Presos comunes

S¨®lo quiero hacer una breve puntualizaci¨®n acerca de lo expuesto por don Antonio Rato sobre los presos comunes en esta misma secci¨®n. No hace falta ser ?superprogresista? para tener en cuesti¨®n penal un punto de vista algo m¨¢s radical que el del se?or Rato: basta con no ser declaradamente conservador. La concepci¨®n social que sostiene que al delincuente ?se le debe aislar, por la misma raz¨®n que se aisla al portador de un virus o a un demente peligroso? es tan cient¨ªfica como la que inspiraba a los m¨¦dicos experimentadores de la Alemania nazi la concepci¨®n revolucionaria que sostiene que en la sociedad justa ?s¨®lo los enfermos mentales ser¨¢n delincuentes? se apresta sencillamente a cambiar un orden represivo por otro, y una l¨®gica del dominio, por su refinamiento.En la sociedad explotadora, represiva y burocr¨¢tica, toda acci¨®n ?asocial y responde a una promesa m¨¢s desgarradoramente liberado ra que el proyecto que anima a quienes no quieren sino cambiar el personal de oficinas del orden. La b¨²squeda de medios de control social no represivos ni mutiladores es obligaci¨®n revolucionaria de todos los partidos pol¨ªticos que consideran que la c¨¢rcel, la f¨¢brica, el manicomio y el cuartel forman parte del bagaje inamovible de la condici¨®n humana. A esos se les ha reprochado su desatenci¨®n al problema de los presos llamados ?comunes? y su falta de inter¨¦s por incluirlos en una amnist¨ªa que merecen tanto como cualquiera y m¨¢s que muchos. Los otros partidos, sean democr¨¢ticos, totalitarios o lo uno y lo otro alternativamente, seg¨²n decidan los jefes, han dejado de interesar hace mucho a quienes deseamos una comunidad racional. AEPPE,