EL "strip-tease" selv¨¢tico
El strip integral tiene sus c¨¢nones, sus t¨¦cnicas y su escenograf¨ªa no demasiado imaginativas. Los clubs especializados han prescindido de todo ornamento externo, el strip e s un espect¨¢culo para voyeurs,- la participaci¨®n del p¨²blico, el di¨¢logo entre el escenario y la platea, ha desaparecido. La ambientaci¨®n contribuye a distanciar a las oficiantes de sus ac¨®litos. El strip tiene una tradici¨®n anglosajona, sus profesionales son fr¨ªas y eficaces. Una sincopada m¨²sica de fondo, movimientos r¨¢pidos y algunos admin¨ªculos, como l¨¢tigos, fustas, cuchillos, tel¨¦fonos, cuerdas o ex¨®ticos bamb¨²es que sirven con sus connotaciones f¨¢licas para establecer el di¨¢logo entre el espectador y la artista.En Chelsea, un club de bolsillo, cercano a la Gran V¨ªa, Luva Bomb Kiss organiza su epopeya particular con ambiente deSafari..Dia positivas de terribles y amenazadores salvajes enmarcan una estructura de bamb¨²es a los que Luva aparece atada. La rubia bwana lucha para liberarse de sus ligaduras, se libera, posteriormente, de las pieles de leopardo que la recubren y en lugar de huir a las profundidades de la jungla acaba por marcarse una desaforada danza er¨®tica entre los ca?averales, con acompa?amiento de ?tan-tan? y alaridos selv¨¢ticos.El estilojungla resulta imprescindible en la mayor parte de estos espect¨¢culos. Otras alegor¨ªas de rigor suelen tener como tel¨®n de fondo la samba brasile?a o el carnaval, el n¨²mero masoquista con cuchillo, espada o l¨¢tigo, los ?locos a?os veinte?, las pel¨ªculas de ?agentes especiales?, o el coqueto tocador de la bella de turno enlazada a un tel¨¦fono que conecta directamente con el subconsciente del espectador. Las variaciones son infinitas, pero todo espect¨¢culo de strip que se precie debe incluir algunos de estos ingredientes aderezados por el talento personal de la ejecutante. Pr¨¢cticavente, la totalidadde las artistas proceden de otros pa¨ªses en los que el strip-tease se halla en decadencia. Espa?a es, sin duda, en estos momentos el mejor mercado para las profesionales inglesas, alemanas o danesas. El p¨²blico fiel al g¨¦nero est¨¢ compuesto por hombres solos entre los veinte y los cincuenta a?os. Salvo excepciones, suele serun p¨²blico tranquilo, pasivo y fr¨ªo a la hora de la ovaci¨®n final.
El desnudo integral no ha producido traumas en la vida nocturna, aunque los clubs suelan hallarse repletos en estas noches veraniegas;, no se producen grandes aglomeraciones, el aumento en los l¨ªmites de permisividad va siendo incorporado con normalidad y las profesionales extranjeras, con contratos para dos o. tres anos de trabajo en Espa?a, organizan sus tourn¨¦es por las diferentes capitales. Los pases de censura se van convirtiendo en meras formalidades, en tr¨¢mites burocr¨¢ticos dignos de una antolog¨ªa celtib¨¦rica. El censor solitano sentado en la semipenumbra de la sala contempla detenidamente cada uno de los n¨²meros, especialmente su¨¢ves en esta ocasi¨®n, y marca los l¨ªmites de hasta donde se puede llegar seg¨²n su criterio personal y las normas urgentes. El erotismo ?duro? hace sus fugaces apariciones en algunos espect¨¢culos; los n¨²meros a d¨²o con toques l¨¦sbicos gozan de las preferencias del p¨²blico y la censura suele mantener el ?realismo? de las escenas en los l¨ªmites de la simulaci¨®n. Sin embargo, las barreras van cayendo; generalmente, los cabarets de lujo gozan de una permisividad mayor.
En la noche madrile?a existen varios clubs especializados. Aunque el sexy-show resulte pr¨¢cticamente inevitable en cualquier cabaret y el strip haya tomado carta de naturaleza en la vida nocturna, en peque?os clubs funcionan en sesi¨®n continua espect¨¢culos de strip. Chelsea, Johathan, Kazam o Yulia son algunos de los lugares favoritos de los aficionados al g¨¦nero.
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