Se agudizan las distancias entre el Gobierno y la Oposici¨®n
Las fuerzas que hasta ahora han venido constituyendo la comision negociadora de la Oposici¨®n tienen la creciente sensaci¨®n de que no s¨®lo han perdido la batalla de la negociaci¨®n con el Gobierno, sino de que ¨¦ste prepara un gran pastel, cuya naturaleza exacta a¨²n desconocen, pero que en cualquier caso implicar¨ªa una alteraci¨®n del esquerna pol¨ªtico en que hasta ahora ven¨ªa funcionando el trabajo Gobierno-Oposici¨®n.Ese esquema sobre el jefe Oposici¨®n moderada-PSOE-Su¨¢rez, esencialmente, con participaci¨®n menos directa, y a distancia, del Partido Comunista de Espa?a (PCE), cuyo resultado m¨¢s visible fue la supresi¨®n de la famosa ventanilla para la legalizaci¨®n de partidos pol¨ªticos, previo pacto con la Oposici¨®n en el sentido de que todo quedar¨ªa reducido a una declaraci¨®n rejistral y suficientes seguridades en torno a la legalizaci¨®n del PCE.
En aquel momento, todos los partidos que cre¨ªan conducir el proceso acudieron a registrarse en el Ministerio de la Gobernaci¨®n, y a partir de ah¨ª, la negociaci¨® n Gobierno-Oposici¨®n pr¨¢cticamente qued¨® congelada de forma que el presidente no ha recibido a la subcomisi¨®n de nacionalidades, ni ha negociado el tema del Movimiento, ni existen seguridades sobre ?a legalizaci¨®n de partidos importantes (PCE, por ejemplo); la amnist¨ªa lleva una marcha lenta y dif¨ªcil, y ninguna de las siete condiciones que dieron origen a la comisi¨®n negociadora se ha cumplido hasta ahora.
Miembros de la citada comisi¨®n ha mantenido frecuentes consultas telef¨®nicas en las ¨²ltimas 72 horas, en torno a las cautelas y medidas a adoptar ante la posible existencia de una operaci¨®n por sorpresa. En tanto, el Gobierno contin¨²a guardando silencio respecto a las entrevistas. solicitadas por la subcomisi¨®n encargada de negociar el tema de las nacionalidades, y est¨¢ cada vez m¨¢s claro que no habr¨¢ ninguna negociaci¨®n sobre este asunto. Si acaso, el presidente del Gobierno podr¨ªa intentar explicar a la Oposici¨®n las razones por las que no quiere tratar este tema.
A pesar de todo, la comisi¨®n negociadora podr¨ªa intentar una nueva reuni¨®n la pr¨®xima semana, transform¨¢ndose de esta forma en un lugar de encuentro de l¨ªderes nol¨ªticos, m¨¢s que en el organismo inicialmente creado para conducir negociaci¨®n con el Gobierno. La confusion vuelve a constituirse, as¨ª, en protagonista de la mayor parte de las conversaciones pol¨ªticas de este pa¨ªs. ?Tal vez la Oposici¨®n tenga que unirse de nuevo, mucho m¨¢s que en los ¨²ltimos meses, si las cosas contin¨²an as¨ª?, ha aventurado uno de los l¨ªderes de la misma.
Perdida -m¨¢s o menos- la batalla de la negociaci¨®n con el Gobierno, y a la vista de la fulgurante salida de Alianza Popular a la palestra p¨²blica, comienzan a delinearse en el pariorama pol¨ªtico los proleg¨®menos de una nueva operaci¨®n. Consiste en poner las bases que permitan materializar, en su d¨ªa, un acuerdo constitucional entre varias fuerzas pol¨ªticas, y para ello se han dado ya los primeros pasos condicionados -como es l¨®gico- a los temas preocupantes del momento.
En este sentido, han venido produci¨¦ndose contactos entre numerosos pol¨ªticos, y existen ya borradores elaborados por personalidades democristianas, socialdem¨®cratas, socialistas y cornunistas. Nada ha sido negociado todav¨ªa en serio, pero cada vez es rn¨¢s p¨²blica la existencia de la iniciativa. Ello no supondr¨ªa una actuaci¨®n com¨²n en el per¨ªodo electoral, sino algunas seguridades de que ciertos partidos y agrupaciones pol¨ªticas van a estar de acuerdo en que la tarea primordial de las pr¨®ximas Cortes sea la elaboraci¨®n de una nueva Constituci¨®n.
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