Sindicalismo obrero
En el desarrollo del movimiento sindical obrero espa?ol, la historia de la Uni¨®n General de Trabajadores es fundamento esencial y, podr¨ªa decirse, que g¨¦nesis y causa determinante.El 14 de agosto de 1888 se fund¨® la Uni¨®n General de Trabajadores, en Barcelona, eligiendo a Antonio Garc¨ªa Quejido como su primer presidente.
El momento hist¨®rico en que nace a la vida es crucial en la trayectoria de la organizaci¨®n. Agoniza el siglo XIX y la situaci¨®n econ¨®mica y social del pa¨ªs es de una aguda y ca¨®tica inestabilidad. En la mayor¨ªa de los pueblos europeos se ha verificado la revoluci¨®n industrial y se han logrado, con m¨¢s o menos lentitud, evidentes progresos en las condiciones y retribuciones del trabajo. En nuestro, caso, sin atisbos de progreso industrial, salvo raras excepciones, los trabajadores soportan una realidad miserable y desoladora. El campesinado vive en pleno r¨¦gimen feudal y caciquil. Son los a?os bobos, que dir¨ªa Gald¨®s. En estas circunstancias, un grupo de obreros, en su mayor parte tipogr¨¢ficos, crean unas Federaciones Sindicales, cuyo primordial objetivo es la reivindicaci¨®n de unos derechos elementales, como hombres y trabajadores. La lucha es constante y extraordinariamente dif¨ªcil.
Amaro del Rosal D¨ªaz
Historia de la UGT de Espa?a (1901-1939). Ediciones Grijalbo. Madrid, 1977
Desde su combativa trinchera, Amaro del Rosal, veterano ugetista, nos relata en su obra la historia de esta lucha. Utiliza una documentaci¨®n de primera mano, detallada y completa. Imprime a sus vivencias emotividad y hasta apasionamiento, lo que no le resta rigor y autenticidad. La actividad de la UGT, en el per¨ªodo comprendido entre 1901 a 1939, es analizada exhaustivamente. En 1902, la organizaci¨®n se opone al proyecto gubernamental de la ley de Huelgas; en la acci¨®n revolucionaria de 1917 juega un papel decisivo en la crisis; tiene una ejecutoria importante en las campa?as de Marruecos y en la reacci¨®n popular ante la p¨¦rdida de los ¨²ltimos girones del imperio colonial, as¨ª como en su actuaci¨®n en la dictadura del general Primo de Rivera.
Impulsa progresivamente la creaci¨®n de las Casas del Pueblo, n¨²cleos de resistencia en la emancipaci¨®n obrera. De especial inter¨¦s son los cap¨ªtulos que dedica el autor a las relaciones y diferencias con los movimientos sindicalistas obreros de significaci¨®n anarquista. Los sucesivos Congresos de la Uni¨®n quedan reflejados en las actas, que se reproducen en la obra ampliamente. En estos documentos se van perfilando las diversas corrientes ideol¨®gicas y la directriz decisiva en el aspecto doctrinal y pr¨¢ctico de Pablo Iglesias, que dota a la organizaci¨®n de un contenido ideol¨®gico de marcado acento socialista y democr¨¢tico. La clara intuici¨®n de Pablo Iglesias comprendi¨® que el arma m¨¢s poderosa del sindicalismo es la solidaridad. El ¨¦xito de un sindicato consiste en que todos sus miembros se hallen dispuestos a obrar al un¨ªsono con estricta fidelidad. Por tanto, est¨¢ en la esencia misma de los sindicatos la precisi¨®n de que prevalezca la voluntad de la mayor¨ªa.
La Uni¨®n General de Trabajadores trat¨® en primer t¨¦rmino, de defender a sus miembros, asalariados, dentro de una sociedad capitalista, que ten¨ªa sumida a la mano de obra en un nivel inferior a la pobreza. Tuvo que operar en un vasto campo de realidades sociol¨®gicas. Preocupantes eran, sobre todo, las cuestiones de salario, horarios y condiciones de trabajo Tuvieron que sobrevenir diferencias de opini¨®n en materia de t¨¢ctica. Pod¨ªan chocar entre s¨ª, los intereses de diversos oficios o de trabajadores de distintas comarcas, pero no pod¨ªan existir corriente antag¨®nicas que llegaran a motivar divergencias serias.
El autor, en uso de su leg¨ªtima libertad, y ¨¦l mismo subraya que son juicios personales suyos, manifiesta criterios con los que no es posible estar de acuerdo.
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