Saeco y Vanzetti, una rehabilitaci¨®n con medio siglo de retraso
En el cincuenta aniversario de la ejecuci¨®n de los anarquistas de origen italiano, Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, todav¨ªa persisten las dudas y las pasiones siguen enardecidas: ?fueron criminales o m¨¢rtires?El actual gobernador del Estado de Massachusets, Michael Dukakis, reconoci¨® y proclam¨® el mes pasado que el juicio en que se les conden¨® no fue ?justo ni equitativo por haberse desarrollado en un ambiente de perjuicio contra, los trabajadores extranjeros y por la conducta de algunos funcionarios que intervinieron en el caso y que carec¨ªan totalmente de parcialidad?. El documento firmado por el gobernador el 19 de julio de este ano no levanta la condena a los dos anarquista al referir: ?No pretendemos determinar si fueron culpables o inocentes, pero s¨ª recordar a la gente civilizada la constante necesidad de estar en guardia contra nuestros prejuicios, nuestra intolerancia y nuestros fracasos en la defensa de los derechos d¨¦ las personas.? Finalmente el documento declara el d¨ªa 23 de agosto de este a?o 1977, D¨ªa del recuerdo de Sacco, y Vanzetti.
Esta proclamaci¨®n ha levantado gran oposici¨®n, como si el juicio se hubiera celebrado hace unos d¨ªas. La publicaci¨®n de varios libros sobre el caso ha contribuido a hacer de este un tema de actualidad.
Cuando Sacco y Vanzetti emigraron de1talia, en 1908, no parec¨ªan destinados a la inmortalidad. Trabajaron en lo que pudieron y en lo que les dejaron. Sacco termin¨® siendo zapatero y Vanzetti hizo de todo hasta acabar como vendedor ambulante de pescado. Durante la primera guerra mundial huyeron a M¨¦xico, ya que se opon¨ªan a participar en ella.
Campa?a de deportaci¨®n
En los a?os 1919 y 1920, el Departamento de Justicia norteamericano emprendi¨® una campa?a de deportaci¨®n en mas a de todos los extranjeros sospechosos de realizar actividades extremistas. Tambi¨¦n fueron detenidas miles de personas acusadas de participar en reuniones p¨²blicas no autorizadas. Est¨¦ era el ambiente cuando los dos italianos fueron acusados, m¨¢s que por pruebas, por su condici¨®n de extranjeros, radicales y anarquistas.En diciembre de 1919, hubo un intento fallido de robo en Bridgewater, cerca de Beiston y tambi¨¦n cerca de esta ciudad, en South Braintree el 15 de abril de 1920, un cajero y un guardia de una f¨¢brica fueron acribillados a balazos por cinco individuos que les robaron 15.000 d¨®lares. El jefe de polic¨ªa de Bridgewater recuerda que un confidente le asegur¨® que ambos sucesos hab¨ªan sido ejecutados por anarquistas italianos. Veinte d¨ªas m¨¢s tarde Sacco y Vanzetti fueron detenidos y acusados, en principio , de tenencia ilegal de armas. Los interrogatorios de la polic¨ªa se concentraron en sus convicciones pol¨ªticas. Testigos que hab¨ªan presenciado el intento de robo en Bridgewater, descartaron a Sacco como uno de los participantes. Vanzetti, a pesar de tener una coartada fue juzgado y condenado de doce a quince a?os de c¨¢rcel por asalto con intento de robo. Al poco tiempo los verdaderos asaltantes de Bridgewater se declaraban culpables del delito. La justicia americana hab¨ªa cometido su primer fallo
Siete semanas
El juicio contra los anarquistas por los asesinatos de South Braintree empez¨® el 31 de mayo de 1921. Durante siete semanas en una sala abarrotada, la defensa y el fiscal del distrito presentaron testimonios sobre los acusados y pruebas bal¨ªsticas completamente contradictorias. Ambos admitieron que hab¨ªan mentido durante el interrogatorio pues estaban convencidos de que estaban detenidos por anarquistas y deseaban proteger a sus camaradas. En junio de 1921, un ano despu¨¦s de cometido el delito, fueron condenados a la pena capital. Durante los seis a?os siguientes, el abogado defensor apel¨® en repetidas ocasiones y solicit¨® ocho veces que se anulara el juicio, alegando numerosas irregularidades.En 1925 un puertorrique?o llamado Celestino F. Madeiros se confes¨® autor del delito, al mismo tiempo que negaba la participaci¨®n de Sacco y Vanzetti en el mismo. Esta confesi¨®n ni siquiera se tuvo en cuenta. Pese a las postergaciones, recursos, peticiones y suspensiones solicitadas por la defensa y a la tenaz acci¨®n que desarroll¨® el Comit¨¦ pro Sacco y Vanzetti, la sentencia se mantuvo Personalidades como Einstein, Roman Rolland, la condesa de Noailles y Miguel Unamuno firmaron peticiones de clemencia. El caso ocasion¨® que la gente se manifestara p¨²blicamente pidiendo una revisi¨®n de lo que se consideraba una verdadera farsa en vez de un juicio, donde los testigos se hab¨ªan contradecido, las coartadas se hab¨ªan ignorado, las pruebas bal¨ªsticas no probaban nada concreto y por medio de chantaje coacciones y presiones se hab¨ªa impedido declarar a varios testigos de la defensa.
Despu¨¦s de ser deso¨ªdas toda las peticiones se fij¨® la fecha en que deb¨ªan ser electrocutados: el 10 de julio. Vanzetti solicit¨® el perd¨®n al gobernador del Estado, Fuller, petici¨®n que fue denegada. Sesenta y un profesores de leyes solicitaron que se nombrara un comit¨¦, para revisar el caso. El gobernador seleccion¨® al presidente de la Universidad de Harvard y al presiden te del Instituto de Tecnolog¨ªa de Massachusetts para presidir dicho comit¨¦.
El 27 de julio el veredicto fue ratificado por este comit¨¦. La defensa trat¨® de aplazar la sentencia pero fracas¨® nuevamente. En el tr¨¢gico amanecer del 23 de agosto de 1927, un d¨ªa c¨¢lido y angustioso, fueron electrocutados.
Una enorme multitud sigui¨® a pie los coches f¨²nebres hasta el cementerio de Forest Hills, donde lo cad¨¢veres fueron incinerados y sus cenizas repartidas entre los familiares.
La viuda del abogado defensor, que particip¨® activamente en el caso recuerda la confesi¨®n de Madeiros: ?Fue incre¨ªble, mi marido investig¨® sobre esta confesi¨®n sin ninguna esperanza, pero lo asombroso es que todo coincid¨ªa perfectamente. La banda de Moreli, a la que pertenec¨ªa Madeiros, hab¨ªa sido vista en la escena del crimen a pesar. de que eran profesionales y sab¨ªan c¨®mo encubrirse.? Meses despu¨¦s de las ejecuciones, esta banda se adjudicaba los asesinatos de South Baintree al mismo tiempo que una revista de Nueva York llamada Outlook revelaba con toda clase de pruebas documentos la inocencia de Sacco y Vanzetti. James Meda, jefe de una banda de atracadores declar¨® que Vanzetti no ten¨ªa nada que ver en ¨¦l y que ¨¦l mismo hab¨ªa organizado el intento de atraco. Sin embargo, las peticiones de revisi¨®n del proceso fueron desatendidas.
La hermana de Vanzetti, Vincenzina vive en Cuneo, Italia. All¨ª recibi¨® una traducci¨®n de la pro clamaci¨®n del gobernador de Massachusetts. ?He vivido durante a?os con la esperanza de que alg¨²n d¨ªa se hiciera justicia?, escribi¨® al gobernador Dukakis. ?Se- lo agradezco no solamente en mi nombre .sino tambi¨¦n en el de Italia y en el de las personas que en todo el mundo han estado luchando por esta causa. ?
El senador por Massachussetts, David H. Locke, ha propuesto una resoluci¨®n condenatoria a la proclamaci¨®n de Dukakis, ?por haber puesto en entredicho la parcialidad del jurado, del juez y de los tribunales americanos ?. Despu¨¦s de leer la proclamaci¨®n del gobernador parece que Sacco y Vanzetti fueron acorralados y linchados por una multitud? dice Locke. ?Creo que tuvieron un juicio con todas las garant¨ªas, con m¨¢s garant¨ªas que cualquier otro criminal, dada la publicidad del caso. ?
En diciembre de este a?o la Universidad de Harvard abrir¨¢ un sobre sellado durante cincuenta a?os sobre la revisi¨®n del caso. Entonces se ver¨¢ si Locke tiene raz¨®n o no.
El caso puede calificarse de ?asesinato legal? y esta rehabilitaci¨®n ha llegado demasiado tarde.
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