La CEE impone una tregua
EL MANDATO negociador con Espa?a, aprobado el martes por el Consejo de Ministros de la CEE (v¨¦ase EL PAIS de 6 de abril) responde m¨¢s a condicionamientos de car¨¢cter pol¨ªtico que a un planteamiento econ¨®mico. Parece claro que los dirigentes comunitarios no est¨¢n dispuestos a negociar con un Gobierno cuya perspectiva futura queda limitada por las elecciones del mes de junio. Se ha impuesto, por tanto, una pausa.Pocos dudan a estas alturas en Bruselas que antes o despu¨¦s la Comunidad deber¨¢ ser ampliada a los tres pa¨ªses meridionales -Espa?a, Portugal y Grecia- que ahora piden entrar. Ello implicar¨¢, sin duda, un replanteamiento a fondo de las estructuras comunitarias, casi inservibles ya para un colectivo de nueve Estados que cada vez tienen menos rasgos socioecon¨®micos y pol¨ªticos comunes. Pero pocos se atreven a predecir una fecha fiable para que tal cosa ocurra. Mientras tanto, los gobernantes de cada uno de los nueve pa¨ªses comunitarios aspiran a utilizar electoralmente sus relaciones con una Espa?a cuyo proceso democr¨¢tico se halla en v¨ªas de consolidaci¨®n.
Un apoyo indiscriminado a nuestro pa¨ªs, en estos momentos, ser¨ªa un cheque en blanco que los europeos -todav¨ªa preocupados por lo que aqu¨ª pueda acontecer- no est¨¢n dispuestos a otorgar. Las demandas de las organizaciones nacionales de agricultores, y las peticiones sindicales de proteccionismo son, adem¨¢s, elementos que preocupan a los Gobiernos de la CEE. Pol¨ªticamente existen dudas y econ¨®micamente temores, sobre todo a la agricultura espa?ola y a la mano de obra emigrante.
Tampoco debe olvidarse que las disensiones internas gravitan enormemente sobre las decisiones comunitarias. Por ello, de alguna manera, el mandato acordado y la tesis de readaptaci¨®n del acuerdo en dos etapas es una f¨®rmula para tranquilizar a todos los miembros sin contentar a ninguno. A Espa?a menos que a nadie.
Nuestro pa¨ªs ha sustentado hasta el ¨²ltimo momento su oposici¨®n al proceso readaptador en dos etapas y, aunque, no lo haya evitado, conviene descargar de dramatismo la situaci¨®n que se plantea al futuro de nuestro comercio exterior con los tres nuevos pa¨ªses de la CEE: Gran Breta?a, Dinamarca e Irlanda. Hay que decir que el principal componente de nuestras exportaciones a estos paises -especialmente a los dos primeros- corresponde al sector agrario, y el r¨¦gimen arancelario para estos productos quedar¨¢ equiparado al de los restantes pa¨ªses comunitarios durante los seis meses de la primera fase, lo cual perjudicar¨¢ a los exportadores espa?oles, aunque haya contrapartidas favorables en el campo industrial.
Los problemas mayores pueden plantearse a partir del 1 de enero de 1978, buando deba entrar en vigor la segunda fase. Antes, ambas partes se sentar¨¢n en la mesa de negociaciones, para intentar fijar criterios comunes que readapten globalmente el acuerdo de 1970; algo en lo que las dos partes est¨¢n interesadas. Espa?a porque desea mayores concesiones agr¨ªcolas y la Comunidad porque persigue un mejor tratamiento para sus productos industriales.
Para entonces, es de esperar que muchas cosas hayan sucedido en Espa?a y posiblemente en la propia Comunidad Econ¨®mica Europea. Por lo que no cabe hacer pron¨®sticos. S¨ª hay que decir, en cambio, que el mandato no incluye garant¨ªa alguna para Espa?a en todo el proceso negociador y que ah¨ª radica el principal peligro de la tesis triunfadora y, es de suponer, el motivo de la f¨¦rrea oposici¨®n espa?ola.
M¨¢s que un mandato negociador, lo que la CEE ha aprobado es una especie de tregua. El tiempo dir¨¢ a qui¨¦n favorece.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.