Andr¨¦s Segovia, en la Academia
Con Andr¨¦s Segovia acceden a la Academia de San Fernando tres cuartos de siglo de guitarra espa?ola. No 75 a?os cualesquiera sino justamente los m¨¢s significativos en la historia del instrumento: los que se resumen en el nombre, la realidad hist¨®rica y la presente del nuevo acad¨¦mico. Porque Segovia con sus 84 a?os no a cuestas sino en volandas, permence joven en las m¨¢s importantes coordenadas de su persona y de su ser art¨ªstico.Pleno de vitalidad, cargado de ilusiones, so?ador un d¨ªa del concierto que dar¨¢ el siguiente, dedicado otro a trazar un nuevo cap¨ªtulo de sus ya iniciadas memorias, espa?ol de todos los mundos, universal en su rinc¨®n de Andaluc¨ªa, Segovia habita y simboliza parte del rostro musical de Espa?a. La voz de su guitarra, tan confidencial como su voz humana, lleg¨® y llega a todos los rincones con un poder de persuasi¨®n fuera de serie.
Andr¨¦s Segovia hace suya la herencia de cuantos lo antecedieron, desde los vihuelistas del Renacimiento hasta Francisco T¨¢rrega. De ah¨ª la consistencia de un mensaje tan personal que vale como punto de partida para quienes le sucedieron y, desde hace tiempo, son sus coet¨¢neos en los m¨¢s alejados rincones de la geograf¨ªa. Con todo, el legado de Segovia no valdr¨ªa lo que vale si s¨®lo hubiera hecho nacer guitarristas, por muchos e ilustres que fueran y son. Lo trascendental de ese legado, interesa, por derecho propio en la fenomenolog¨ªa de la cultura, pues se refiere a una nueva, distinta y m¨¢s exigente consideraci¨®n del instrumento -a una nobilizaci¨®n de la guitarra- y, al mismo tiempo, a una extensi¨®n multitudinaria de dimensiones insospechadas. La guitarra es hoy, quiz¨¢, el veh¨ªculo musical de mayor aceptaci¨®n entre todos. Esto ha sido posible a partir de Andr¨¦s Segovia, gracias a su labor antidemag¨®gica y supercr¨ªtica consistente en algo m¨¢s que dividir en dos la existencia de la guitarra, una popular y otra culta. Suele no ser cierta en m¨²sica, y en tantos otros campos de la cultura, semejante dicotom¨ªa. Lo importante no es separar sino asumir. La guitarra de Segovia fue, desde el primer momento, capaz de asumir con responsabilidad y poder de proyecci¨®n no la veta folklor¨ªstica o folklorizante de la guitarra sino su entera ra¨ªz tradicional. Bien sabemos que tradici¨®n no es s¨®lo saber popular sino en igual medida saber culto, minoritario primero, mayoritario, despu¨¦s y, al fin, representatividad y definici¨®n a trav¨¦s de rasgos caracter¨ªsticos, de constantes. En menos palabras: Segovia con la guitarra llev¨® a cabo un proceso an¨¢logo al preconizado por Pedrell y vivificado por Falla en la composici¨®n.
Es el caso que la guitarra, a pesar de algunos nombres que por ella hab¨ªan combatido, se la encuentra Segovia muy ase?oritada y muy metida en juerga. Sacarla de esos contextos, purificarla con aire limpio de pueblo sin deformaci¨®n, imponerla en las salas y en las orquestas de concierto fue la gran aventura de este don Quijote de Ja¨¦n y Granada.
La m¨²sica de Falla, el violoncello de Casals, la guitarra de Segovia. Estamos ante cap¨ªtulos completos y, de alguna manera, conectados de la cultura espa?ola del siglo XX. Nadie mejor que el propio Segovia lo sabe y en su discurso de recepci¨®n acad¨¦mica podr¨¢ exponerlo. O de lo que exponga, como de lo que cuenta en sus memorias, sabremos sacar todos en limpio la lecci¨®n de una vida y las razones de una biograf¨ªa musical creativa en grados desusados de fecundidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.