El alcalde de Zarauz acusa de brutalidad a la Guardia Civil
?Todos los del pueblo, e incluso las gentes de los diversos partidos pol¨ªticos, gremios y f¨¢bricas de Zarauz, est¨¢n de acuerdo en afirmar que la brutalidad de que hicieron gala los efectivos de la Guardia Civil en la noche del domingo en la localidad no tiene nombre.?Zarauz registraba una gran afluencia de visitantes en la tarde de un benigno domingo. El baile de la plaza aparec¨ªa concurrido as¨ª como los bares y tascas repletos de gentes de todas las edades.
A esa hora se Inici¨® una sentada de unas doscientas personas en la plaza, tras la que se trat¨® de llevar a cabo una manifestaci¨®n. El alcalde conseguir¨ªa convencer a los participantes del grupo para que desistieran de su idea, ?ya que hab¨ªa personas mayores, ni?os y gentes no implicadas en pol¨ªtica?.
Hacia las 10.15 de la noche, ?cuando el baile terminaba y se registraba un ambiente tranquilo, sin manifestaciones ni provocaciones de ning¨²n tipo? -en palabras del alcalde de Zarauz- llegaron a la plaza de la localidad varios jeeps de la Guardia Civil que comenzaron a dispersar a los ocupantes de la misma con inusitada dureza, haciendo uso de las culatas de sus armas y de material antidisturbio.
Al conocerse los sucesos el alcalde de Zarauz se dirigi¨® al cuartelillo de la Guardia Civil.
?Fui muy mal recibido -dice-, y no se me dio explicaci¨®n alguna. Me dijeron que no volviera por all¨ª.? Tras volver a casa fue telefoneado desde una de las cafeter¨ªas afectadas. Para este momento, lunas de comercios y establecimientos p¨²blicos aparec¨ªan destrozados con grandes desperfectos en su interior. ?La gente parec¨ªa aterrorizada en medio de un caos total?, afirma el alcalde. Imanol Mur¨²a tom¨® entonces el tel¨¦fono, tratando de ponerse en contacto con el gobernador civil y con el teniente coronel de la comandancia de la Guardia Civil en San Sebasti¨¢n.
Al final, pudo contactar con un comandante, al que le hizo saber del caos que reinaba en el pueblo, suplic¨¢ndole -seg¨²n sus propias palabras- que ?parara aquella locura?. Un cuarto de hora m¨¢s tarde se retiraban las fuerzas de la Guardia Civil.
Es entonces cuando algunos testigos recogieron del suelo casquillos de bala y se descubri¨® que la farmacia Mutioz¨¢bal hab¨ªa recibido los impactos de una r¨¢faga de arma de fuego. Dicho estable cimiento pertenece a la familia del se?or Iturria, director de la revista vasca biling¨¹e Garaia.
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