Carmen Calvo

No cabe hablar aqu¨ª de escultura o de pintura. pues la duda es l¨ªcita, sino de su arqueolog¨ªa. Bajo el t¨ªtulo gen¨¦rico de piezas, esta artista valenciana presenta una serie de trabajos en los que recoge desechos (falsas ruinas. por supuesto) de lo que normalmente conforma el universo de la creaci¨®n art¨ªstica, ya sea en cuanto al instrumental (fragmentos de paletas, l¨¢pices o pintura) o el producto resultante (jirones de lienzos previamente pintados, pedazos de terracota). La posterior labor de inventariado, restauraci¨®n y exposici¨®n es la que da sentido a la obra. Bien podr¨ªa f¨¢cilmente pensarse que lo que Carmen Calvo se propone es simplemente la tan tra¨ªda y llevada (y por supuesto, moderna) tarea de reflexi¨®n sobre la miseria y caducidad de la obra, de la labor misma del artista, cuya conclusi¨®n presupone su muerte. pues no puede mostrarse sino como vestigio de lo que ha sido. Pero existe aqu¨ª una profunda iron¨ªa que constituye, a mi jucio, la principal fuente de inter¨¦s de! estos trabajos. La forma en que los testimonios se clasifican, se reconstruyen y se exponen tiene un aire de aquellos museos-gablnetes escolares de nuestra infancia, hasta el punto de que no resulta menos miserable la supuesta disciplina anal¨ªtica que su objeto de estudio. De esta forma por aquello de la negaci¨®n, queda abierta una puerta a la posibilidad del objeto art¨ªstico, lo que en definitiva estas piezas son. Si bien podr¨ªa aventurarse que algunas producciones no est¨¢n a la altura del resto de lo expuesto, y ello no ser¨ªa sin la mala intenci¨®n que supone silenciar el que se trata de las m¨¢s antiguas, nadie negar¨¢ la promesa que encierran estas obras acerca de futuras y a¨²n m¨¢s felices invenciones.