La Edad Media europea
Error grav¨ªsimo ser¨ªa suponer que entre el mundo antiguo y el nuevo hubo una a modo de zanja, o alguna soluci¨®n de continuidad, como se dice ahora. Nada se pierde completamente en el mundo, y todos los siglos se sueldan y se contin¨²an en su ciencia y en su esp¨ªritu por lazos m¨¢s o menos invisibles o inextricables.Ni las ¨¦pocasm¨¢s b¨¢rbaras fueron nunca tan completas que dejaran perder todos los restos de la antigua herencia, ni falt¨®, hasta en los siglos m¨¢s oscuros, turbulentos y caliginosos de la Edad Media, quien conservara alguna lucecilla m¨¢s o menos d¨¦bil e infiltrara en el ser de las razas b¨¢rbaras algo de la gram¨¢tica de Pisciano,y Donato, de la dial¨¦ctica de Arist¨®teles, de la historia natural de Plinio, y, con m¨¢s cuidado, algo de la ciencia de los Ambrosios, Agustines y Gregorios.
Emilio Mitre Fern¨¢ndez
?Introducci¨®n a la Historia de la Edad Media europea?Ediciones Istmo. Madrid 1976.
Especial inter¨¦s ofrece para nosotros el cap¨ªtulo que dedica el autor a las monarquicas ib¨¦ricas en la plenitud del medievo, ya que el bienio 1212-1213 es decisivo para la trayectoria de los Estados hispano-cristianos. El punto de. equilibrio entre las distintas fuerzas sociales -nobleza, clero y estado llano- tiene su expresi¨®n en las Cortes, asambleas que, aunque no siempre funcionalmente legislativas, constituyen el eje de la vida pol¨ªtica de los distintos reinos.
Una de las virtudes esenciales de esta obra consiste en el prop¨®sito del autor de damos una visi¨®n sociol¨®gica y pol¨ªtica del acontecer hist¨®rico. Analizar las causas sociales, las motivaciones pol¨ªticas, los fen¨®menos econ¨®micos, de cada momento, es m¨¢s importante que el estricto relato historiogr¨¢fico.
La Edad Media -seg¨²n Mitre- ha dejado de ser considerada como un simple puente entre el mundo cl¨¢sico grecorromano y la eclosi¨®n renacentista, para reconoc¨¦rsele unas caracter¨ªsticas propias. El trinomio romanismo-cristianismo-germanismo ha pasado a constituir la clave de la explicaci¨®n de este dilatado per¨ªodo.
La Edad Media queda estudiada en cuatro etapas suficien temente definidas: transici¨®n al Medievo o temprana Edad Media, que discurre entre los siglos V al VIII. La crisis de la civilizaci¨®n cl¨¢sica, gestada en el Occidente desde el siglo III culmina en el V. La Alta Edad Media corresponde a los siglos VIII, al XI, con el impacto de la expansi¨®n musulmana y las sucesivas oleadas de los ?nuevos pueblos?. La plenitud del Medievo, que cubre los siglos XI al XIV, representada por el Sacro Imperio Romano Germ¨¢nico, fuerza agl¨²tina dora de la cristiandad europea; y la Baja Edad Media, siglos XIV y XV, en donde se produce la transformaci¨®n de la sociedad medieval en todos sus ¨¢mbitos. En muchas de las manifestaciones de este per¨ªodo se perfilan ya los g¨¦rmenes del mundo moderno.
La obra de Mitre es aleccionadota e interesante porque en ella se explica la g¨¦nesis de muchos de los problemas actuales, e incluso futuros, de nuestra sociedad.
Escrib¨ªa Ortega que, ?la Histor¨ªa es un sistema, el sistema de las experiencias humanas que forman una cadena inexorable y ¨²nica. De aqu¨ª que nada pueda estar verdaderamente claro en Historia mientras no est¨¦ toda ella clara. E s imposible entender bien lo que es este hombre racionalista europeo si no se sabe bien lo que fue ser cristiano, ni lo que fue ser cristiano sin saber lo qu¨¦ fue ser estoico, y as¨ª sucesivamente. Si la Historia no fuese ciencia del presente, ?d¨®nde ¨ªbamos a encontrar ese pasado que se le puede atribuir como tema? Lo opuesto, que es lo acostumbrado, equivale a hacer del pasado una cosa abstracta e irreal que qued¨® inerte all¨¢ en su fecha, cuando el pasado es la fuerza viva y actuante que sostiene, nuestro hoy. ?
Tiene buena mirada hist¨®rica Emilio Mitre. Su pupila de humanista va hacia atr¨¢s y hacia adelante, porque en su venir del anta?o y en su ir al futuro es donde manifiesta sus aut¨¦nticas dotes de efectivo historiador.
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