Cuatro proyectos de ley socialistas en la campa?a electoral holandesa
Cuatro proyectos de ley de marcado sentido socialista, que la actual coalici¨®n entre socialistas y democristianos quiere ver aprobados, por el Parlamento antes de las elecciones del pr¨®ximo 25 de mayo, figuran entre los principales temas de debate de la campa?a electoral holandesa.El esquema legislativo oficial comprende un plan para el control p¨²blico de los terrenos urbanos, mediante el cual los ayuntamientos dispondr¨ªan del derecho de veto sobre las realizaciones inmobiliarias que puedan suponer un ?perjuicio para la comunidad?, y tres sistemas de participaci¨®n obrera en las empresas, el primero en relaci¨®n con la pol¨ªtica de inversiones, el segundo con la de beneficios y el tercero con la de administraci¨®n y gesti¨®n.
El Partido Liberal, actualmente en la oposici¨®n, se opone a los cuatro proyectos de ley. Los democristianos podr¨ªan aceptarlos si se suaviza su contenido. De no pasar ante el Parlamento con rapidez, los cuatro temas se convertir¨¢n, sin duda, en objeto de pol¨¦mica electoral.
En el actual proceso electoral de Holanda destacan tambi¨¦n las especulaciones sobre la figura del futuro primer ministro. Se recuerda que los democristianos han dejado entender, por medio del actual ministro de Justicia, Van Agt, figura prominente de la democracia cristiana, que aunque la DC resulte ser el partido pol¨ªtico holand¨¦s despu¨¦s de los comicios, no reclamar¨¢ necesariamente el puesto de primer ministro. Van Agl ha perdido parte de su popularidad por su actuaci¨®n lenta y poco clara en la detenci¨®n del multimillonario Pieter Menten, acusado de actos criminales contra rusos y polacos, durante la segunda guerra mundial.
Para muchos observadores, el actual premier, Joop den Uyl, podr¨ªa continuar en la direcci¨®n del futuro Gobierno holand¨¦s, que ser¨ªa, una vez m¨¢s, de coalici¨®n. Den Uyl supo tratar con tacto el caso del soborno de la compa?¨ªa norteamericana Lockheed al pr¨ªncipe Bernardo, y as¨ª el pueblo holand¨¦s, de profunda tradici¨®n mon¨¢rquica y con un gran respeto por la reina Juliana, qued¨® satisfecho con la soluci¨®n dada al esc¨¢ndalo. El primer ministro supo tranquilizar la conciencia liberal del pa¨ªs privando de todo cargo p¨²blico al pr¨ªncipe Bernardo y, al mismo tiempo, evit¨® poner en peligro los pilares de una de las monarqu¨ªas m¨¢s populares.
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