Alechinsky
Nuevamente, Pierre Alechinsky y, nuevamente, a merced de sus despojos, migajas y escurrideras. Vuelve el arriesgado cofundador de Cobra a visitarnos por segunda vez en lo que va de temporada, con un pu?ado de obras menores, cuando son las mayores las que una anacr¨®nica exigencia de actualidad (as¨ª qued¨® dicho, hace apenas unas semanas, en las p¨¢ginas de EL PAIS) reclama, junto a las de Asger Jorn, Karel Appel.... su pronta, aunque necesariamente tard¨ªa, comparecencia entre nosotros.?Por qu¨¦ no prueba la Fundaci¨®n Juan March a completar el ciclo del expresionismo abstraccionista made in USA (que a lo largo de un mes ha venido y viene recabando masivas atenciones) con el que daneses, holandeses y belgas de Cobra llevaron a cabo por v¨ªa, si no de r¨¦plica, s¨ª de estricto correlato? Sugerencia o s¨²plica que ser¨ªa, sin duda alguna, del agrado y aplauso de muchos ver convertida en aleccionadora realidad.
Alechinsky
Galeria Ponce. Plaza Mayor, 23.
Menor y muy menor (restos, recuerdos o retazos de otras empresas de m¨¢s altos vuelos), la exposici¨®n de Alechinsky, que por estos d¨ªas tiene lugar en Madrid me parece, pese a todo pesar, digna de encomio, en atenci¨®n a unas cuantas razones. Y es la primera de ellas la falta de pretensiones de quienes la han montado. No hay aqu¨ª quid pro quo ni empe?o alguno de dar gato por liebre. Se expone lo que se anuncia, y a precios mas que razonables.
Diez a?os de carteles y estampas, reza el t¨ªtulo de la muestra, y ni uno m¨¢s ni uno menos son los veintid¨®s carteles y las diecis¨¦is estampas (grabados, litos y xilograf¨ªas) que desde 1967 h asta el a?o en curso ha dado a la luz Pierre Alechinsky y, con rigurosa referencia de modalidad y origen, obran en cat¨¢logo. Como propina de lo anunciado, puede usted adem¨¢s admirar cuatro conocidos libros ilustrados por el buen artista belga, con profusi¨®n de t¨¦cnicas y libertad de procedimientos.
Todo lo parcial y fragmentaria que se quiera o se diga, es ¨¦sta la colecci¨®n m¨¢s completa que de obra gr¨¢fica de Pierre Alechinsky jam¨¢s se haya visto en Madrid (as¨ª nos luce el pelo), excelentemente montada y adornada, seg¨²n dije, con todo pormenor en cuanto a fe chas, tiradas y procesos. Hermosa exposici¨®n, hermosa, alegre, bien entonada y, por si fuera poco; ofrecida a precios nada prohibitivos.
?Quiere usted decorar atinada mente la pared que preside su tresillo? Por ochocientas pesetas est¨¢ a su alcance un espl¨¦ndido cartel de Alechinsky, facult¨¢ndosele incluso moderadas apetencias inversoras o hallazgos de lance y ocasi¨®n. Desde 8.000 hasta 15.000 pesetas cuenta usted con la posibilidad de adquirir una estampa numerada y firmada por uno de los maestros de Cobra. Pese a sus aires de oferta extraordinaria, no pretenden estas l¨ªneas hacer el g¨¦nero. Se limitan a dar cuenta de un hecho poco usual en nuestro mercado de las artes gr¨¢ficas.
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