Ola de huelgas con implicaciones electorales en Holanda
Unos 25.000 trabajadores holandeses, seg¨²n fuentes sindicales, contin¨²an en huelga en varias zonas del pa¨ªs, ante las diferencias nacidas entre trabajadores y empresarios, a prop¨®sito de un aumento de salarios. La ola de huelgas, que dura desde hace quince d¨ªas, es la m¨¢s importante que ha conocido Holanda desde la segunda guerra mundial. El Gobierno holand¨¦s de centro-izquierda, que preside el socialista Joop den Uyl, se abstiene de entrar directamente en la soluci¨®n del conflicto que opone a sindicatos y patronos. No quiere tomar partido a tres meses de las elecciones legislativas, que se celebrar¨¢n el 25 de mayo. Todo empez¨® a primeros de a?o, cuando los sindicatos, tras un per¨ªodo de pacto social, que se caracteriz¨® por un clima tranquilo a lo largo de 1976, pidieron tres tipos de reivindicaciones: adaptaci¨®n autom¨¢tica de los salarios al coste de la vida, mayor participaci¨®n de los trabajadores en la gesti¨®n de las empresas y aumento real de salarios del 2% a partir del 1 de enero de 1977.
Despu¨¦s de una serie de negociaciones entre sindicatos y empresarios, y ante la falta de acuerdo, se fue a la huelga en los principales sectores econ¨®micos del pa¨ªs. Metalurgia, industria qu¨ªmica, construcci¨®n y bancos fueron los sectores m¨¢s afectados. Finalmente, muchos empresarios aceptan las reivindicaciones obreras, en la mayor¨ªa de los casos. Queda por resolver el problema espec¨ªfico de los dockers del puerto de Rotterdam, uno de los primeros de Europa, que contin¨²an la huelga. Seg¨²n fuentes empresariales, la amplitud actual de la huelga no supera los 16.000 trabajadores.
La prudencia del Gobierno holand¨¦s se explica, sobre todo, por motivos electorales. Joop den Uyl no ha querido entrar en la pol¨¦mica de una manera directa, a pesar del pedido de Chris van Veen, presidente del patronato holand¨¦s. Indirectamente, el Gobierno favorece la soluci¨®n de las huelgas, rebajando en un 5% la cotizaci¨®n de las empresas a la Seguridad Social. Con tal medida se permite al patronato, especialmente a la peque?a y mediana empresa, satisfacer el 2 % de aumento que piden los trabajadores.
?Huelgas de ese tipo deben ser posibles y aceptables en un sistema democr¨¢tico?, dijo hace unos d¨ªas el primer ministro, Den Uyl, con gran satisfacci¨®n de la clase trabajadora y descontento de los empresarios.
Despu¨¦s de una baja, a principios de diciembre, la cota de popularidad del partido socialista vuelve a estabilizarse. No es oportuno para Den Uyl tomar medidas impopulares, que podr¨ªan desagradar a su clientela tradicional.
Ante las pr¨®ximas elecciones, los democristianos, originarios de tres partidos confesionales (dos de ellos actualmente en el poder, en coalici¨®n con los socialistas) est¨¢n a la busca de un l¨ªder que pueda reunir las condiciones de primer ministro, en caso de victoria de la Agrupaci¨®n Cristiano-Dem¨®crata, que une a cat¨®licos populares, calvinistas antirrevolucionarios y cristianos hist¨®ricos.
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