Los emigrantes no han votado
La democracia, si es que de verdad va a ser tal, ha nacido con mal pie en Espa?a, con un pie de andadura franquista. Ha nacido sin el voto de miles de emigrantes espa?oles, ciudadanos de pleno derecho, repartidos sobre todo por las tierras de Europa y de Am¨¦rica. Todo el celo que se puso para que la emigraci¨®n espa?ola diese al Gobierno Su¨¢rez su apoyo en el refer¨¦ndum de 1976 se haconvertido en desidia y negligencia en las elecciones legislativas de 1977. ?Acaso porque presumiblemente la emigraci¨®n obrera podr¨ªa otorgar mayoritariamente su voto a los partidos de izquierda? En cualquier caso, eljuego no ha sido limpio y creemos que es de rigor -lo ser¨ªa, en cualquier Estado democr¨¢tico- conocer a los responsables de esta trampa. Cuarenta a?os de negaci¨®n o de lesi¨®n de los derechos pol¨ªticos de los ciudadanos han creado una tradici¨®n muy, s¨®lida en la burocracia del aparato estatal. Si los rumbos pol¨ªticos pretenden ser ahora nuevos, esta tradici¨®n debe extirparse sin contemplaciones y los herederos del franquismo que deseen perpetuarla deben ser sancionados. ?Por qu¨¦ a miles de ciudadanos espa?oles residentes en el extranjero, pese a haber cumplido todos los tr¨¢mites reglamentarios, se nos ha negado el derecho al voto?
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