Arte marginal en Catalu?a
Si echamos una mirada atr¨¢s a lo que ha sucedido en el ¨¢mbito art¨ªstico en este a?o y medio tras la muerte del general Franco, toparemos con toda una serie de agrupamientos, asambleas de artistas, homenajes a personalidades de izquierda y dem¨¢s. Los homenajes, por ejemplo, fueron una reacci¨®n muy natural a la consecuente represi¨®n de s¨ªmbolos democr¨¢ticos t¨ªpica del per¨ªodo anterior. En unos momentos de mayor permisividad, era l¨®gico recuperar el ritual para un signo contrario, ofrecer adhesi¨®n a quien se destac¨® por su defensa de la democracia (Alberti, y en Catalu?a, Rahola, historiador y periodista fusilado en 1039). Sin embargo, en su estrcutura, estos homenajes no pasaron de ser simples exposiciones colectivas a las que muchos de los artistas se sumaban -con unas obras tan a menudo estancadas en el pasado por ahogar, de alguna manera, su mala conciencia. Muy diferentes han resultado, en cambio, las asambleas de artistas. Algunas, como la de Valencia, se ha disuelto, porque los propios partidos de izquierda han venido a canalizar las aspiraciones de debate de suscomponentes. Pero la experiencia de ¨¦sta, como la de la que pervive en Gerona, ha sido fruct¨ªfera. Sin duda deber¨ªa hacerse extensible a las escuelas de arte (tal vez entonces los alumnos de Bellas Artes pidieran asignaturas de cine, de animaci¨®n, t¨¦cnicas publicitarias o video) y a la tan discutible profesi¨®n de cr¨ªticos de arte (para ver c¨®mo en realidad nuestros escritos contribuyen, directa e indirectamente, a la promoci¨®n del artista; c¨®mo nuestra capacidad de subversi¨®n ideol¨®gica es m¨ªnima, y a¨²n as¨ª, se trata de uno de los pocos resquicios que nos quedan para transformar mentalidad e instituciones art¨ªsticas).
Galer¨ªa Mec-Mec
Assahonadors. Barcelona
Agrupamiento y discusi¨®n parecen, pues, las constantes positivas. Sin embargo el artista de vanguardia permanece -salvo raras excepciones- en su sitio, esperando como siempre que el lento cambio en lo social aporte el consiguiente cambio en lo artistico. Tranquilos en su torre de cristal, los artistas no se dan cuenta de que otros sectores m¨¢s din¨¢micos est¨¢n haciendo esfuerzos para llegar a un mayor n¨²mero de gente, sin caer en un populismo facil¨®n ni perder en experimentalidad. En Catalu?a ¨¦ste es el caso del teatro y ahora, por lo que acabamos de ver, de la pintura mural. Recientemente, el llamado Grupo sin nombre (Grup sense nom) de Barcelona inform¨®, en una galer¨ªa marginal, de sus actividades a lo largo de los cuatro ¨²ltimos a?os. Iniciadas con el famoso happening en la Universidad de Bellaterra (donde algunos de sus participantes cursaban econ¨®micas) en 1973, se fueron ampliando a otros sectores, especialmente a barrios obreros de la periferia (Trinidad Nueva, Trinidad Vieja, Ciudad Meridinana, la Sagrera). Los integrantes del grupo no han pasado por un aprendizaje oficial; su iniciaci¨®n al dibujo se debe, en cambio, a constituir una actividad m¨¢s en su vida comunitaria y a su contacto con los dibujantes de c¨®mics marginales, especialmente los del Rrollo enmascarado. La pintada en la universidad fue un estallido de espontaneidad contra el suplicio cotidiano de aguantar aquellos muros de hormig¨®n y aquellos corredores inacabables. Cuando m¨¢s tarde pintaron la escuela Benjamin, en un barrio obrero, los ni?os participaron tambi¨¦n. Posteriormente han sido siempre las asociaciones de vecinos las que han conectado con ellos a ra¨ªz de una reivindicaci¨®n concreta (guarder¨ªas, no a la especulaci¨®n, etc¨¦tera). Lo interesante del caso es su estilo alegre, po¨¦tico, en unas ocasiones y mordaz en otras, similar al de algunas fachadas norteamericanas aunque con una mayor dosis de ingenuidad y de anarqu¨ªa en la composici¨®n.
Sin pretender en ning¨²n momento afirmar que ¨¦sta es la ¨²nica v¨ªa de salida, es preciso reconocerle a esta experiencia el ser un signo de esta b¨²squeda de espacios alternativos tan necesaria hoy en d¨ªa, como respuesta a un circuito mercantil que manipula, de entrada, el producto a mostrar y el p¨²blico ?capaz de disfrutarlo?.
Babelia
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