El proyecto Airb¨²s, ante la etapa m¨¢s crucial de su historia
El arrendamiento por seis meses de cuatro Airb¨²s A-300 por la Eastern Airlines, una de las grandes compa?¨ªas a¨¦reas estadounidenses de r¨¦gimen interior, puede provocar la definitiva entrada de este modelo aeron¨¢utico, impulsado por Europa, en el mercado norteamericano. El futuro del proyecto Airb¨²s, el m¨¢s ambicioso abordado por el viejo continente, junto con el Concorde, puede dar un giro de 180 grados, y ofrecer las previsiones m¨¢s optimistas de todas cuantas ha presentado a lo largo de sus casi ocho a?os de existencia, seg¨²n expertos consultados por EL PAIS.
Cuando en plena d¨¦cada de los sesenta, Europa proyect¨® la puesta en marcha de una industria de aviaci¨®n comercial propia que disminuyese la dependencia tecnol¨®gica y que respaldase de forma importante la imagen de una unidad europea -tan en boga por aquellos a?os- en un sector tan vital como el aeron¨¢utico, pocos expertos pudieron prever que tal proyecto se encontrar¨ªa con tantas trabas como, posteriormente, la realidad demostr¨®.El espectacular descenso del tr¨¢fico a¨¦reo, la crisis energ¨¦tica y la consecuente econ¨®mica fueron factores fundamentales que determinaron el escaso ¨¦xito de un avi¨®n que ten¨ªa como objetivo la masificaci¨®n del transporte a¨¦reo -su propio nombre de autob¨²s del aire, as¨ª lo indica-, ya que cuenta con una capacidad de 250 pasajeros.
En la actualidad, el proyecto Airb¨²s, no deja de ser una sombra de lo inicialmente previsto. El hecho de que se fijase en cuatrocientas unidades la cota de producci¨®n a partir de la cual la construcci¨®n del avi¨®n podr¨ªa comenzar a ser rentable y de que ocho a?os despu¨¦s existan s¨®lo veinticuatro volando, 36 pedidos en firme y veinticinco opciones de compra, son datos que demuestran, cuando menos un inicial fracaso de la industria aeron¨¢utica europea.
Con la participaci¨®n conjunta de cuatro Gobiernos, -franc¨¦s, alem¨¢n, holand¨¦s y espa?ol (este ¨²ltimo de forma claramente minoritaria, 2 % en la financiaci¨®n y un 4,2 % de participaci¨®n en los trabajos de mano de obra)- y la financiaci¨®n marginal de una parte de su desarrollo a cuenta de Gran Breta?a, las empresas aeron¨¢uticas de los paises miembros en el proyecto, Aerospatiale of France, Deustche Airbus, Hawker Siddeley Aviation of UK, Fokker-VFW of the Netherlands y Construcciones Aeron¨¢uticas de Espa?a, se han visto inmersas, en m¨¢s de una ocasi¨®n, en manejos pol¨ªticos que han superado las operaciones meramente comerciales, corto consecuencia de unos intereses supranacionales.
La postura de Iberia
Iberia, a pesar de ser la compa?¨ªa a¨¦rea de uno de los pa¨ªses miembros del consorcio europeo, no ha comprado hasta el momento ninguno de los modelos Airb¨²s, a pesar de que en su momento tuvo un pedido en firme, sobre cuatro aparatos, en su versi¨®n A-300 B4, y una opci¨®n de compra sobre otras cuatro unidades.?En efecto -se?ala Ramiro Fern¨¢ndez, director de Planificaci¨®n de Iberia- nuestra compa?ia estaba dispuesta a apoyar en la medida en que esto era posible el proyecto Airb¨²s.? En este sentido, cuando en 1971, la compa?¨ªa aborda la reestructuraci¨®n de la flota, apartando los Caravelles, se decidi¨® la compra de cuatro unidades y una opci¨®n sobre otros cuatro, ya que en aquellos a?os se consideraba que el citado modelo pod¨ªa ofrecer una serie de ventajas importantes para el transporte a¨¦reo entre capitales europeas, de distancias medias, para las que estaba proyectado. La entrega de estas cuatro unidades deber¨ªa efectuarse en 1975, mientras que la opci¨®n de compra ser¨ªa para a?os subsiguientes.
Ramiro Fern¨¢ndez tiene especial inter¨¦s en se?alar que la compra se basaba en la necesidad de cubrir un mercado de acuerdo con dos coordenadas: el radio de acci¨®n y el tama?o del avi¨®n para el previsto transporte de masas. Estas dos necesidades se consideraban previas para hacer rentable la compra de los Airb¨²s.
Poco despu¨¦s llega la crisis energ¨¦tica y la consecuente econ¨®mica, con lo que el tr¨¢fico a¨¦reo comienza a retroceder a cotas insospechadas dos a?os antes. Iberia inicia una reconsideraci¨®n de su petici¨®n de compra. Otros factores se vienen a unir a los ya expuestos: la regulaci¨®n del transporte a¨¦reo, el escaso eco que tiene el avi¨®n en el mundo y el que Iberia reconsidere, ante esas circunstancias, el experimentar este modelo en su flota, hace que los ¨®rganos de decisi¨®n de la compa?¨ªa espa?ola cancele en 1974 la compra de los cuatro aviones y la opci¨®n correspondiente. A pesar de ello, Iberia nunca ha roto las negociaciones a nivel empresarial con Airbus Industrie.
Ante esta decisi¨®n, los Gobiernos toman parte activa y las presiones pol¨ªticas comienzan. Sin que exista constancia oficial al respecto, todo parece indicar que el tema de las negociaciones bilaterales que intent¨® jugar el Gobierno espa?ol en contraprestaci¨®n por la compra de los Airbuls, no tuvieron ¨¦xito, e Iberia cancela definitivamente el contrato en base al no cumplimiento de los requisitos exigidos inicialmente. La compa?¨ªa hab¨ªa pagado en concepto de dep¨®sitos y pagos adelantados una cantidad que en la actualidad, sumando los intereses, alcanzan los mil millones de pesetas, que todav¨ªa no han sido devueltas por Airb¨²s Industrie.
En estos momentos, los t¨¦cnicos europeos han comenzado a estudiar variaciones sobre los modelos originales para intentar una reconversi¨®n de los actuales con objeto de ofrecer una versi¨®n conjunta de carga y pasaje, ya que las caracter¨ªsticas de este avi¨®n ofrece este tipo de posibilidades: aumentar su nivel de transporte de mercanc¨ªas y reducir el n¨²mero de pasajeros.
El futuro del Airb¨²s
Aunque Iberia y otras compa?¨ªas internacionales han calificado muy favorablemente la tecnolog¨ªa de este avi¨®n, el consorcio Airb¨²s ha adolecido, al menos respecto al mercado europeo, de la agresividad comercial que la venta de estos aviones exige en el mercado internacional.En este sentido -apunta el se?or Fern¨¢ndez-, los t¨¦cnicos europeos no establecieron aquellas l¨ªneas de comercializaci¨®n o condiciones especiales, completamente normales en el mundo, para incrementar sus ventas. Estas soluciones van desde correr riesgos conjuntos con la compa?¨ªa compradora hasta comprometerse a la recompra de sus propios aviones si en un plazo a determinar no se mejoran una serie de detalles t¨¦cnicos que pueden causar ciertos problemas, pasando por la compra de la parte obsoleta de una flota a un precio superior al del mercado de segunda mano.
Hace poco, el propio presidente de la Eastern, Frank Borman ha manifestado que a mediados del pr¨®ximo a?o decidir¨¢n sobre la compra de cincuenta unidades del A-300. El mismo ha reconocido que si se ha preferido el arrendamiento de los cuatro Airb¨²s, por un per¨ªodo de seis meses, a una compra directa, se debe a que la larga historia de pasados fracasos de los aviones europeos en el mercado norteamericano hacen ser muy prudentes a la hora de enfrentarse con una operaci¨®n de este tipo.
El se?or Borman calific¨® al Airb¨²s como excepcional y se?al¨® que su eficacia y excelente t¨¦cnica har¨ªa dif¨ªcil la existencia de un competidor del A-300 para la pr¨®xima d¨¦cada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.