La agon¨ªa de la Universidad
Son falsos de toda falsedad los capciosos argumentos con que la C.P. de la junta de gobierno de la Complutense (y me niego a aceptar que un hombre honesto e inteligente como el rector Vian Ortu?o haya le¨ªdo y firmado esta declaraci¨®n) pretende desorientar a la opini¨®n p¨²blica, negando la lastimosa, situaci¨®n de la Universidad Complutense, que el trabajo del que es r¨¦plica la nota citada calificaba muy justamente como ?La agon¨ªa de la Universidad?. Es marcadamente inexacto que no se hayan denunciado a su debido tiempo, tanto desde el ¨¢mbito docente como desde el discente (que es el m¨ªo) las profundas anomal¨ªas y disfuncionalidades de todo tipo, tanto en la infraestructura de organizaci¨®n y funcionamiento general de las facultades como en las mism¨ªsimas funciones docentes y educativas, que se han ido produciendo en los centros de la Complutense.
Como muestra irrebatible de ello, a cuya evidencia nadie en su sano juicio osar¨ªa negarse, est¨¢n las instancias y cartas que he enviado en mi condici¨®n de profesional de la ense?anza b¨¢sica que cursa estudios de licenciatura, como alumno nocturno, en la facultad de Filolog¨ªa de la Complutense, denunciando todo este tinglado de culpables irresponsabilidades de todo tipo, que han venido a sumir en concreto a la facultad de Filolog¨ªa citada, y casi lo mismo podr¨ªa decirse de los restantes establecimientos de Letras, en el desbarajuste, ineptitud, ineficacia e incapacidad m¨¢s absolutas que pudiera imaginarse.
De entre toda mi incesante cr¨ªtica de una serie de hechos, no ya s¨®lo lesivos para la marcha de cualquier empresa y funci¨®n de ense?anza, sino incluso totalmente imposibilitadores de que la misma no devenga, como as¨ª ha sido, por desgracia, la m¨¢s tremenda mofa y caricatura de lo que normalmente tendr¨ªa que ser un centro universitario y una ense?anza ?ad hoc?, env¨ªo fotocopias de algunas de estas comunicaciones e instancias que he ido remitiendo tanto a la secretar¨ªa de la facultad de Filolog¨ªa, como al decano y a diversos profesores, sin que haya recibido respuesta de la Facultad hasta el momento.
Para acabar, se?alar¨¦ que recurrir al argumento ?ad hominem? de los quince a?os ?en que no ha llegado a doctorarse? (probablemente, ni le interesar¨ªa hacerlo), para desautorizar unos asertos que a cualquiera que conozca siquiera de refil¨®n el estado de ruina funcional a que ha llegado la ense?anza en la Universidad le parecer¨¢n superevidentes (para no hablar de esa noticia, de tan p¨¦simo gusto, que ya cae en lo sainetesco, de que, al fin y al cabo, recibe del alma mater el sueldo y la comida gratis, (?ser¨¢ que piensan quit¨¢rsela?), me parece tan caracter¨ªstico de una determinada manera de enfocar las cosas que no es de extra?ar que si con el mismo procedimiento mental han abordado los problemas universitarios, ¨¦stos no hayan hecho sino embrollarse y liarse hasta un extremo que cada d¨ªa se hace m¨¢s dif¨ªcil su soluci¨®n.
Al menos es un consuelo, dentro de lo que cabe, no recibir del presupuesto universitario ese ?sueldo y residencia gratis?, del que tan compungidos, porque lo disfruta el autor de ?La agon¨ªa de la Universidad?, se hallan los ilustres miembros de la C.P. de la junta de gobierno de la Complutense de Madrid.
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