El c¨¢ncer econ¨®mico de la sacarina
A los americanos no hay quien los entienda. El hecho resultar¨ªa jocoso si no estuviera por medio la salud de millones de personas. Apenas hace un mes alarmaron al mundo (y especialmente a los diab¨¦ticos) con la noticia de que la sacarina produc¨ªa c¨¢ncer. Los estudios demostraban -con el adjetivo de inequ¨ªvoco- que animales de laboratorio expuestos al consumo del edulcorante artificial mostraban tumores malignos y concretamente c¨¢ncer de ves¨ªcula.Los organismos internacionales analizaron entonces los estudios, La Asamblea Mundial de la Salud, ¨®rgano supremo de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud -OMS-, que estaba reunida en Ginebra, se pronunci¨® sobre el tema aconsejando a todos los ciudadanos de este planeta nuestro que se consumiera la mitad de la sacarina. Mientras tanto, los cubanos estaban frot¨¢ndose las manos pensando en la zafra m¨¢s rentable de la historia. El az¨²car habr¨ªa de subir de precio, y ante la evidencia cient¨ªfica, la demanda de ca?a iba a ser enorme. La Food and Drugs Administration, el organismo americano para el control de f¨¢rmacos y alimentos, insisti¨® ante las autoridades de forma que la sacarina habr¨ªa de prohibirse en los estados de la Uni¨®n Americana el 1 de julio. La sacarina hab¨ªa sido condenada para siempre, como lo fue a?os antes, por razones no muy claras, el ciclamato.
Pero a los americanos no hay quien los entienda. Ahora, un despacho fechado en Washington nos anuncia que pese a las pruebas de que la sacarina puede producir c¨¢ncer, la C¨¢mara de Representantes aprob¨® ayer el aplazamiento de la prohibici¨®n sobre la venta de sacarina por lo menos en quince meses.
?Razones? Aqu¨ª es donde empieza a entenderse todo. Se estaba discutiendo un proyecto de ley sobre presupuestos para la agricultura y la alimentaci¨®n. Y en ese presupuesto se contemplan todos los art¨ªculos -bebidas y alimentos diet¨¦ticos- que incluyen la sacarina en su composici¨®n. Ante la prohibici¨®n y el problema econ¨®mico que llevar¨ªa consigo, la C¨¢mara opt¨® por garantizar que antes del 30 de septiembre de 1978 no habr¨¢ prohibici¨®n alguna contra la sacarina.
Y es que el c¨¢ncer, seguramente, no se mide por criterios econ¨®micos y financieros.
Rectifico la primera frase: a los americanos se les entiende todo.
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