Separaci¨®n de sexos

Soy una mujer casada, trabajadora y estudiante universitaria. Siempre he querido practicar alg¨²n deporte: pero esto no es f¨¢cil cuando se tiene poco tiempo y dinero, ya que los clubs de la zona donde vivo son para los econ¨®micamente fuertes y no puedo invertir demasiado tiempo en los desplazamientos.Alguien me inform¨® que el Club Santiago que est¨¢ bastante cerca de mi casa no era excesivamente caro. Present¨¦ mi petici¨®n de ingreso en el club y me fue rechazada en aquel mismo momento porque ?estoy casada?. Es requisito indispensable que las mujeres casadas se inscriban con sus maridos; pero no ocurre as¨ª con los maridos; ¨¦stos s¨ª pueden hacer deporte sin que lo hagan sus mujeres en dicho club.

Entiendo que esta concepci¨®n del deporte, del matrimonio y de la moral es de un anacronismo dif¨ªcil de asimilar racionalmente. Y m¨¢s si sabemos que, aun admitidas las parejas, hay instalaciones, como la piscina, en las que se separa a las personas conforme a su sexo.

En guardianes de qu¨¦ moral se erigen los directivos de este complejo? ?Es que quieren evitarme ?pel¨ªgros? a m¨ª y a sus propios socios? No se preocupen, se?ores m¨ªos, que de mi propia vida ya me encargo yo sin necesitar ?padres que velen por m¨ª?.

O, por el contrario, ?que extrana trama econ¨®mico-religlosa-moral mantiene el mencionado club?