Los toros y el Ministerio de Cultura y Bienestar
Un espect¨¢culo como el de los toros, que se apoya en una infraestructura de gran volumen, como es la ganader¨ªa de bravo, con cuanto comporta de selecci¨®n, cabezas de reses, dehesas; plazas de f¨¢brica en grandes y peque?as ciudades e incluso en pueblos de pocos miles de habitantes; miles de profesionales, sumados los de las diversas categor¨ªas -matadores de toros, novilleros, subalternos, etc¨¦tera-; que mueve, en consecuencia, unas cifras de dinero considerable, y que lleva anualmente a los tendidos entre doce y quince millones de espectadores, debe contar con un organismo que lo ordene, controle y promocione.No parece que el marco adecuado para estos fines sea el Ministerio del Interior, de donde depende. Y s¨ª el de Cultura y Bienestar, de reCiente creaci¨®n, en el que ya est¨¢n encuadradas las actividades deportivas. El espect¨¢culo taurino ver¨ªa limitados sus problemas estructurales y coyunturales, tan acusados, si un organismo exclusivo lo englobara. El Ministerio del Interior controla el espect¨¢culo, pero no lo puede promocionar; vigila el cumplimiento exacto de cuanto est¨¢ reglamentado, pero nada puede hacer por conservar los muchos valores que tiene la fiesta, ni revalorizarla; todos los problemas t¨¦cnicos, profesionales, sociales -incluso- que se plantean a los toreros, no tienen acomodo alguno en dicho Departamento; ni esa riqueza que es la casta def toro- de lidia encuentra, en el mismo, marco para su mantenimiento, ni para su mejora; ni siquiera para plantear la cuesti¨®n a nivel de simple declaraci¨®n de prop¨®sitos.
Desde el Ministerio de Cultura y Bienestar podr¨ªa acometerse la reestructuraci¨®n del espect¨¢culo taurino -que es urgente- en todos sus aspectos. De su dependencia .ser¨ªan un ¨®rgano rector de la fiesta; el colegio de presidentes y asesores que es conveniente crear; los fondos bibliogr¨¢ficos y de imagen, imprescindibles para el mejor conocimiento y evoluci¨®n del espect¨¢culo; el entendimiento con los diversos estamentos, como son entidades propietarias de plazas, empresas, toreros y pe?as y asociaciones taurinas; la promoci¨®n de aspirantes, con la l¨®gica creaci¨®n de cauces para este fin -incluida la Escuela Taurina- y regulaci¨®n de la alternativa, etc¨¦tera.
Quiz¨¢ sea ¨¦sta la ocasi¨®n de deslindar, del fen¨®meno taurino, lo que es orden p¨²blico -para ello, Ministerio del Interior, como ocurre con los dem¨¢s espect¨¢culos- y lo que es estrictamente espect¨¢culo con su circunstancia. ?Por qu¨¦ el deporte si y los toros no?
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