Del sopor sovi¨¦tico al chino
![?ngel S. Harguindey](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fab52df12-59c7-499b-8a1f-d3ec49d9c585.png?auth=22660fcc13273f5dcadb8dac1502074f2d8231f541e0682405c7435a548a0642&width=100&height=100&smart=true)
El festival toca a su fin y lo hace con una cierta dignidad para sus organizadores y un notable cansancio para el resto del personal que, de sala a sala, y de salchicha en salchicha, deambul¨® durante doce d¨ªas por esta ciudad amable, nueva, fea y repleta de norteamericanos con sus c¨¢maras, siguiendo los pasos perdidos de John Kennedy y su visita al muro berlin¨¦s.Una de las ¨²ltimas pel¨ªculas a concurso fue la italiana Cerdos con alas, de Paolo Pietrangeli, en la que se vuelve a demostrar que los cineastas italianos son los m¨¢s listos de Europa. Pol¨ªtica juvenil y radical y orgasmos conforman a estos cerdos que no paran de hablar de Wilheimm Reich y que consideran como a sus mayores -con la consiguiente tara decadentista- a aquellos que participaron en el mayo del 68. Los j¨®venes airados de la Roma de hoy, los indios que tanto y hace tan poco dieron que hablar, hablan de sus preocupaciones cotidianas, tamizadas por el instinto comercial de sus guionistas. Si el establishment ha dado muestras suficientes de su inagotable capacidad de asimilaci¨®n, el establishment italiano va m¨¢s all¨¢. uno llega a creerse que, en Italia, los acontecimientos y fen¨®menos sociales s¨®lo ocurren para que inmediatamente despu¨¦s los guionistas puedan elaborar una historia cinematogr¨¢fica.
En el marco del forum, y coincidiendo con su traca final, se proyectaron varias pel¨ªculas de muy distinta significaci¨®n e inter¨¦s: Mi amigo americano, de Win Wenders, proyectada en el ¨²ltimo festival de Valladolid, muestra y demuestra el talento de su realizador -cuyo espaldarazo internacional fue en el festival de Cannes del 76- que narra un hermoso Thriller. La pel¨ªcula, dedica da a Henri Langlois, acepta y asume los esquemas narrativos del g¨¦nero y se convierte, a nuestro juicio, en uno de los nuevos cl¨¢sicos. Tenemos toda la muerte para dormir, de Med Hondo, es una coproducci¨®n francomauritana en la que el Frente Polisario ocupa el rol de protagonista. Filme esencial mente propagandista de la lucha y el movimiento de liberaci¨®n, apenas aporta nada nuevo hacia aquellos que ya conocen su historia, aunque imaginamos que se integra con decoro en el ¨¢mbito de las relaciones p¨²blicas del Frente.
?Padre Padrone?
Padre Padrone, de los hermanos Taviani, ¨²ltima Palma de Oro del Festival de Cannes, supone un paso adelante en la coherente filmograf¨ªa de sus realizadores y un hecho ins¨®lito en el palmar¨¦s del festival franc¨¦s, m¨¢s habituado a premiar los filmes m¨¢s comerciales o de la esfera de influencia de los norteamericanos -como fue el caso de Taxi driver, en 1976-. El premio conseguido por Padre Padrone es, en definitiva, una consecuencia del prestigio y la capacidad de persuasi¨®n del que fue presidente del jurado en aquella ocasi¨®n, Roberto Rossellini. No es de extra?ar que ¨¦ste fuera su m¨¢ximo defensor pues el filme de los Taviani, por su car¨¢cter did¨¢ctico y por su talante moral, se encuentra muy pr¨®ximo a las ¨²ltimas realizaciones y proyectos del fallecido director.
La sopor¨ªfera pel¨ªcula china
?Sin la Standard Oil, ustedes no tendr¨¢n nada m¨¢s que sombras en el futuro.? Con esta frase se despide un ingeniero norteamericano de la Rep¨²blica Popular China. Los pioneros, filme dirigido por Yu-Jen-Fu, trata de demostrar en casi tres horas de proyecci¨®n lo equivocado que estaba el t¨¦cnico petrol¨ªfero. El paciente espectador no trata de demostrar nada, solamente soporta el largo discurso chino sobre la necesidad de la lucha por la independencia econ¨®mica con un estoicismo y educaci¨®n propios de un pueblo que ha producido un milagro en su econom¨ªa.
El c¨¦nit dram¨¢tico de Los pioneros radica en las discusiones entre las dos l¨ªneas fundamentales de los obreros de la industria del petr¨®leo: por un lado, los optimistas revolucionarios; por otro, la l¨ªnea representada por Feng Chao, director adjunto, que prefiere construir unas instalaciones bonitas antes que eficaces. En fin, para qu¨¦ les voy a contar m¨¢s. Los pioneros, y con ella la cinematograf¨ªa china, acaban de conseguir el que, en el futuro, el espectador de un festival de cine internacional tenga dos d¨ªas de asueto: cuando se proyecte la pel¨ªcula sovi¨¦tica y cuando se proyecte la de la Rep¨²blica Popular China, pa¨ªses distanciados ideol¨®gicamente a ra¨ªz del XX Congreso del PC de la URSS y pr¨®ximos por lo que respecta al talante sopor¨ªfero de sus. realizaciones cinematogr¨¢ficas.
?El diablo?, un fracaso
Probablemente el diablo, ¨²ltimo filme de Robert Bresson, ha constituido, a nuestro juicio, uno de los mayores fracasos del certamen. Esperada con cierta ansiedad, lo cierto es que el autor de Mouchette o Cuatro noches, de un so?ador, acaba de conseguir uno de sus peores filmes. Personalidad importante en la cinematograf¨ªa europea -todav¨ªa es reciente su ¨¦xito en Espa?a con Lancelot du lac-, todo parece indicar que el maestro no estaba inspirado en esta ocasi¨®n. J¨®venes gauchistas y amantes de la naturaleza -seleccionados con un criterio est¨¦tico a lo David Harnilgton- deambulan por la pantalla cont¨¢ndonos sus peque?as frustraciones. Pero lo cuentan con muy poca gracia y con unas peri¨®dicas referencias a la contaminaci¨®n industrial. Bresson se solidariza, pues, con Brigitte Bardot en su lucha por salvar a los beb¨¦s-focas, reflexiona un poco sobre Dios y sus circunstancias para que no nos olvidemos de la posible salvaci¨®n eterna, y consigue aburrir al m¨¢s pintado. Decididamente, hay a?os en los que la cinematograf¨ªa francesa no est¨¢ para nada.
?The late show?
The late show, del norteamericano Robert Benton, producida por Robert Altman, es un filme sobre las pel¨ªculas negras, realizado desde dentro de su esp¨ªritu y con el sano af¨¢n de desmitificar en cierta medida el g¨¦nero cinematogr¨¢fico. Todas o casi todas las pel¨ªculas en las que interviene Altinan poseen un marchamo personal, del que tampoco se libra The late show. Sin embargo, en esta ocasi¨®n el disc¨ªpulo no desmerece en nada del maestro, y Benton consigue lo que no consigui¨® Altman con su The long good bey, es decir, divertir. Art Carney y Lily Tomlin dan vida maravillosamente a un detective privado en el ocaso y a una diletante vital que buscan al secuestrador de un gato y se encuentran cinco o seis cad¨¢veres. Una pel¨ªcula comercial, estupendamente realizada y sin ning¨²n af¨¢n intelectual, salvo el de divertir al espectador, lo que consigue con creces.
?New country?
New country, de James Szalapski, documental sobre la m¨²sica country norteamericana, est¨¢ tambi¨¦n ¨ªntimamente relacionada con Altman, es m¨¢s, sin el Nashville de ¨¦ste, probablemente no hubiera existido aqu¨¦lla. Szalapski trata de demostrarnos con eficacia que Altman es un gran conocedor de su pa¨ªs. Dicho con otras palabras, el documental demuestra que la realidad iguala o supera a la ficci¨®n.
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