Tirar el dinero
Son s¨®lo tres ejemplos, aunque se podr¨ªan encontrar muchos m¨¢s. El deporte espa?ol, con nueva cara, debe cambiar tanto para convertirse en una actividad positiva, que parece ya una misi¨®n imposible. Vigo se qued¨® sin el Espa?a-Hungr¨ªa de f¨²tbol, pero gan¨® —el Celta m¨¢s bien— un campo de Bala¨ªdos con nuevo y flamante c¨¦sped. En lo que casi nadie ha reparado, dentro del marem¨¢gnum originado por el tema y otros posteriores m¨¢s del desbordado f¨²tbol —sanciones, invasiones de las hordas alienadas— es que uno de los pocos estadios existentes en Espa?a ha desaparecido. En efecto, el de Bala¨ªdos, denominado estadio, porque era uno de los pocos en Espa?a que ten¨ªa alrededor del c¨¦sped pista de atletismo, se ha quedado simplemente en campo. El arreglo municipal —uno anterior, de 1975, s¨®lo permit¨ªa ya entrenamientos— ha pensado tanto en el deporte del bal¨®n redondo que se ha cargado el deporte rey en la capital viguesa. Unicamente queda una pista de ceniza municipal... de trescientos metros. Y luego habr¨¢ quejas de que no salen m¨¢s ?lvarez Salgado o Carlos P¨¦rez.
Los otros dos casos se refieren al deporte femenino, tan olvidado y nulo hasta hace bien poco tiempo y que contin¨²a, por lo visto, bajo las mismas premisas. Han terminado las ligas de baloncesto y balonmano, que se han desarrollado desde octubre a marzo y como este a?o no hay competici¨®n de copa ni en el deporte de la canasta siquiera, se abre un par¨¦ntesis de inactividad regular nada menos que de siete meses. ?Se puede progresar con una monstruosidad as¨ª? Las baloncestistas juniors, por ejemplo, ir¨¢n al Campeonato de Europa junior en agosto s¨®lo a base de entrenamientos, Sin partidos oficiales pr¨¢cticamente.
Uno de los m¨¢s grandes absurdos del deporte espa?ol es seguir el m¨¦todo de los pa?os calientes. Con unos viajes y un torneo al a?o se da la sensaci¨®n de hacer labor en cualquier actividad. Es un enga?o. Las planificaciones tienen que ser mucho m¨¢s ambiciosas y si no son factibles olv¨ªdese de una vez la ¨¦lite y ati¨¦ndase el deporte de masa. As¨ª, al menos, no se tirar¨¢ el dinero en chapuzas sin porvenir como hasta ahora.
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