® que estas buenas nuevas se predicaran a todas las naciones y entonces vendr¨ªa el fin. Hay muchos signos que hacen evidente que el fin est¨¢ pr¨®ximo:, el deterioro mundial en diversos ¨®rdenes, el econ¨®mico, el pol¨ªtico, en, la salud, en las relaciones humanas... Es la se?al dada porJes¨²s.? Los Testigos de Jehov¨¢ no creen en la Sant¨ªsima Trinidad -?Jesucristo es el Hijo de Dios, no Dios?-, ni tampoco en ?ese -infierno de fuego lleno de almas?, ?aunque s¨ª en la promesa de la vida eterna, pero considerando el alma como la persona, no separada del cuerpo?.
?Los hombres -se?ala Ricote- volver¨¢n al para¨ªso, restaurado en la Tierra, cuando llegue el Reino de Dios. Este Reino estar¨¢ regido por un Gobierno, el de Dios, ejercido por Cristo y sus asociados en el Cielo. Este Reino qued¨® establecido en los Cielos en 1914. Y cuarenta a?os antes precisamente, se anunci¨® que 1914 se?alar¨ªa un punto de viraje en la historia humana. El anuncio se hizo en diversas publicaciones de los Testigos de Jehov¨¢ y los hechos le dieron la raz¨®n, a pesar de que nadie en 19 13 pod¨ªa pensar que al ano siguiente estallar¨ªa ,la gran guerra, la I Guerra Mundial. Ese fue el principio del fin. El inicio de la ¨²ltima etapa, antes del Reino de Dios, en la que se suceder¨¢n toda clase de calamidades, como las que estamos ya padeciendo, y en la que se luchar¨¢ naci¨®n contra naci¨®n. Hasta 1914 se hab¨ªa luchado ej¨¦rcito contra ej¨¦rcito, eran guerras convencionales. 1914 cambi¨® por completo la situaci¨®n y el deterioro mundial ha seguido. ?
Los "testigos" modernos
Si bien Abel fue el primer testigo y otros le han sucedido, los modernos testigos surgen en 1870, a partir de Charles Taze Russel, nacido en Pittsburg (USA). ?Comerciante e hijo de comerciante, no se le considera fundador, ni cabeza, sino uno m¨¢s, que, en su d¨ªa, abandon¨® su negocio y se dedic¨® al estudio de la Escritura y a la predicaci¨®n. En 1876 cre¨® la revista La Atalaya, con mil ejemplares de tirada, y que hoy cuenta con una tirada de 10.350.000 ejemplares, con car¨¢cter quincenal, publicada en 78 idiomas. Luego naci¨® otra revista tambi¨¦n quincenal, Despertad, de similar tirada en la actualidad?.Seg¨²n datos de septiembre de 1976, en el mundo hay hoy d¨ªa 2.248.000 testigos de Jehov¨¢. A la cabeza figura Estados Unidos, con m¨¢s de medio mill¨®n, y siguen Nigeria, con 115.000; Brasil, con 111.000, y Alemania, con 108.000. La expansi¨®n en Estados Unidos, pa¨ªs de origen, tuvo en la radio, durante la d¨¦cadas de 1920-40 un gran veh¨ªculo de difusi¨®n. En Espa?a son aproximadamente unos 38.000 y otros tantos se encuentran en per¨ªodo de iniciaci¨®n. Una de las primeras visitas a Espa?a de un testigo de Jehov¨¢ fue en 1925, cuando su segundo presidente, se?or Yutterford, vino a dar una conferencia. En 1930-31 ya funcionaba una primera sucursal con sede en la calle de Cadarso, de Madrid. Hoy cuentan en Espa?a con unos 450 lugares de culto para unas setecientas congregaciones. El Sal¨®n del Reino es el lugar de culto autorizado. ?De hecho es un lugar de reuni¨®n para el estudio de la Palabra de Dios. No son lugares sagrados, porque no los tenemos?. En los salones del Reino se tienen cinco reuniones semanales. En Madrid existen unas cincuenta congregaciones con 5.000 testigos bautizados y otros tantos simpatizantes. Los testigos est¨¢n repartidos por toda la Tierra y se agrupan en 40.000 congregaciones. Se distribuyen en circuitos, que comprenden veintid¨®s congregaciones; varios circuitos componen un distrito, varios de ¨¦stos, una sucursal, que suele coincidir con la delimitaci¨®n de un pa¨ªs, y varias sucursales, una zona. En Brooklyn (Nueva York, USA) est¨¢ la sede administrativa de los Testigos de Jehov¨¢ organizada como corporaci¨®n jur¨ªdica. ?Es una asociaci¨®n jur¨ªdica formada por hombres y mujeres de todas clases y razas. No existen jerarqu¨ªas. No hay seglares y laicos. Todos son hermanos. Y si hay responsables, ¨¦stos son los ancianos y los siervos ministeriales. Esta ancianidad no se entiende en sentido cronol¨®gico sino de madurez y tales personas est¨¢n destinadas a las funciones doctrinales, de ense?anza, pastoreo y judiciales. Los siervos ministeriales se dedican principalmente a las cuestiones administrativas ?. La financiaci¨®n -a?ade Julio Ricote- se basa en la contribuci¨®n espont¨¢nea de los hermanos?.
Actividad comprometida
Los Testigos de Jehov¨¢, como las iglesias no cat¨®licas que llevamos analizadas, est¨¢n legalmente inscritas en el Registro de Ministerio de Justicia espa?ol para confesiones no cat¨®licas. Su actividad en nuestro pa¨ªs ha estado salpicada de problemas. ?Muchos de los problemas padecidos nos lo ha reportado el hacer la predicaci¨®n puerta a puerta. Somos los ¨²nicos que as¨ª la practicamos. Pero esto es cuesti¨®n fundamental para nosotros. Y para ello empezamos por tener un amplio conocimiento de la Escritura. Cualquier testigo tiene un conocimiento de ella excepcional. Para ser testigo, lo primero es desearlo y tener un conocimiento riguroso de la Escritura, de la voluntad de Dios, y evidencia de estar dispuesto a vivir conforme a ella; despu¨¦s se bautiza. El bautismo de cada persona se lleva a cabo por inmersi¨®n total en agua?. No existen para los testigos, fuera del bautismo, otros ritos lit¨²rgicos, ni otros sacramentos, ni d¨ªas especiales o sagrados, ni templos de tal car¨¢cter. ?S¨®lo celebramos el Memorial, una vez al a?o, en la primera luna llena de la primavera. Se celebra en los lugares habituales de reuni¨®n. Es una conmemoraci¨®n de la ?ltima Cena y consiste en un discurso de lo que Jes¨²s hizo seg¨²n la Escritura y explicaci¨®n del significado; un recordatorio de su muerte, y el pase entre todos los concurrentes de pan ¨¢cimo y vino com¨²n.Tanto el pan como el vino s¨®lo lo toman los ungidos?. ?Los ungidos -precisa el perintendente de La Latina- son las 144.000 personas elegidas por Dios de entre Toda la Humanidad para formar el Gobierno de su Reino. El a?o pasado su n¨²mero era de 10.187 y decrece de a?o en a?o. Ellos saben que han sido elegidos. Por lo dem¨¢s, nada les hace diferentes al resto de los hombres, como no eran diferentes Pedro, Pablo o Juan o los dem¨¢s ap¨®stoles de las dem¨¢s personas de su tiempo.?
La objeci¨®n de conciencia
Otros grandes problemas a los que se enfrentan giran en torno a su negativa a ingerir sangre, tanto por v¨ªa oral domo inyectada, y a su objeci¨®n a los servicios de armas. ?Son cuestiones de fe, de conciencia. Son principios b¨¢sicos de nuestras creencias?. La prohibici¨®n b¨ªblica de abstenerse de la sangre es regla inalterable para ellos. ?Morir por no admitir una transfusi¨®n, cosa excepcional, no es importante, a pesar de todo, si se tiene fe en que se obedece el mandato divino y en que habr¨¢ una resurrecci¨®n. No tomar sangre, as¨ª lo creemos, es garant¨ªa de salud. Abruma la evidencia de que las transfusiones son un veh¨ªculo de enfermedades y contagios?. ?En cuanto a la objeci¨®n a los servicios de armas, es algo que se nos va aceptando en numerosos pa¨ªses, por ejemplo Brasil, Alemania, Pa¨ªses Bajos y Suecia. Nosotros no somos pacifistas, somos pac¨ªficos. No apoyamos nada que signifique violencia, ni lo que obligue a dar un tributo a algo o a alguien que s¨®lo puede ser dado a Dios. Por eso tampoco podemos aceptar el nuevo servicio c¨ªvico que sustituye al servicio militar activo, porque sigue siendo un servicio sustitutivo del militar. Los testigos no planteamos esto como una cuesti¨®n pol¨ªtica, sino religiosa. Hay quienes todav¨ªa no han entendido esto, pero es as¨ª de sencillo. En un pa¨ªs europeo, cuando se nos eximi¨® de este servicio, alguien dijo que si no se hac¨ªa as¨ª tendr¨ªan que meter en la c¨¢rcel a los mejores ciudadanos del pa¨ªs?. As¨ª de sencilla, tambi¨¦n, es su respuesta a sus intereses pol¨ªticos" en general: ?Somos neutrales. Seg¨²n Jes¨²s, su Reino no es de este mundo?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.