Un plan energ¨¦tico de emergencia / y 3
Tras el an¨¢lisis de la situaci¨®n energ¨¦tica actual, la actual estructura de nuestra demanda y las medidas a corto plazo para ahorro de energ¨ªa, este tercer y ¨²ltimo cap¨ªtulo est¨¢ destinado a detallar las medidas a corto plazo para sustituci¨®n de energ¨ªa cara por energ¨ªa m¨¢s barata y otras a medio y largo plazo para ahorrar energ¨ªa y/o sustituir energ¨ªas caras por otras m¨¢s baratas.Medidas a corto plazo para sustituir energ¨ªas por otras m¨¢s baratas
- Limitaci¨®n del crecimiento de la demanda de GLP a la producci¨®n de las refiner¨ªas nacionales, ya que el exceso hay que importarlo a un precio de 135/ 145 $/t, frente a 93 $/t el petr¨®leo crudo.
- Sustituci¨®n de las naftas de amon¨ªaco por gas natural. Cada tonelada de nafta sustituida dar¨ªa un ahorro neto de 70/75 $. El ahorro potencial total ser¨ªa de un mill¨®n de toneladas, es decir 70/75 millones de d¨®lares/a?o. El reemplazamiento total requerir¨¢ 2/3 a?os, pero la sustituci¨®n puede comenzar e n forma inmediata. La causa de que esto no se haya hecho hasta ahora es que los productores de amon¨ªaco reciben unas subvenciones de 4.500 pesetas por tonelada de nafta, lo que al no ocurrir con otras materias primas les obliga, necesariamente, a utilizar naftas. Si la subvenci¨®n en vez de a la materia prima se pasa al amon¨ªaco (al objeto de no incrementar el precio de los fertilizantes que son el producto final), se puede utilizar gas natural que, adem¨¢s de ser mucho m¨¢s barato en divisas, tiene un mayor rendimiento en amon¨ªaco que la nafta.
- Los precios realistas que se han mencionado en el punto anterior permitir¨ªan una penetraci¨®n m¨¢s r¨¢pida del gas natural, cuyo coste en divisas es un 35 % inferior al petr¨®leo. Cada tonelada de petr¨®leo sustitu¨ªda por gas natural ahorrar¨ªa unos 30 $. En tres a?os pueden sustituirse cinco millones de toneladas de petr¨®leo equivalente, es decir 150 millones de d¨®lares en divisas.
- Cambio en el sistema de adquisiciones de crudo. El tema es complejo y no se puede desarrollar en estas breves l¨ªneas,
Pero existen evidencias de que Espa?a ha venido pagando por su petr¨®leo un precio superior al de otros pa¨ªses europeos. El porcentaje medio de este sobrecosto es dif¨ªcil de cuantificar, s¨®lo una encuesta a nivel de Gobierno similar a las realizadas por Estados Unidos o Francia poco despu¨¦s del comienzo de la crisis energ¨¦tica podr¨ªa permitir conocer d¨®nde estamos hoy realmente.
Medidas a medio plazo para ahorrar y/o sustituir energ¨ªas caras por otras m¨¢s baratas
Varias de las medidas anteriormente citadas son, en realidad, a medio plazo, aunque se han mencionado en el punto anterior porque surtir¨ªan efectos desde el primer momento aunque su efecto total se prolongar¨ªa en el tiempo. En relaci¨®n con ¨¦stas, hay que se?alar que muchos de los males del sector son estructurales, y, por lo tanto, si se quiere hacer una pol¨ªtica realmente eficaz de racionalizaci¨®n energ¨¦tica a largo plazo, hay que modificar parcialmente la estructura del sector energ¨¦tico espa?ol. Este tema requerir¨ªa un tratamiento aparte, por lo que simplemente me limito a mencionarlo aqu¨ª.
- Utilizaci¨®n de las centrales
termoel¨¦ctricas (convencionales o nucleares) para el suministro de calefacci¨®n y agua caliente a las ciudades y vapor a baja presi¨®n a la industria. En efecto, una central termoel¨¦ctrica desperdicia el 70% de la energ¨ªa primaria que utiliza y este desperdicio se produce fundamentalmente en el calentamiento del agua de refrigeraci¨®n; si este calor pudiera utilizarse en usos dom¨¦sticos o industriales, el ahorro energ¨¦tico que representar¨ªa para el pa¨ªs podr¨ªa ser enorme (el equivalente a tres o cuatro millones de toneladas de petr¨®leo al nivel de consumo actual). Evidentemente, se requieren condiciones especiales que no siempre se dan; la primera es 4ue las centrales t¨¦rmicas est¨¦n cerca de las ciudades; Barcelona y Bilbao son dos casos claros, Madrid ser¨ªa lo contrario; la segunda ser¨ªa la necesidad de realizar inversiones de una cierta consideraci¨®n en redes de tuber¨ªas. Sin embargo, los veinte o 30.000 millones anuales que, pod¨ªan ahorrar al pa¨ªs dan para mucho, con la enorme diferencia, adem¨¢s, que fomentarla el empleo y la inversi¨®n en nuestro pa¨ªs, en vez de ser una salida de divisas totalmente improductiva en calentar la atm¨®sfera y el agua del mar o de los r¨ªos.
- Prohibici¨®n total de construir edificios dotados de calefacci¨®n el¨¦ctrica.
- Especificaciones muy severas de aislamiento t¨¦rmico en cualquier nueva construcci¨®n, y especialmente en las financiadas directa o indirectamente con dinero p¨²blico.
- Obligaci¨®n de todas las empresas por encima de un cierto nivel de consumo de energ¨ªa de crear un puesto de ingeniero energ¨¦tico, cuya misi¨®n exclusiva fuera controlar los consumos de energ¨ªa y proponer soluciones para su disminuci¨®n.
- Creaci¨®n a nivel de Administraci¨®n de un organismo encargado de fomentar y vigilar el ahorro de energ¨ªa. Este organismo tendr¨ªa la misi¨®n de revisar en forma continua las distintas industrias, con facultad para imponer sanciones, y limitar los suministros de cualquier energ¨ªa. Actuar¨ªa tambi¨¦n como consultor, recomendando mejoras que disminuyan los consumos espec¨ªficos, y facilitando ayuda econ¨®mica para inversiones que fomenten el ahorro, vigilando estrictamente su aplicaci¨®n a tal fin.
Otra funci¨®n esencial de este organismo ser¨ªa la elaboraci¨®n de amplias estad¨ªsticas energ¨¦ticas, ya que las actuales son parciales y muy incompletas, fundamentalmente en el terreno de los consumos sectoriales. Sin una s¨®lida base estad¨ªstica, no ser¨¢ posible realizar una pol¨ªtica de ahorro energ¨¦tico en profundidad.
- Restricciones al transporte de mercanc¨ªas por carretera, en favor de los ferrocarriles, que son de dos a tres veces m¨¢s energ¨¦tico-eficientes por tonelada/kil¨®metro.
En adici¨®n a esto, en el caso de que el consumo de carburante siguiera creciendo, habr¨ªa que pensar bien en un nuevo incremento de los precios, o bien en la limitaci¨®n de la circulaci¨®n autom¨®vil, prohibiendo circular los d¨ªas pares a los veh¨ªculos con matr¨ªcula impar y viceversa.
Ahorros obtenibles
Con las medidas se?aladas en puntos anteriores, cumplidas estrictamente, los ahorros previsibles ser¨ªan los siguientes:
Condiciones de entorno: PNB: + 3% anual; temperatura: normal; hidraulicidad: normal.
En total, con la aplicaci¨®n de las medidas propuestas, podr¨ªa mantenerse un crecimiento del PNB en 1977 del 3%, y ahorrar simult¨¢neamente entre tres y cuatro millones de toneladas equivalentes de petr¨®leo, sobre el consumo previsto por el Plan Nacional de Combustibles.
Si el crecimiento del PNB fuera del 0%, el ahorro podr¨ªa ser de cinco a seis millones de toneladas.
Si el tiempo fuese fr¨ªo, el consumo se incrementar¨ªa en un mill¨®n de toneladas.
Si el a?o fuese seco, el consumo se incrementar¨ªa entre uno y dos millones de toneladas.
En a?os sucesivos, las medidas de sustituci¨®n y ahorro que hemos se?alado, deber¨ªa permitir ligeros crecimientos (hasta el 2%) del PNB sin incrementos en el coste en divisas de nuestro abastecimiento. Crecimientos mayores del PNB conducir¨ªan a incrementos del coste en divisas del aprovisonamiento, a no ser que fueran tomadas medidas de ahorro m¨¢s rigurosas a¨²n, lo que, sin duda, acabar¨¢ siendo necesario en un futuro no muy lejano.
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