El ca¨®tico mundo de un poeta
Si alg¨²n valor posee en si la rese?a de un libro, este reside, sin duda, en la capacidad de incitaci¨®n al, a veces productivo, oficio de leer. Si se trata de un libro de poes¨ªa puede considerarse un trabajo en la mayor¨ªa de los casos improductivo, o una ingenuidad manifiesta del rese?ista que no hace sino, en suma, comentar lo le¨ªdo. Habr¨¢ que echar la culpa al poeta, si es que alguien debe tenerla, del escaso poder adquisitivo de su mercancia, porque se trata de un art¨ªculo d¨¦ bajo consumo, y esto resulta evidente, bien por defecto de f¨¢brica o por su deficiente manufactura, por no echar la culpa a los intermediarios, o tal vez porque las modas cambiaron, si es que alguna vez existieron.Pas¨® la ¨¦poca en que vend¨ªamos nuestros productos impresos a Suram¨¦rica, y entonces resultaba de prestigio que un poeta imprimiera fuera de Espa?a. El supermercado del libro en castellano va perdiendo progresivamente su concepci¨®n creativa y surgen cada a?o cientos de nuevos t¨ªtulos de ensayo -haga usted traducciones-, estudios, comentarios cr¨ªticos, teor¨ªas m¨¢s o menos avanzadas o reediciones de monstruos sagrados. En creaci¨®n literaria vivimos el boom de la prosa y mejor mientras m¨¢s cient¨ªfica.
Jes¨²s Fern¨¢ndez Palacios
Poemas anuales. Universidad de Veracruz. M¨¦xico, 1976
Y es que el libro tiene tambi¨¦n su coraz¨®n de petr¨®leo y lo que hoy se compra es lo que hoy se fabrica seg¨²n las leyes econ¨®micas. Nuestros poetas han de publicar ahora en Am¨¦rica. y no precisamente por cuesti¨®n de prestigio.
Pero uno tiene a¨²n sus amigos, y un libro me llega de la Universidad Veracruzana. Su autor, Jesus Fern¨¢ndez Palacios, un andaluz que vive y escribe en la ciudad de C¨¢diz. Poemas anuales es un libro enormemente duro, dif¨ªcil y apasionante. Producto de una arrolladora vitalidad y un extra?o refleja a cada verso y en cada poema la angustiosa visi¨®n de un mundo ca¨®tico por un poeta al cu¨¢l no pretendo situar ahora en los niveles valorativos de nuestra cultura y que exige ser conocido m¨¢s ampliamente. El proceso deber¨ªa ser simple: ?L¨¦alo usted y d¨ªgame si me equivoco.? En este caso, la formulaci¨®n es imposible, a no ser que se remita usted a M¨¦xico.
Por otra parte, hay algo en este tipo de poes¨ªa que hace trascender las simples barreras geogr¨¢ficas y que explica de un modo menos l¨®gico la distancia con el lugar de impresi¨®n. La violencia de sus im¨¢genes poco tienen que ver con la poes¨ªa de nuestras serenadas herencias inmediatamente anteriores. Hay mucho de surrealismo franc¨¦s importado de la mano del tambi¨¦n poeta gaditano Carlos Edmundo de Ory, residente en Amiens, desde Dios sabe cuando. Se observan algunos rasgos de los autores m¨¢s inspirados de las vanguardias europeas de primera mitad de siglo, mucho del mecanicismo autom¨¢tico y, sobre todo, dir¨ªa yo, la profunda influencia de la generaci¨®n Beat americana.
El tremendismo contracultural y la continua experimentaci¨®n con el hombre, su historia y sus sentidos, las diversas problem¨¢ticas de nuestro siglo contempladas desde un entorno sociogeogr¨¢fico concreto y en una penetrante visi¨®n cr¨ªtica, constituyen los eones fundamentales de esta obra. De aqu¨ª su universalismo y su explicable pertenencia al reducto del silencio.
Y Espa?a no est¨¢ por ello menos presente en el libro. Yo dir¨ªa que al contrario. Unicamente que no se trata de un poeta marcadamente geogr¨¢fico, sino que trasciende a toda una problem¨¢tica de la que todos podemos hacernos part¨ªcipes de un modo u otro. Andaluc¨ªa es entonces ese entorno no especificado por el que muchas cosas se explican huyendo t¨®picos y acerc¨¢ndose a la realidad dif¨ªcil, que le rodea hasta hac¨¦rnosla desde el punto de vista humano. El hombre, vuelvo a repetirlo, es el centro de estos Poemas anuales, como lo es de toda la producci¨®n que de Fern¨¢ndez Palacios conozco, el hombre y la situaci¨®n l¨ªmite, un expresionismo pintado a base de fuertes brochazos de sensibilidad que me han impresionado profundamente.
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