Pol¨¦mica en el socialismo franc¨¦s sobre el plan de nacionalizaciones
Ante la perspectiva de una posible victoria de la Uni¨®n de la Izquierda en las pr¨®ximas legislativas. adelantadas o no, tema de las nacionalizaciones que prev¨¦ el Programa Com¨²n adquiere dimensiones trascendentes por ser el cap¨ªtulo m¨¢s temido por la derecha, y el que sirve a la mayor¨ªa gubernamental para clamar de antemano contra la llegada irremediable del ?colectivismo" al poder. En el seno de la izquierda es la cuesti¨®n m¨¢s discutida, en primer lugar, entre el PCF y el PS, que no entiende ser indemnizados los accionistas. Al mismo tiempo, en el interior del Partido Socialista de Francois Miterrand tampoco existe unanimidad.
Los socialistas han encarado el tema abiertamente. Dos tesis se est¨¢n exponiendo actualmente sobre la naturaleza profunda de las nacionalizaciones. El debate planteado puede formularse de la siguiente manera: la nacionalizaci¨®n, ?debe concebirse como una simple apropiaci¨®n por parte del Estado, de los bancos y de algunos grupos industriales privados, e hay que introducir una nueva legitimidad de poder dentro de las empresas nacionalizadas?Hasta la fecha, el PS no ha adoptado una posici¨®n definitiva. Su l¨ªder, el se?or Mitterrand, tendr¨¢ que arbitrar entre las dos corrientes que defienden cada una de las f¨®rmulas enunciadas.
Nadie en el PS desear¨ªa que la nacionalizaci¨®n de una empresa equivalga a la ?estatalizaci¨®n?, es decir, que se copia de las nacionalizaciones realizadas por la derecha durante los ¨²ltimos treinta a?os. Ahora bien, las dificultades surgen a la hora de encontrar modalidades
La primera f¨®rmula aparece patrocinada por el ala izquierda del partido, el CERES (un tercio del PS). Te¨®ricamente, ese procedimiento deber¨ªa hacer revertir el ?poder? de la empresa al ciudadano, pero en la pr¨¢ctica se trata de lo siguiente: el Estado indemniza a los accionistas y se convierte en propietario, y los funcionarios que representan al Estado orientan, administran y dirigen la empresa. Es la confirmaci¨®n del poder de los tecn¨®cratas y de los expertos.
El segundo mecanismo de nacionalizaci¨®n lo apoyan dos especialistas del PS, Michel Rocard y Jacques Attali. Su objetivo consiste en evitar el ?capitalismo de Estado y su centralismo tecnocr¨¢tico ?. Para conseguir esto, su estrategia preconiza la ?ruptura? de la legitimidad del poder y del derecho de propiedad, tanto de los accionistas, como de los nuevos representantes del Estado.
Para hacer desaparecer la ?antigua? legitimidad, hay que inventar una nueva. Los se?ores Rocard y Attali prev¨¦n cuatro etapas. Primera: todas las acciones de una empresa nacionalizada pasan al Estado; segunda: el Gobierno nombra un comisarion le confiere todos los poderes; tercera: este comisario garantiza la continuidad del funcionamiento de la empresa y, al mismo tiempo, prepara las medidas de nacionalizaci¨®n.
Ah¨ª empieza el aspecto original de esta, segunda f¨®rmula de, nacionalizaci¨®n: los accionistas despose¨ªdos por el Estado pueden volver a comprarle las acciones, pero lo que le comprar¨ªan no ser¨ªan las antiguas acciones, sino una especie de ?certificados de inversi¨®n?, de valor igual al del antiguo paquete de acciones de cada accionista. Ahora bien, estos ?certificados? no le devolver¨ªan a su poseedor el derecho de propiedad, sino que le garantizar¨ªan simplemente una renta m¨ªnima del capital, proporcional a la marcha de la empresa. Y, por fin, la etapa cuarta: a partir del momento en que los accionistas ya no tienen poder, ¨¦ste pasar¨¢ a otras manos, que ser¨ªan las siguientes: una asamblea general formada en un 30% por representantes de los obreros, otro 30% por portavoces de la clientela, y un, 30% por delegados de las colectividades locales; finalmente, un 5% de diputados, 3% de senadores y 2% del Consejo Econ¨®mico y Social. Esta asamblea nombrar¨ªa un directorio y un consejo de vigilancia, que tendr¨ªan que contar con el visto bueno del Gobierno.
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