La filiaci¨®n pol¨ªtica del ciudadano
Durante la reuni¨®n mantenida por miembros de la Comisi¨®n de Asociaciones en Tr¨¢mite de Federaci¨®n de Vecinos con representantes de la prensa hace unos d¨ªas, se expuso que una de las condiciones planteadas en principio por la Administraci¨®n para la legalizaci¨®n ,de entidades ciudadanas era que cada asociaci¨®n remitiera una lista en la que incluyeran los nombres de los asociados y su correspondiente filiaci¨®n pol¨ªtica. Es decir, que se indicara claramente a qu¨¦ partido o central sindical est¨¢n afiliados los vecinos de Madrid.Parece ser que Juan Jos¨¦ Ros¨®n, gobernador civil de Madrid, ha enfocado el tema desde otra perspectiva, en vista del esc¨¢ndalo que pudiera suponer esa exigencia de la Administraci¨®n y asegur¨® a sus interlocutores de la Federaci¨®n que en ning¨²n caso ser¨ªa una premisa esencial para la legalizaci¨®n de asociaciones.
Evidentemente la Federaci¨®n de Asociaciones a la que en numerosas ocasiones se ha tachado de nido de rojos o correa de transmisi¨®n de las ideas de partido, ha definido varias veces su postura favorable a los ayuntamientos democr¨¢ticos, a la concesi¨®n de amnist¨ªa y temas similares. Es evidente tambi¨¦n que el movimiento ciudadano, joven para unos y prematuramente envejecido para otros, ha surgido en un momento en el que el oscurantismo pol¨ªtico ha determinado la clandestinidad de las ideas pol¨ªticas. Las asociaciones de vecinos, que han supuesto en un momento determinado uno de tantos refugios para la expresi¨®n de esas ideas, debe ir claramente, as¨ª lo expresan a diario sus l¨ªderes, a un planteamiento meramente ciudadano, sin dependencias o inducciones de partidos.
El que la Administraci¨®n quiera tener una filiaci¨®n pol¨ªtica de cada ciudadano encuadrado en una asociaci¨®n es incongruente y una clara provocaci¨®n, m¨¢xime cuando es la propia Administraci¨®n quien politiza y radicaliza el movimiento ciudadano cuando pone trabas sin fin a la legalizaci¨®n de sus entidades.
La normalizaci¨®n jur¨ªdica de los partidos pol¨ªticos debe traer una clarificaci¨®n del panorama ciudadano y la luz verde a las asociaciones ser¨¢ un punto muy importante para que esta situaci¨®n se produzca.
Hay que reconocer que la disposici¨®n favorable actual de las personas que detentan el poder en esta ciudad no est¨¢ motivada por un cambio de actitud hacia las asociaciones. La baza pol¨ªtica que se ha usado durante a?os, consistente en hibernar a unas entidades que podr¨ªan ser molestas para las autoridades, se ha roto por la alta pol¨ªtica, y esto es lo m¨¢s parad¨®jico. La opini¨®n p¨²blica ve claramente lo absurdo de mantener en la ilegalidad a unas asociaciones de vecinos mientras se legaliza a los partidos pol¨ªticos, cuando aqu¨¦llas son el primer paso, quiz¨¢, del camino democr¨¢tico en este pa¨ªs.
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