Los cl¨¢sicos para todos
Un a?o m¨¢s, el cuarto ya, se celebra el Festival Internacional de M¨²sica de C¨¢mara de Cambrils. Festival heroico por su contenido y las exiguas ayudas econ¨®micas que recibe. Y, sin embargo, importante por los resultados y el repertorio que cultiva.
Este a?o el festival alcanz¨® su mejor momento de audiencia e inter¨¦s, al menos desde el punto de vista sociocultural. Los Ayuntamientos de Vilaseca y Cambrils, hermanos en la loable empresa de extender las sesiones del festival, cedieron a la m¨²sica los lugares m¨¢s entra?ables y recoletos de su geograf¨ªa urbana. Y fue impresionante la multitudinaria respuesta de payeses y pescadores, artesanos y comerciantes, gente del pueblo de estas viejas localidades tarraconenses, para escuchar a Mozart, a Flaydn o escuchar a Mozart,a Haydn o Vivaldi. Y quiz¨¢ estos conciertos en lugares p¨²blicos, sobre improvisados escenarios, hayan sido, pese a las inconveniencias que ello comporta, los m¨¢s emotivos y aleccionadores. M¨²sica para el pueblo, s¨ª, pero m¨²sica de calidad, con int¨¦rpretes de calidad. He aqu¨ª un lema para la extensi¨®n de la cultura musical de un pa¨ªs.Como siempre, Cambrils nos brind¨® un plantel de instrumentistas de primer orden, lo cual no deja de ser imprescindible para hacer buena m¨²sica de c¨¢mara. Citemos entre los extranjeros al gran virtuoso alem¨¢n de la flauta Willy Freivogel, a la pianista haitiana Liliane Questel, al violinista cubano Jordi Bilbeny, al flautista argentino Jorge Caryevschi y al guitarrista, tambi¨¦n argentino, Jorge Fresnoque llev¨® la m¨²sica contempor¨¢nea al Festival con su excelente versi¨®n del Concierto Guadiana, de Tom¨¢s Marco. Entre los espa?oles, la clavecinista Genoveva G¨¢lvez, el flauta de pico Mariano Mart¨ªn, el viola Enrique Santiago, el viol¨ªn Jos¨¦ Antonio P¨¦rez, el pianista Perfecto Garc¨ªa Chornet y el violonchelista Jos¨¦ Mar¨ªa Redondo.
Hay que destacar la formidable actuaci¨®n del andorrano Gerard Claret como solista de Las estaciones, de Vivaldi. Ciaret posee un dominio t¨¦cnico, un sonido y elegancia en el fraseo poco comunes a violinistas de su juventud. No es dif¨ªcil augurarle un futuro brillante espa?ol e internacional.
La m¨²sica estrictamente camer¨ªstica estuvo bien servida por el cuarteto M¨²sica Conceriada, siempre a tener en cuenta por su estilo y adecuado concepto de la m¨²sica barroca. Tambi¨¦n por el Cuarteto Numen, de Cambrils, el cual, con la -cl¨¢sica formaci¨®n del cuarteto de cuerdas, dio una vibrante y estudiada interpretaci¨®n llena de matices, del Cuarteto de caza K. 458, de Mozart. Creo que no es exagerado afirmar que estamos ante una de las mejores formaciones de este g¨¦nero en Espa?a. Es una l¨¢stima no hayamos podido aplaudir todav¨ªa en Madrid al Cuarteto Numen.
Otra velada digna de rese?ar fue la que tuvo corno protagonistas a cinco coros de c¨¢mara, percusi¨®n y dos pianos, con los c¨¦lebres Carmina Burana, de Carl Orff. M¨²sica directa y sin problemas, tal vez no lo m¨¢s indicada para un festival de este tipo, que siempre llega al p¨²blico.
La Orquesta del Festival ' a la que se incorporan, cuando es necesario, todos los solistas participantes, se puso este a?o a las ¨®rdenes de Jacques Bodmer, experimentado maestro suizo-catal¨¢n. Bodmer hizo un gran esfuerzo montando, en poco tiempo, el amplio y variado repertorio del festival. Lo llev¨® a cabo con sensibilidad y buen criterio, aunque en alguna obra -Rapsodia Sinf¨®nica, de Turina los resultados no fueron buenos. Pero todo es disculpable en un festival tan simp¨¢tico y tan notable como el de Cambrils.
Este verano Canibrils ha sido el triunfo popular sin concesiones a la vulgaridad. Esperemos que se repita.
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