M¨¢s sobre Mariano S¨¢nchez-Covisa
Ante la perplejidad que me produjo la carta de mis primas sobre Mariano S¨¢nchez-Covisa, me dirijo a usted para establecer una cr¨ªtica de la misma y aclarar ciertos puntos.Antes que nada, cabe preguntarse a qu¨¦ corresponde o a qu¨¦ cuento viene su redacci¨®n. A este respecto, creo poder afirmar que la mencionada carta es gratuita, si bien su intenci¨®n puede haber sido el aclarar que no todos los Covisa somos guerrilleros, y alardear, sin justificaci¨®n clara, de dem¨®cratas ante la opini¨®n p¨²blica. Sin embargo, la carta no s¨®lo no es dem¨®crata, sino que, adem¨¢s, es profundamente reaccionaria.
En primer lugar, al afirmar entre puntos de exclamaci¨®n que el t¨ªo Mariano ?ha hecho mucho da?o a toda la familia?, pues si presumen de que ?nuestro nombre va unido a una tradici¨®n liberal? no comprendo c¨®mo se sienten heridas por lo que S¨¢nchez-Covisa representa pol¨ªticamente. Liberalismo es dar pruebas de amplitud de miras y, por tanto, conceder a cada miembro de la familia libertad de expresi¨®n y de acci¨®n sin avergonzarse ni menospreciar a nadie. Yo creo que, es s¨®lo due?o de sus acciones el propio autor y que s¨®lo ¨¦l puede-sentirse avergonzado u orgulloso de ellas. Se pueden manchar nombres, pero nunca apellidos. Y pretender lo contrario, establecer ovejas negras de la familia y echar mano del honor familiar para dar juicios de valor sobre personas es hacer prueba de una moral reaccionaria. As¨ª, cuando afirman que ?el apellido S¨¢nchez-Covisa ha sido mancillado? y que ?debe quedar bien limpio? me da la impresi¨®n de estar leyendo, por lo menos, a Calder¨®n y de que quienes escriben la carta dan mucha importancia al apellido S¨¢nchez-Covisa, como si de Borb¨®n o Habsburgo se tratara. En segundo lugar, las autoras de la carta muestran a la opini¨®n una mentalidad peque?o-burguesa, al afirmar con orgullo que somos ?una familia de profesionales honestos y de trabajadores con oficio?, de la misma manera que una se?ora gorda podr¨ªa decir a otra gorda que sus hijos son muy honrados y tienen todos carrera universitaria.
En tercer lugar, me parece rid¨ªculo y poco realista el tono pat¨¦tico con que comienza el escrito y el tono paternal que adoptan respecto al t¨ªo Mariano, pues aluden a sus acciones con palabras como ?atolondramientos y payasadas?. Ellas no le condenan, le justifican, pues, en definitiva, no sabe lo que hace ipobrecito! Le reprochan sus faltas y le dan unas palmaditas en la espalda para que la pr¨®xima vez no sea malo y se porte mejor. Y, sin embargo, la democracia empieza cuando a todos se le reconoce su responsabilidad y su mayor¨ªa de edad.
En cuarto lugar, me parece una bajeza y una indiscreci¨®n aludir a ciertos aspectos de la vida privada de mi t¨ªo, que s¨®lo a ¨¦l incumben, y llamarle ?marioneta?.
Y antes de acabar quiero, decir que hay que saber distinguir familia de pol¨ªtica (aunque esto sea dif¨ªcil, pero, sin embargo, honrado), y aclarar que rechazo con repulsa las acciones violentas de los ultras y que combato las ideas fascistas de mi t¨ªo. Sin embargo, como familiar m¨ªo, le quiero mucho porque es muy cari?oso y siempre se ha portado muy bien conmigo y creo que con toda la familia. El mi¨¦rcoles, 26 de enero, salimos mi t¨ªo y yo de la DGS. El fue detenido a ra¨ªz del asesinato de Arturo Ruiz y yo por tomar parte en la manifestaci¨®n de protesta que tuvo lugar el d¨ªa siguiente a su muerte. Nuestras posturas pol¨ªticas no pueden ser, pues, m¨¢s opuestas y, sin embargo, el jueves comimos los dos juntos y tan tranquilos.
?Ah y que, por favor, nadie nos tome en serio, porque todos los Covisa estamos un poco chalados.
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