S¨ª al divorcio
El editorial de EL PAIS ?Por una ley del divorcio?, con la que.por cierto estoy de acuerdo, suscit¨® una carta al director (5 de julio) rebati¨¦ndolo con una serie de argunientos, a mi juicio subjetivos y faltos de una base l¨®gica aceptable.En primer lugar el orden moral, como el jur¨ªdico, cambia seg¨²n la ¨¦poca hist¨®rica o el lugar geogr¨¢fico del globo, no existiendo en ninguna parte -y si no que me lo demuestren-, un orden moral ¨²nico y universal, por lo que es dif¨ªcil aceptar que el divorcio quiebre la conexi¨®n entre ambos. M¨¢s bien al contrario, el orden moral imperante en la mayor¨ªa de las sociedades acepta la disoluci¨®n de la pareja.
Segundo, que el divorcio afecte o no al mismo matrimonio, ya que Cristo lo instituy¨® como sacramento, es algo que no tiene nada que ver con las leyes, sino con un pensamiento religioso, y por cierto no compartido por todos los cat¨®licos y cristianos practicantes; las leyes est¨¢n para regular a todos los ciudadanos, y muchos, como puede ser mi caso, no profesan religi¨®n alguna o bien pertenecen a otras. No se puede imponer los criterios religiosos de una parte de la poblaci¨®n a toda ¨¦sta.
Tercero, el bien com¨²n que tendr¨ªa que mantener o negar la indisolubilidad del matrimonio es algo que toda la poblaci¨®n, como parte afectada debe decidir, y no ning¨²n moralista o abogado.
Cuarto, la familia es una base importante de la sociedad, pero debe estar en funci¨®n de los individuos que libremente la componen para poder as¨ª ser ¨²tiles a la sociedad, ya que ¨¦stas existen en base a las personas, y no las personas en base a aqu¨¦llas. Adem¨¢s, la sociedad y la familia no son algo est¨¢tico.
Quinto, el divorcio es un derecho de los ciudadanos y no le resta nada el que estuviese o no comprendido como tal en la Declaraci¨®n de las Naciones Unidas de 1948. Tampoco en su d¨ªa era un derech¨® humano reconocido el derecho a no ser vendidos como esclavos.
Sexto, no creo que se trate de imitar por que s¨ª a Europa al establecer una ley del divorcio, sino de implantar una ley humana ¨²til y aceptada por la mayor¨ªa de los espa?oles.
S¨¦ptimo. El divorcio no impide la reconcilici¨®n de los c¨®nyuges ni engendra divorcio, sino que sanciona legalmente a una pareja que no funciona.
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