Eros y anteros
Desde Melilla, donde naci¨® y reside, me llega la voz del desconcertante Miguel Fern¨¢ndez. Cada libro suyo constituye un a sorpresa. Los escribe biol¨®gicamente, a intervalos de carga y descarga. El lenguaje tiene extra?os acuerdos amicales con este poeta. Le roba afectos insospechados en su plano fon¨¦tico. Dir¨ªa que posee el ritmo f¨®nico de la lengua, que es un mero int¨¦rprete, un sacerdote de secretas liturgias oficiadas en su cerebro por las leyes mec¨¢nicas del idioma. Su nombre adquiere fuerza y diversos laboratorios de an¨¢lisis po¨¦ticos comienzan a estudiar esta sorpresa r¨ªtmica. Eros y anteros es la actividad l¨²dica en verso. Miguel Fern¨¢ndez unas veces acierta rotundamente y otras, como aqu¨ª, se precipita sin ton, pero con son, en el mareo de las asociaciones. Estos sonetos conforman una fiesta meton¨ªmica. Nada m¨¢s. Por algo los subtitula ?ejercicio informal?. Apuntes o esbozos, se?alar¨ªa yo. El juego logra en ocasiones gracia, sorprende e intenta, con desigual fortuna, ser met¨¢fora de s¨ª mismo. Fon¨¦tica y m¨¦tricamente son impecables. Su autor, neogongorino m¨¢gico, goza, como dije, el don del encadenamiento r¨ªtmico. Una s¨ªlaba, un fonema, generan el collar perlado de una palabra, verso o estrofa. ?Dice recado ciego el mensajero: /vendr¨¢ si a tales tardes, tardo talas/aquella servidumbre de la espera.? Aqu¨ª no hay otra cosa que el sentido juguet¨®n del verso. La antinomia del amor en soledad -eros- o en compa?¨ªa -anteros- se desluce en el brillante, extraordinario ritmo del hi¨¦rbaton barroco. ?Orfebre? En otras obras nos ha demostrado otras cosas. Este libro me parece antesala de proyectos m¨¢s ambiciosos.
Miguel Fern¨¢ndez
Eros y anteros. Premio Internacional de Poes¨ªa Alamo. Salamanca, 1976.
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