No perder la esperanza
Lleva el campo tantosa?os de postraci¨®n que cualquier cambio profundo en la vida espa?ola ha de recibirse con la esperanza de que se pueda terminar con la injusticia e incomprensi¨®n que gravitan sobre ¨¦l. En las pasadas elecciones, el, mundo rural ha votado por el cambio de manera inequ¨ªvoca y adem¨¢s se ha demostrado que los votos campesinos pueden determinar en buena medida el triunfo o el fracaso de una opci¨®n pol¨ªtica a nivel nacional. As¨ª, la UCD debe su ¨¦xito electoral a las provincias rurales y Alianza Popular puede achacar su desastroso resultado a la falta total de apoyo recibido precisamente en esos distritos. Cualquiera que sea el grupo que gobierne en el futuro ha de saber que mientras no se haga de nuevo atractiva la actividad primaria, el pa¨ªs no puede encontrar su estabilidad econ¨®mica y social. A este respecto conviene advertir al nuevo equipo econ¨®mico que los agricultores no van a permitir un nuevo per¨ªodo de estabilizaci¨®n que sacrifique a la agricultura, como ya ocurri¨® en 1959.Pero aparte de la vertiente electoral, la actualidad en, el campo ha venido determinada en el segundo trimestre del a?o por ciertas notas esperanzadoras.
En primer lugar destacan las lluvias tard¨ªas de la primavera que pueden significar una cosecha de cereales muy buena en toda la mitad norte de la pen¨ªnsula, adem¨¢s de permitir perspectivas optimistas para los pastos de agostadero en todas las zonas. En los lugares donde las heladas de marzo no estropearon irreversiblemente las cosechas pueden esperarse rendimientos alt¨ªsimos para trigo y cebada hasta el punto de que, seg¨²n previsiones del SENPA, la producci¨®n de trigo se mantendr¨¢ al mismo nivel que la de 1976 y la de cebada superar¨¢ en m¨¢s de 800.000 toneladas a la obtenida en dicho a?o. En cuanto a frutas y vi?edos, parece confirmarse, en cambio, el fuerte deterioro producido por las heladas que dio lugar a un acuerdo del Consejo de Ministros del 13 de mayo por el que se destina un cr¨¦dito extraordinario de 10.000 millones de pesetas a los agricultores afectados por ellas, De todas formas, atenci¨®n a los precios que van a alcanzar las frutas, hortalizas, almendras y vino este a?o.
Otro hecho importante del trimestre es la publicaci¨®n en el Bolet¨ªn Oficial del Estado de 15 de junio (precisamente el d¨ªa de las eleccione del esperado real decreto sobre las C¨¢maras Agrarias. Puede de irse que la medida de desposeer de sus funciones reivindicativas a las antiguas C¨¢maras ha sido bien recibida en el campo, si bien algunas organizaciones campesinas insisten en la inmediata dimisi¨®n e los actuales presidentes locales provinciales y nacional. Dicha dimisi¨®n deber¨ªa formalizarse sin lugar a dudas una vez que se prese en a las comisiones econ¨®mico-administrativas que se crean al efecto los estados de cuentas de las extinguidas C¨¢maras Oficiales; Sindicales Agrarias; y nos Consta que muchos de los actuales presidentes tienen las cuentas claras y ya reparadas para su presentaci¨®n . Falta ahora conocer cu¨¢l ser¨ªa, en la pr¨¢ctica, el tipo de relaci¨®n entre las nuevas C¨¢maras y los nacientes sindicatos libres y si existir¨¢ alg¨²n trato de favor de aqu¨¦llas (que dependen del Ministerio de Agricultura) hacia los sindicatos que m¨¢s d¨®ciles se manifiesten a la pol¨ªtica gubernamental.
Merece la pena se?alar tambi¨¦n dos medidas recientemente tomadas que muestran cierta preocupaci¨®n de las autoridades por hacer m¨¢s habitable el medio rural. Se trata, por un lado, del intento gradual de equiparaci¨®n de la Seguridad Social Agraria al R¨¦gimen General y, por otro, del establecimiento de cr¨¦ditos especiales hasta de un mill¨®n de pesetas Con destino a j¨®venes agricultores que pretendan su incorporaci¨®n a las labores agr¨ªcolas como empresarios directos y personales (B. O. del E. de 11-6-77). Ambas disposiciones se hallan bien orientadas pero resultan todav¨ªa t¨ªmidas. Concretamente, y por lo que respecta a la Seguridad Social, se ha elevado el tope m¨¢ximo del l¨ªquido imponible que califica a un agricultor como trabajador por cuenta propia de 25.000 a 50.000 puesetas, igualando tambi¨¦n las prestaciones familiares por mujer e hijos y reduciendo la aportaci¨®n del agricultor al pago de productos farmac¨¦uticos al 30% de su costo en lugar del 50% que ven¨ªa pagando hasta el momento.
Por ¨²ltimo, cabe se?alar que se han regulado durante el trimestre (con un retraso considerable) las campa?as 1977/78 de semillas oleaginosas y girasol (B. O. del E. de 11-5-77), carnes (30-5-77), tabaco (18-6-77) y arroz (acordada el 11 de junio y todav¨ªa no publicada). El tema de los precios agrarios merecer¨¢ comentario aparte.
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