El Mil¨¢n luci¨® ante el Athletic de Bilbao
Habr¨¢ final entre los dos atl¨¦ticos, pero f¨ªnal de consolaci¨®n. El Mil¨¢n, en la segunda semifinal, barri¨® del campo al Athletic de Bilbao. Con un tranquilo siltema defensivo y un f¨²tbol de contraataque, que era un verdadero primor, gan¨® con todo merecimiento, a pesar de que jug¨® durante cuarenta minutos con diez hombres. El resultado final de tres a cero marca la distancia justa que hubo entre uno y otro equipo.La firmeza defensiva es caracter¨ªstica com¨²n de todos los equipos italianos; la soltura de sus contraataques es lo que establece la diferencia de calidad entre unos y otros. El Mil¨¢n, ante el Athletic, hizo una verdadera exhibici¨®n en este aspecto. Con Rivera en una zona de media punta, jugando a su capricho, sin esfuerzo ni sacrificio alguno, pero con. la misma impresionante calidad de siempre y un mando absoluto sobre sus compa?eros, el equipo italiano desarroll¨® cuantas veces lo intent¨® la defensa del Athletic, un tanto feble en esta ocasi¨®n por el desastroso momento de juego que mostr¨® su l¨ªbero, Alexanco.
Dej¨® el Mil¨¢n en punta ¨²nicamente dos hombres: Bigon, en el centro, y Tosetto, oscilando de una a otra banda. Poco m¨¢s atr¨¢s que ellos, Rivera era el eje por el que pasaba todo el juego del Mil¨¢n, que se ve¨ªa enriquecido por la precisi¨®n de su toque y su profunda concepci¨®n del juego. Capello -a medio tono-, Maldera y Buriani -sacrificad¨ªsimos los dos- colaboraban a armar el equipo en la media. Atr¨¢s, Morini, Bet y Sabadini eran los marcadores, y Turone quedaba como l¨ªbero. Todos ellos desde el primero al ¨²ltimo, con carta libre para abandonar su posici¨®n cuando era preciso, y con una evidente claridad de ideas para descubrir cu¨¢l era el mejor momento para hacerlo. Rocco, entrenador del Mil¨¢n, ha establecido un sistema de relevos que sus hombres interpretan a la prefecci¨®n, y eso hace que el equipo sepa crear espacios libres en el esquema del contrario y aprovecharlos.
El Athletic no fue capaz en todo el partido de hacer otra cosa que prestarse involuntariamente al juego del Mil¨¢n; cay¨® en sus trampas posicionales, fue f¨¢cil presa de inteligent¨ªsimos contraataques. Voluntad no le falt¨®: presion¨® y corri¨® en todas las zonas, pero no pudo forzar seriamente la defensiva italiana y qued¨® destapadisimo en los contraataques.
Tras el descanso, al que se lleg¨® con dos a cero para el Mil¨¢n -que estrell¨® en el palo la primera de sus oportunidades-, Aguirre decidi¨® jugar una carta distinta: sac¨® a Aitor por Dani. Con Aitor y Carlos en el campo, el Athletic trat¨® de buscar el gol ¨²nicamente a trav¨¦s del centro bombeando, y el cabezazo o el foll¨®n en el ¨¢rea. Comoquiera que a los cinco minutos de juego de esta segunda mitad, Morini -un dur¨ªsimo lateral- forzaba de forma est¨²pida e involuntaria su expulsi¨®n, hubo esperanzas de que el Athletic, a base de coraz¨®n, empuje y balones altos diera la vuelta al partido. Pero el Mil¨¢n no se inmut¨®, Rest¨® un hombre de la media -Madera- para carcar a Rojo I y se encerr¨® en su ¨¢rea. Albertosi, con excelentes salidas, y sus compa?eros de la defensa trabajaron algo m¨¢s que en el primer tiempo, pero no pasaron por ello mayores apuros. Toda la presi¨®n del Athletic no dio como fruto m¨¢s que dos bonitas paradas del meta italiano. Por lo que respecta al contraataque, fue menos frecuente pero igualmente peligroso que en la primera mitad. Rivera fall¨® un gol incre¨ªble, Bigon y Tosetto -¨¦ste se luci¨® en preciosas galopadas- rozaron tambi¨¦n el tanto, y, finalmente, Rivera conseguir¨ªa, al filo del final y a trav¨¦s de un justo penalti, aumentar el tanteo para establecer una distancia m¨¢s justa. Final extranjera, pues, y bien que se lo han ganado los finalistas.
La finales, hoy
Esta noche, a las nueve, se enfrentar¨¢n el Atl¨¦tico de Madrid y el Athletic de Bilbao en final de consolaci¨®n. A las once, el Mil¨¢n y el Am¨¦rica se disputar¨¢n el t¨ªtulo.
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