La ecolog¨ªa gran ausente de los programas pol¨ªticos
A medida que vamos conociendo los programas pol¨ªticos, todos ellos demasiado vagos y con muchos lugares comunes, nos damos cuenta que entre los grandes olvidados se encuentra el tema de la conservaci¨®n de la naturaleza y de los problemas ecol¨®gicos con que nos enfrentamos todos. S¨®lo un grupo de oportunistas, ha creado lo que llaman el Partido Ecol¨®gico, sin realmente ser respaldados por el grupo de ec¨®logos espa?oles y sin, por falta de conocimientos, presentar un aut¨¦ntico programa ecol¨®gico. No olvidemos que si en Francia, se ha creado el movimiento ecologista es porque desde hace m¨¢s de diez a?os los t¨¦rminos ecol¨®gicos eran ya muy manejados, incluso en las escuelas de bachillerato. En Espa?a, con muy pocos ec¨®logos profesionales y con un desconocimimiento total por parte del gran p¨²blico de lo que es la ecolog¨ªa y la problem¨¢tica ecol¨®gica, el intentar crear un partido ecol¨®gico que no representa a los ec¨®logos espa?oles es otra de las paradojas de esta proliferaci¨®n de partidos pol¨ªticos, que m¨¢s se asemeja a una generaci¨®n espont¨¢nea que a una gestaci¨®n normal.Pero, al margen de esta cr¨ªtica, llama la atenci¨®n que en los equipos de los partidos pol¨ªticos no se haya planificado una s¨®lida pol¨ªtica de medio natural. Aunque a corto plazo, el problema econ¨®mico es el m¨¢s acuciante, y los problemas sociales, agrarios e industriales necesitan ser atacados urgentemente en su base, en esta nueva democracia en la que estamos empezando a aprender a andar, llama la atenci¨®n y, lo repito una vez m¨¢s, que el tema del medio natural, se haya olvidado o se toque s¨®lo de pasada.
Y es que la conservaci¨®n de la naturaleza, la calidad de la vida y el uso y planificaci¨®n de los recursos naturales y de la energ¨ªa, forman una ¨²nica unidad, aglutinada por esa ciencia casi nueva y todav¨ªa en sus comienzos que es la ecolog¨ªa. Todo programa ecol¨®gico tiene que abarcar estos tres sectores. El intentar centrarlo en uno solo de ellos lo hace incompleto y falso. El que solicitemos que Gredos se salve de las urbanizaciones, que el delta del Ebro se constituya en reserva biol¨®gica o que intentemos salvar el casi insalvable Do?ana... son s¨®lo una parte de este programa ecol¨®gico.
En la base de cualquier programa ecol¨®gico, y con objeto de hacerlo viable, es necesario que se lleven a cabo dos proyectos fundamentales: uno, la elaboraci¨®n de una clara y eficaz doctrina legal sobre estos temas, es decir, que nuestras pr¨®ximas Cortes deber¨ªan entre sus principales objetivos, elaborar una serie de leyes sobre los temas de conservaci¨®n del medio ambiente. Otro, la creaci¨®n por parte de la Administraci¨®n de un organismo oficial, consultivo y ejecutivo a la vez, independiente de cualquier otro ministerio y que agrupe a ec¨®logos, bi¨®logos, ingenieros, soci¨®logos, economistas, arquitectos, urbanistas... y cuyo objeto primordial sea la planificaci¨®n ecol¨®gica del territorio, el asesoramiento a otros ministerios en estos temas y la elaboraci¨®n y ejecuci¨®n de la pol¨ªtica de conservaci¨®n del medio.
En todo programa ecol¨®gico no hay que olvidar la misi¨®n antropoc¨¦ntrica de la conservaci¨®n del medio. El hombre, como especie biol¨®gica de ese medio, debe ser el centro y motor de esa conservaci¨®n. Es en el hombre y en funci¨®n de ¨¦l desde donde deben enfocarse estos programas. Conservar por conservar es un absurdo. Si conservamos o planificamos la defensa de un medio natural, es pensando en las poblaciones humanas actuales y en las generaciones que les suceder¨¢n.
Pues bien, pensando en la especie humana y en su futuro sobre el planeta Tierra, es preciso urgir a todos los partidos pol¨ªticos, a las nuevas Cortes y a la futura Administraci¨®n para que pongan manos a la obra en una labor de conjunto en defensa del medio natural.
En todo programa ecol¨®gico, deber¨¢n abordarse con fuerza:
1. La planificaci¨®n total del territorio espa?ol, estudiando la vocaci¨®n de cada suelo y enfocando la productividad agr¨ªcola, forestal, urban¨ªstica y de recreo de dicho territorio.
2. El estudio y valoraci¨®n de los recursos naturales, incluidos los recursos energ¨¦ticos, de nuestro territorio, analizando y ordenando su utilizaci¨®n y planificando estos recursos a corto, medio y largo plazo.
3. El estudio de la calidad de vida. Analizando y poniendo los medios para paliar la contaminaci¨®n de la atm¨®sfera, en particular en los grandes n¨²cleos urbanos o industriales, la contaminaci¨®n de las masas de aguas continentales y la contaminaci¨®n de los mares.
4. La planificaci¨®n de zonas de recreo y expansi¨®n como necesidad vital para los habitantes de las ciudades. Esto comprender¨ªa desde la creaci¨®n de una red de parques nacionales, incluidos los parques nacionales marinos, hasta los parques naturales y las grandes zonas verdes dentro de los n¨²cleos urbanos.
5. La protecci¨®n y conservaci¨®n de los biotopos m¨¢s representativos de nuestro pa¨ªs, mediante la creaci¨®n de refugios biol¨®gicos o de otras figuras legales.
6. La protecci¨®n de la fauna y la flora, en particular de los endemismos ib¨¦ricos.
Todo programa ecol¨®gico deber¨¢ adem¨¢s reunir una serie de condicionamientos esenciales.
a) Deber¨¢ ser fundamentalmente un trabajo en equipo, con una s¨®lida base cient¨ªfica, que re¨²na en vez de separar. Aqu¨ª deber¨¢n jugar un papel primordial no s¨®lo los centros estatales de investigaci¨®n, como el CSIC o las c¨¢tedras de las Universidades, sino tambi¨¦n las entidades privadas y las asociaciones y fundaciones.
b) Deber¨¢ tener obligatoriamente su vertiente educativa y de divulgaci¨®n. En la Ense?anza General B¨¢sica. deber¨ªa existir una asignatura de base que preparara a las j¨®venes generaciones para enfrentarse con la problem¨¢tica del medio. Igualmente en el BUP y la Universidad, esta asignatura deber¨ªa estar presente. Por otro lado, se deber¨ªa utilizar exhaustivamente la prensa, radio y sobre todo la televisi¨®n para difundir y orientar la problem¨¢tica del medio natural.
c) Deber¨¢ estar en ¨ªntimo contacto con los organismos internacionales y los pa¨ªses vecinos con objeto de coordinar esfuerzos y colaborar en las grandes campa?as mundiales, porque no olvidemos que las fronteras de los medios naturales, como por ejemplo los oc¨¦anos, desconocen por completo las frontera s pol¨ªticas.
Es este un breve esbozo de lo que debiera ser un programa ecol¨®gico. Su ausencia de los actuales programas de los partidos pol¨ªticos est¨¢ bien de manifiesto. Sin embargo, siempre he sostenido que la naturaleza tiende a unir y no a separar. Un programa ecol¨®gico de base no puede ser patrimonio exclusivo de tal o cual tendencia pol¨ªtica. Ojal¨¢ que cuando se aclare el pr¨®ximo 15 de junio este mare magnum de siglas y confederaciones, el tema de la conservaci¨®n del medio natural se tome en serio por todos los representantes de las nuevas Cortes y todos colaboremos a que pronto nuestro pa¨ªs pueda recoger los frutos de una sana y efectiva pol¨ªtica d¨¦ protecci¨®n y ordenaci¨®n de nuestro. territorio. Es algo de lo que nuestras generaciones y las que nos sucedan nos estar¨¢n eternamente agradecidas.
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