Tres meses de secuestro
El d¨ªa 13 del pasado mes de abril era secuestrado el presidente de la empresa Fiat-France, Luichino Revelli-Beaumont. Durante un mes los secuestradores no dieron se?ales de vida. La prensa, que en un principio dedic¨® grandes titulares al suceso, s¨®lo pod¨ªa publicar conjeturas. Se hablaba de un secuestro a la italiana o bien de una venganza de los Tupamaros o de alg¨²n otro grupo guerrillero suramericano, ya que Revelli-Beaumont hab¨ªa ocupado el cargo de presidente de Fiat-Argentina. Pasadas las primeras cuarenta y ocho horas sin que se hiciera ning¨²n comunicado, el caso comenz¨® a perder la carga emocional del primer momento. Durante m¨¢s de un mes se estuvo a la expectativa. Tanto la polic¨ªa como la familia y la empresa Fiat permanecieron mudos. Nadie sab¨ªa nada hasta que el 18 de mayo los diarios France Soir, Rouge y Liberation reciben un comunicado. El sobre contiene una fotograf¨ªa del secuestrado, acompa?ada de una nota: ?Luchino Revelli-Beaumont P.-D. G. de Fiat France, detenido en una prisi¨®n obrera y juzgado por un tribunal de trabajadores.?A ¨¦sta siguieron otras fotos, acompa?adas todas ellas de frases escuetas: ?Nosotros, los millares de explotados de la Tierra, juzgaremos a nuestros explotadores.? Los comunicados los firma un grupo totalmente desconocido el CUSR (Comit¨¦ para la Uni¨®n Socialista y Revolucionaria).Los motivos del secuestro se conocen cuando los secuestradores precisan las condiciones para la liberaci¨®n de Revelli-Beaumont: 150 millones de francos, unos 2.500 millones de pesetas. La exigencia del rescate es acompa?ada de un ultim¨¢tum: ?Si el 11 de junio a las cero horas no ha sido entregada ninguna suma de dinero, el presidente de Fiat France ser¨¢ ejecutado.?
La cifra es desorbitada. S¨®lo una multinacional como la Fiat podr¨ªa pagarla, pero su presidente, Giovanni Agnelli, comunica que la empresa no ceder¨¢ al chantaje, ya que ello implicaba exponer a cada uno de los directores de sus filiales a ser secuestrado. La familia de Revelli-Beaumont hace desesperadas llamadas a los secuestradores para que no ejecuten a Revelli-Beaumont. El ultim¨¢tum expira, pero el cad¨¢ver del secuestrado no aparece por ninguna parte.
El 13 de junio, expirado el ultim¨¢tum, entra en escena un personaje confuso, amigo de la familia, que se ofrece como intermediario entre ¨¦stos y los secuestradores: H¨¦ctor Aristy, pol¨ªtico dominicano en el exilio. Manifiesta que negocia en secreto con los secuestradores y es detenido por la polic¨ªa francesa el 14 de junio acusado de estar implicado en el secuestro.D¨ªas m¨¢s tarde los secuestradores imponen como condici¨®n para que Revelli-Beaumont siga con vida que sea publicado uno de sus manifiestos en los diarios Corriere della Sera, de Italia; EL PAIS de Espa?a; Le Monde, de Francia; El Excelsior, de M¨¦xico, y Clar¨ªn, de Argentina. El comunicado va dirigido ?A los obreros del mundo. A nuestros compa?eros de clase.? Los gastos, en concepto de espacio publicitario son abonados por la empresa Fiat.
El 24 de junio corre el rumor de que el dinero del rescate estar¨ªa, en cuentas numeradas, depositado en tres bancos de Ginebra. El 11 de julio, despu¨¦s de tres meses de cautividad, Luchino Revelli-Beaumont era liberado.
Un extra?o anuncio
El d¨ªa 21 de junio un misterioso anuncio, carente de firma, apareci¨® simult¨¢neamente en los siguientes diarios: EL PAIS, Le Monde (Francia), Corriere della Sera (Italia), El Excelsior (M¨¦xico) y Clar¨ªn (Argentina). El Comit¨¦ para la Unidad Socialista Revolucionaria (CUSR) hab¨ªa exigido su publicaci¨®n y la empresa Fiat garantizado su pago. El anuncio, dirigido A los obreros del mundo, es una llamada a la construcci¨®n de una nueva confianza en la clase proletaria. Tiene tintes anarquistas y aspira a la conquista de la paz, la libertad y los derechos humanos.
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