Los millones urgentes de Arespacochaga
Cuentan que dentro de las virtudes de que hac¨ªan gala los hidalgos castellanos, el desprecio por las labores manuales y la ejecuci¨®n de n¨²meros y cuentas y de aritm¨¦tica alguna, se preciaba entre las m¨¢s altas, tanto, que su realizaci¨®n se dejaba a moriscos o conversos. El Ayuntamiento de Madrid debe encontrarse completo de hijosdalgo y hueco de moros, pues no se percibe que las grandes cuentas presupuestarias, ni las grandes sumas que se barajan para cada ejercicio anual, suscite el menor grado de atenci¨®n, revisi¨®n o ajuste.Tal es el caso del Plan de Urgencia de Acondicionamiento de Barriadas, cuyo monto de 4.974 millones de pesetas se sue?a en la alcald¨ªa desde el pasado 31 de julio de 1976. De entonces ac¨¢, todo lo concerniente a este tema se ha tratado con la ampulosidad. despreciativa de los hidalgos hacia los n¨²meros, pues, a lo largo de ocho densos meses, apenas se ha dado instrucci¨®n concreta Alguna sobre las distintas partidas en Jasque tan gigantesca cifra se desglosar¨¢.
En l¨ªneas muy generales, los responsables y delegados municipales se han referido a que el objetivo final del Plan de Urgencia, consiste en dotar a Madrid de una infraes tructura capaz de convertir toda la ciudad en humana y habitable. Dentro de este enunciado sacro, no se encuentra ninguna referencia a los criterios de racionalidad que se van a seguir para desterrar defini tivamente de Madrid tanta chabola y casa baja como todav¨ªa existe en nuestra ciudad. Tampoco se habla de las l¨ªneas generales de actuaci¨®n, ni de los barrios que -en mayor o menor-medida se vana beneficiar con esta enorme operaci¨®n. Unicamente, sobre este punto, queda el axiorriade Arespaco chaga, seg¨²n el cual, el barrio que m¨¢s grite no se va a beneficiar en mayor medida que aquella otra zona silenciosa, que no alce su voz y espere la bondad de la adminis traci¨®n local hacia el hasta ahora desafortunado suburbio.
Tal vez el aspecto m¨¢s grave se enreda alrededor del mesianismo planificador del Ayuntamiento.
Durante estos d¨ªas, se trabaja en la ejecuci¨®n de proyectos parciales_ para materializar el Plan de Urgencia; todas las delegaciones, la de Obras y Servicios, la de Saneamiento, la de Sanidad y Medio Ambiente y el resto elaboran poco a poco y en solitario la madeja de rasgos de actuaci¨®n sobre las que 5.000 millones de pesetas del contribuyente madrile?o caer¨¢n durante 1977 -la mitad de la cifra global- 1971 y 1979. Entre tanto, los planes parciales de ordenaci¨®n languidecen durante a?os enteros en los cajones de los gabinetes municipales; mientras el Ministerio.de Ja Vivienda, el de Obras P¨²blicas, la iniciativa privada y las constructoras piensan y materializan otro Madrid, distinto, quiz¨¢ a sabiendas de que la filantrop¨ªa municipal corregir¨¢ humanitariamente los errores de planificaci¨®n que cada cual cometa.
Al fondo de todo este magma, los vecinos madrile?os se preguntan por qu¨¦ tanta prisa, si, en este a?o de elecciones, lo importante es estudiar y calibrar, con tiento, problemas y soluciones durables.
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