Los sermones la monta?a
Daos la paz, hermanos, que han llegado los misioneros de la democracia con el salmo puesto, con la l¨ªbido de la patria florecida en la garganta y un pliego de advertencias escatol¨®gicas escritas en un mazo de folios del galguito. Los diputados ayer echaron el d¨ªa a sermones para ensalzar las virtudes del santo patrono de esta fiesta. All¨ª, en el p¨²lpito, estaban los predicadores, en el banco azul los clavarios y los fieles repantingados en los esca?os oyendo caer la rn¨²sica desde las esferas.Felipe Gonz¨¢lez es un orador sagrado de escuela andaluza, con facundia sure?a, que usa un medio tono para clecir sus verdades a medias. Expuso el programa del PSOE, que es una melod¨ªa pegadiza y festivalera, una canci¨®n del verano, agradable de o¨ªr y f¨¢cil de tragar si se ayuda con un rosado clarete. Bueno, pues ni aun as¨ª consigui¨® que Fraga aplaudiera. Lleg¨® despu¨¦s el predicador Carrillo, con voz de aguardiente y resabios de quinque?o, y habl¨® de todo, desde la reconciliaci¨®n nacional hasta la ganader¨ªa, desde el Gobierno de concentraci¨®n hasta la pesca de bajura, desde el petr¨®leo hasta la amnist¨ªa, haciendo bordadas, poniendo el ¨ªndice en direcci¨®n a los chelis del banco azul, que recib¨ªan la lecci¨®n como alumnos aplicados: Su¨¢rez con la barbilla atrapada, Garrigues riendo y Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez tirando de puro.
Y de pronto Jordi Pujol se desamarra del folio, coge la veta sentimental de la autonomia y se va para arriba en busca de Companys sobre el caballo alado de Tarradellas. Con un toque de postrimer¨ªas advirti¨® que aqu¨ª o nos salvamos todos o perecemos todos. Muy bueno lo tuyo, Jordi. Porque el caso de Xabier Arzallus ya fue otra cosa. Este es un orador de cuerda baja, de bord¨®n dram¨¢tico, que adelantaba un ment¨®n lleno de convicciones para hablar de la autonom¨ªa vasca y de la amnist¨ªa total. Y a todo esto, oiga, Fraga sin aplaudir, soportando a estos buenos chicos con resignaci¨®n cristiana, de la de Trento.
Y en esto que sube Tierno Galv¨¢n al p¨²lpito y lo que hasta ahora hab¨ªa sido un fogoso sermoneo de fliesta mayor se convirti¨® en seguida en una pl¨¢tica de abad mitrado. Con ese gesto de la mano fl¨¢ccida que se pasa el rato sopesando el aire, el se?or Tierno, durante m¨¢s de una hora, ha sometido a la parroquia a una lecci¨®n monocorde, paternal y catedr¨¢tica sobre lo que todo el mundo sabe, porque est¨¢ en los textos, a unos ejercicios espirituales para neoconversos que a¨²n no se han aprendido el catecismo y confunden el sacramento del bautismo con el de la extremaunci¨®n. No me extra?a que el PSP haya sacado tan pocos votos, porque yo observaba que mientras el profesor hablaba los disc¨ªpulos jugaban a las canicas entre los esca?os. Pero creo que Su¨¢rez al menos habr¨¢ recordado aquellos lejanos textos que estudi¨® en la carrera de Derecho. El profesor sigue soltando filosof¨ªa pol¨ªtica, teolog¨ªa constitucional, mientras algunos ministros y diputados -Salen al pasillo a confeccionar gram¨¢tica parda. Baste con decir que hasta los de Alianza Popular le han aplaudido, fijense si ser¨¢ poco peligroso este buen hombre.
Y despu¨¦s hablar¨¢ Fraga, y despu¨¦s hablar¨¢ el Centro, tras la intervenci¨®n de Joan Revent¨®s. Los grupos parlamentarios son buenos y honrados. Hozando en el basurero de la econom¨ªa, unos apuntando a las estrellas, otros disparando s¨®lo a media altura, tocando a la guitarra grandes temas de Jos¨¦ Antonio Aguirre, Companys, Pablo Iglesias y Carlos Marx, y otros de la derecha, los l¨ªderes parlamentarios han sacado todo el muestrario de la felicidad democr¨¢tica y han, prometido desde el p¨²lpito del Congreso regalarnos un peine. Ha sido una sesi¨®n de grandes promesas, de grandes palabras, una cuesti¨®n de flato.
Mientras tanto, Xirinacs, en el sal¨®n de los pasos perdidos, cazaba mariposas con un l¨¢tigo de panfletos.
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