Los r¨ªos espa?oles se mueren
El aumento progresivo de la poblaci¨®n y el desarrollo industrial y agr¨ªcola implican, por un lado, un incremento continuo del consumo de agua y, por otro, un aumento de la contaminaci¨®n de este l¨ªquido cuya demanda crece al mismo tiempo que su destrucci¨®n.Este c¨ªrculo vicioso de la contaminaci¨®n de nuestros r¨ªos deber¨¢ ser solucionado urgentemente, con las medidas que sean, de lo contrario, nuestra propia existencia se ver¨¢ amenazada.
La aglomeraci¨®n humana de Madrid consume diariamente m¨¢s de mil millones de litros de agua. La tragedia ecol¨®gica no es este desmesurado consumo, inevitable, sino el que esta agua, una vez usada y contaminada, sea vertida sin m¨¢s al r¨ªo Manzanares, de ah¨ª al r¨ªo Jarama y finalmente al Tajo, contaminando diariamente millones de litros de agua en estos r¨ªos a los que va a parar las aguas residuales de Madrid.
Este fen¨®meno se repite en todas las poblaciones de nuestra geograf¨ªa, siendo el de las aguas residuales uno de los principales focos -junto con la industria- de la contaminaci¨®n de nuestros r¨ªos.
Las industrias contaminantes
La industria representa hacia el 50% de las causas de la contaminaci¨®n de nuestros r¨ªos. Este tipo de contaminaci¨®n tiene diversos or¨ªgenes:- Vertidos de las agua residuales de procesos industriales.
- Vertidos de las aguas utilizadas en la refrigeraci¨®n de procesos t¨¦rmicos.
- Arrastres producidos por la lluvia o avenidas de material amontonado en las escombreras sobre los cauces.
- Descargas accidentales de productos qu¨ªmicos -algunos t¨®xicos- debidos a errores de manipulaci¨®n y otras causas imprevisibles.
- Los vertidos de productos residuales s¨®lidos en los m¨¢rgenes de los cauces, que son arrastrados por las aguas cuando tiene lugar una crecida.
La contaminaci¨®n de tipo industrial m¨¢s importante es la debida a la fabricaci¨®n de pasta de papel, lavaderos de carb¨®n y otros minerales, industria textil, qu¨ªmica, refino de petr¨®leo, ba?os galv¨¢nicos, curtido y algunas industrias de la alimentaci¨®n, como la de cervecer¨ªas y malter¨ªas, industrias l¨¢cteas, azucareras, f¨¢bricas de levaduras, aceite de oliva mataderos y otras.
Las industrias nunca han incluido en sus costos de producci¨®n la valoraci¨®n econ¨®mica de la destrucci¨®n de la calidad de vida que ocasionan con la contaminaci¨®n del medio ambiente, en este caso que nos ocupa, del agua. Las estaciones de tratamiento de agua son costosas, en ocasiones pueden llegar al 20% de la inversi¨®n total de la planta industrial. Pero a la humanidad no le queda otra alternativa que hacerse cargo de esta fase de la producci¨®n, ya que de lo contrario, al margen del valor que podamos dar a la Naturaleza, se agotar¨¢ una materia prima imprescindible en casi todas las industrias: el agua.
El gran volumen de vertidos de aguas residuales rebasa ya en muchos casos el poder de autodepuraci¨®n de nuestros r¨ªos, algunos, como el Nal¨®n, en Asturias, (carb¨®n) o el Oria, en Euskadi, (papelera) se encuentran biol¨®gicamente muertos.
El empleo abusivo de pesticidas, herbicidas y plaguicidas, as¨ª como el de abonos ricos en nitr¨®geno, f¨®sforo y potasio, producen a trav¨¦s del agua de las lluvias la contaminaci¨®n de los r¨ªos.
La OCDE recomend¨® a todos sus pa¨ªses miembros se abstuvieran de emplear el DDT y otros insecticidas clorados, ya que estos productos t¨®xicos alteran seriamente el equilibrio ecol¨®gico al ir acumul¨¢ndose en las grasas de los animales provocando la esterilizaci¨®n de los que se encuentran al final de las cadenas alimenticias como pueden ser las aves de presa o las focas. No ser¨ªa de extra?ar que el hombre, a pesar de ser un animal mucho m¨¢s adaptable, con gran poder de asimilaci¨®n, empezara a sentir en su propio organismo los efectos de este tipo de contaminaci¨®n.
Los abonos fosfatados, por su lado, al ser drenados por las aguas de lluvia pueden acelerar el proceso de eutrofizaci¨®n de lagos, r¨ªos y pantanos. Dicho fen¨®meno produce la proliferaci¨®n del plancton, algas y otras formas superiores de plantas acu¨¢ticas. Ello provoca un aumento del consumo de ox¨ªgeno dentro del agua y por tanto una reducci¨®n progresiva del mismo, con lo que la vida acu¨¢tica comienza a empobrecerse hasta la total destrucci¨®n del lago o r¨ªo en cuesti¨®n. Varios lagos de Norteam¨¦rica est¨¢n biol¨®gicamente muertos debido a este proceso.
Al ser necesarios los abonos para la mejora de la agricultura, la soluci¨®n a este problema reside en asesorar a los campesinos para que hagan un uso racional de estos productos qu¨ªmicos.
Otro factor de contaminaci¨®n de los r¨ªos son los detergentes. El consumo de este producto ha crecido desmesuradamente en nuestro pa¨ªs, as¨ª, en el a?o 1961 se consumieron 35.000 toneladas de detergente en toda Espa?a, actualmente el consumo se acerca a las 300.000 toneladas anuales.
Los detergentes son una fuente de peligro para la salud p¨²blica, ya que la espuma favorece la larga persistencia de g¨¦rmenes fecales. La espuma es consecuencia de la falta de biodegrabilidad de este producto. En 1968 se dictaron diversos decretos en virtud de los cuales se prohib¨ªa a partir de 1970 la fabricaci¨®n de detergentes no biodegradables. Sin embargo, los nuevos detergentes, s¨®lo consiguen degradarse en un 80 ¨® 90%.
Legislar no basta
El principio fundamental que informa la legislaci¨®n espa?ola en esta materia es que el agua debe ser devuelta a su cauce en condiciones de calidad no inferiores a las que pose¨ªa cuando fue derivada.Sin embargo, de nada sirve legislar si luego las leyes no se cumplen. Numerosas industrias prefieren pagar la multa correspondiente por causar un desastre ecol¨®gico que incorporar a su proceso de producci¨®n una instalaci¨®n depuradora o anticontaminante. Es posible que la situaci¨®n econ¨®mica de muchas empresas no les permita realizar esas inversiones. En tal caso el Estado debe intervenir.
La legislaci¨®n espa?ola sobre aguas es muy dispersa ya que afecta a un gran n¨²mero de Departamentos ministeriales: Obras P¨²blicas, Industria, Agricultura, Gobernaci¨®n, Comercio e Informaci¨®n y Turismo. Es hora de que la responsabilidad de la conservaci¨®n de nuestros r¨ªos est¨¦ centralizada en un solo organismo.
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