La "remodelaci¨®n" de la Casa de Campo
Las espeluznantes ?podas? que est¨¢n realizando estos d¨ªas en la Dehesa de la Villa precedidas por tantas otras como las famosas de los viveros de la Bombilla, en noviembre pasado, tan mal explicadas por el Ayuntamiento, est¨¢n confirmando que el futuro de los ¨¢rboles madrile?os no est¨¢ precisamente en las mejores manos.Con estos antecedentes es para echarse a temblar ante el anuncio de un ?proyecto de mejora y uso de la Casa de Campo?, al parecer patrocinado directamente por el alcalde. Ya s¨®lo el vocabulario empleado, al anunciar este plan incita. m¨¢s a¨²n a estos temores. El se?or De Arespacochaga ha calificado a la Casa de Campo como ?zona infrautilizada?, ?necesidad de su mayor explotaci¨®n para los madrile?os?, ?lujo sin utilizar?, ?desierto verde?, ?vocaci¨®n vecinal, no vocaci¨®n ecol¨®gica de la Casa de Campo?, etc¨¦tera. Todas estas son f¨®rmulas inquietantes para cualquiera que se preocupe medianamente del medio ambiente natural al alcance de los madrile?os. Estos proyectos, por otra parte, en la mejor tradici¨®n de ¨¦pocas anteriores, est¨¢n siendo llevados en el mayor secreto; ¨²nicamente la insistencia de los informadores ha logrado arrancar algunas respuestas vagas, preguntas que fueron cortadas en seco por el alcalde cuando los periodistas asistentes a la rueda de prensa quisieron preguntar sobre el tema a los correspondientes delegados de servicios.
Por supuesto, el alcalde anunci¨® la gran tapadera tecnocr¨¢tica: ahora resulta que desde hace cuatro meses una empresa privada viene estudiando c¨®mo hacer ?m¨¢s atractiva y m¨¢s aprovechable para los madrile?os la Casa de Campo ?.
El argumento mencionado de los parques europeos subraya tambi¨¦n el desenfoque inicial que supone semejante comparaci¨®n. Hablar de los parques de Londres, del Prater de Viena, de los jardines de Copenhague, o del Campo de Golf de San Quentin, en Par¨ªs, en ciudades rodeadas de. inmensas zonas verdes, con una multitud importante de peque?os y grandes parques, significa o una gran ignorancia o una mala voluntad. Lo curioso de este argumento europeista es que se hace un cat¨¢logo de ejemplos de distintos parques, en ciudades que poseen una gran variedad de zonas verdes y se quiere atiborrar con todos ellos a la Casa de Campo, ¨²nica zona natural extensa asequible a los madrile?os, como si se pretendiera instalar en ella un museo de horrores de todas las instalaciones bullangueras en diferentes parques europeos.
Naturaleza y tiovivos
Si se quieren parques de atracciones, Madrid est¨¢ rodeado por una meseta pelada donde se pueden construir. Tiene raz¨®n el alcalde al llamar a la Casa de Campo un lujo poco utilizado por los madrile?os: Son por supuesto un lujo estas 1.700 hect¨¢reas de un terreno natural aunque muy degradado. Pero es precisamente un lujo por ser una extensa zona verde contigua a la capital, lujo que hay que conservar a ultranza y que dejar¨ªa de serlo en cuanto fu¨¦ramos amontonando instalaciones que ya han proliferado en demas¨ªa en una extensi¨®n muy considerable: Feria del Campo, Zoo, Telef¨¦rico, Parque de Atracciones, Feria del Bat¨¢n, todo g¨¦nero de quioscos y chiringuitos, clubs deportivos, etc¨¦tera.
Diga lo que diga el Ayuntamiento, la Casa de Campo, como parque natural, es muy utilizado por los madrile?os. Lo que han fracasado son las instalaciones, rnontadas, rob¨¢ndole terreno a los ¨¢rboles. ?Y a¨²n se pretende aumentarlas para atraer a m¨¢s gente! ?Pero si las que existen llevan una vida l¨¢nguida, si el Parque de Atracciones cada vez est¨¢ m¨¢s tiempo cerrado, el Zoo tiene muchos menos visitantes de las cifras inicialmente previstas y los edificios de la Feria del Campo, para cuya construcci¨®n hubo que talar muchos ¨¢rboles, est¨¢n hoy completarnente infrautilizados! La Casa de Campo, como terreno para el p¨²blico de Madrid, s¨®lo necesita una cosa: potenciarla como parque natural. Es decir, adem¨¢s de una amplia acci¨®n de repoblaci¨®n y apoyo a todas sus especies vegetales, muchas de ellas muy j¨®venes, impedir que sea atacada por sus enemigos: los reba?os (?de qui¨¦n son?), que acaban con los reto?os de plantas y ¨¢rboles, las pruebas de motocross, que causan la m¨¢xima erosi¨®n del suelo y una tremenda poluci¨®n sonora y los coches incorrectamente aparcados, que da?an a los ¨¢rboles y degradan la capa vegetal del terreno.
Prisas especulativas
Ante proyectos como este, que surgen de repente, sin saberse c¨®mo, hay que intentar saber qu¨¦ intereses est¨¢n detr¨¢s de demag¨®gicas frases tales como ?potenciarlo para el pueblo madrile?o?. Por supuesto que est¨¢ el proyecto de la gran torre de televisi¨®n y quiz¨¢ otros. Las compa?¨ªas que est¨¢n detr¨¢s de estos proyectos -ante cualquier terreno, aunque sea parque- s¨®lo tienen ojos para ver un solar. Esta es la mentalidad, apoyada por la Alcald¨ªa, que se atreve a pensar que un terreno natural est¨¢ infrautil¨ªzado s¨®lo porque la gente se sienta, pasea o corre entre los ¨¢rboles. Para ellos la naturaleza siempre est¨¢ infrautilizada.
Este proyecto -como el de la urbanizaci¨®n de Formentera o de Gredos- es un ejemplo inquietante. Las elecciones municipales est¨¢n ya ah¨ª. Los especuladotes de terrenos. municipales presienten que les queda poco tiempo, ya que despu¨¦s de ellas, las cosas nunca volver¨¢n a ser tan f¨¢ciles para sus iniciativas. Pero precisamente las prisas les est¨¢n llevando a proyectos insensatos a los que hay que oponerse rotundamente hasta que unas nuevas corporaciones se hagan cargo de los aut¨¦nticos intereses municipales.
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