"El estructuralismo respeta las diferencias de las culturas"
El fil¨®sofo Jean-Marie Benoist pronunci¨® ayer una conferencia en el Instituto Franc¨¦s sobre la ideolog¨ªa estructuralista. Ha sido profesor en el Liceo Franc¨¦s de Londres y agregado cultural de la embajada francesa en Londres; en la actualidad es profesor del Coll¨¦ge de France y presidente del Instituto Nacional Audiovisual.
El estructuralismo, Europa y el barroco son los campos de investigaci¨®n del profesor Benoist. Ha publicado Marx est mort (1970), La r¨¦volution structurale ( 1975), Tyrannie du Logos (1975) y Pavana pour une Europe d¨¦funte (1976). Algunas de estas obras se traducir¨¢n al castellano en los pr¨®ximos meses.? El estructuralismo ha sido acusado -declara a EL PAIS el profesor Benoist- desde el marxismo humanista y el personalismo cristiano, de ser una ideolog¨ªa c¨®mplice de la tecnocracia, una filosof¨ªa fija. Considero que, gracias a un pensamiento pluralista que rechaza los mitos doctrinarios del sentido ¨²nico, el m¨¦todo y la filosof¨ªa estructuralista han librado una liberaci¨®n intelectual. Una nueva concepci¨®n de la historia est¨¢ presente en la obra de L¨¦vi-Strauss, Foucault y Althusser, que procede de la discontinuidad y no del mito providencialista de una historia fatalista.?
?Por otra parte, el campo estructural respeta las diferencias de las culturas y sus modos de evoluci¨®n. En el aspecto literario, la estrategia de lectura tiene una liberaci¨®n frente a los grandes autores desacralizados y hay una impertinencia final del texto, la pluralidad de sentidos, que lucha contra lo que Marcuse llam¨® el hombre unidimensional. Es un pensamiento de lo heterog¨¦neo. Es un m¨¦todo, riguroso y cient¨ªfico, que acoge la diversidad, que en definitiva significa un derecho a la herej¨ªa.?
El peligro estructuralista, a partir de los a?os sesenta, se extendi¨® con fuerza por varios pa¨ªses europeos, sin encontrar arraigo en Espa?a. ?El campo estructural -dice el profesor Benoist- es disperso y no pretende un cuerpo de doctrina, crear una escuela. Pero hay en Espa?a una tradici¨®n barroca y de amor al signo, al lenguaje que predispone en los intelectuales espa?oles a apreciar ciertos aspectos del estructuralismo. Soy optimista en el di¨¢logo de estas culturas latinas bajo el signo de la investigaci¨®n estructural.?
?En Francia e Italia -a?ade- el estructuralismo ha funcionado como una ideolog¨ªa cr¨ªtica de la ideolog¨ªa de la Escuela de Frankfort, en una problem¨¢tica de los signos, del ? lenguaje, que se manifiesta en una metaf¨ªsica de la representaci¨®n. El estructuralismo es un m¨¦todo y una pr¨¢ctica, con una ideolog¨ªa impl¨ªcita, que quiz¨¢ no llegue a ser formulada. La ideolog¨ªa estructuralista se pone en crlsis a s¨ª misma, produce los utensilios de su propia cr¨ªtica, aplic¨¢ndose la desmitificaci¨®n de las apariencias de los diversos discursos culturales. Hemos pasado de una semiolog¨ªa de los productos (prensa, publicidad, comics, cien), realizada por Barthes, a lo que Julia Krisleva llama una semi¨®tica de los procesos.?
La memoria cultural de Europa
Otro campo de meditaci¨®n del profesor Benoist es Europa y su integraci¨®n. ?Los eur¨®cratas -dice- no han evolucionado en treinta a?os. Piensan en una comunidad limitada a la econom¨ªa, a los medios, sin preocuparse de los fines, fascinado por modelos supranacionales. Cuando abogan por una integraci¨®n fuerte y la someten a la divisi¨®n del mundo en las dos hegemon¨ªas, quisieran construir un poder centralizado que significar¨ªa la disoluci¨®n de las culturas nacionales y regionales. Yo digo que Europa es rica por sus diferencias, que tiene que rescatar su memoria y su pasado para inventar nuevos modelos sociales y econ¨®micos y no dejarse fascinar por los viejos tecn¨®cratas. La creaci¨®n de un centro de investigaci¨®n podr¨ªa ayudarnos a nuestra descolonizaci¨®n cultural, con trabajos en la definici¨®n de un campo com¨²n, respetando las soberan¨ªas.?En cuanto al Parlamento europeo, el profesor franc¨¦s declara que se planteasen t¨¦rminos de todo o nada. ?Se piensa en una C¨¢mara que sea tan amenazadora como un poder ejecutivo. Se puede concebir un sistema bicameral, con una C¨¢mara elegida por sufragio universal y una especie d¨¦ Senado compuesto por las delegaciones parlamentarias nacionales. En las limitaciones de los poderes se puede imaginar mecanismos de control, para que los parlamentos nacionales ratifiquen o no las leyes del Parlamento europeo. ?
Concibe una Europa que rescate su memoria cultural, ?abierta hacia el Mediterr¨¢neo y el ?Tercer Mundo?, una Europa confederaI para acoger o inventar modos de relaciones.
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