M¨¢s de cinco mil millones, presupuesto de los clubs de Primera y Segunda Divisi¨®n
El poderoso mundo del f¨²tbol de competici¨®n se pone en marcha con el inicio del campeonato de Liga. Los 5.000 millones largos que supone la suma de los presupuestos de todos los clubs de Primera y Segunda Divisi¨®n no ser¨¢ m¨¢s que una parte del dinero producido por y para el f¨²tbol. Las quinielas, que la temporada ¨²ltima arrojaron una recaudaci¨®n de m¨¢s de 20.000 millones, multiplican la cantidad. En torno a estos temas, Alfredo Rela?o ha preparado el siguiente reportaje.
El campeonato de Liga se pone en marcha hoy. Los campos abren sus puertas para que el aficionado, previo pago religioso de la entrada acuda a su espect¨¢culo favorito. Las vallas, que este a?o enjaulan al espectador no ser¨¢n motivo para que ¨¦ste se sienta ofendido. Sin duda, el n¨²mero de aficionados no va a disminuir por ello. Al menos eso es lo que han pensado los responsables de los clubs, que han aumentado globalmente sus presupuestos en m¨¢s de un 20%. La suma de presupuestos de los clubs de Primera, que el a?o pasado ascendi¨® a los 3.034 millones, llega esta temporada a los 3.672. En Segunda, el aumento es similar, y la suma total de presupuestos entre las dos categor¨ªas rebasa los 5.000 millones.Cierto es que de septiembre del a?o pasado a estas fechas, el ¨ªndice de vida ha subido algo m¨¢s que ese 20%, pero hay que consignar que ese peque?o apunte de austeridad del f¨²tbol no se debe al temor de una menor afluencia de espectadores, sino al hecho de que los deudores aprietan. El f¨²tbol, durante muchos a?os, ha pretendido estirar el brazo m¨¢s que la manga y ha soportado sus derroches a fuerza de cr¨¦ditos. Pero la aparente prosperidad de a?os pasados ha dado lugar a una situaci¨®n econ¨®mica dif¨ªcil, y el f¨²tbol se ve ahora obligado a saldar sus deudas. El caso del Barcelona, que arrastra una deuda de quinientos millones -trescientos de los cuales ha de pagar de forma inmediata- es significativo y dista mucho de ser el ¨²nico. Pocos son los clubs que no se encuentran en situaci¨®n parecida.
Espect¨¢culo caro
Y es que durante a?os los clubs se han olvidado de las cuentas a la hora de encarar sus posibilidades deportivas. La competencia en los despachos ha sido tan briosa como la que se produce sobre los terrenos de juego, y las gerencias se han echado al fichaje caro sin pararse a meditar; el deseo de compra encareci¨® poco a poco el mercado, y hoy no hay centrocampista m¨¢s o menos apa?ado que no salga por m¨¢s de quince millones; si se trata de un goleador, la cantidad es muy superior. Y si trae apellido extranjero la tarifa es doble. Durante a?os, la competencia entre compradores ha encarecido los mercados.Tambi¨¦n las fichas de los jugadores han experimentado un notable aumento. Los extranjeros llegan siempre ganando mucho m¨¢s que los locales, porque si no es al olor del dinero, ?a qu¨¦ iban a venir? Los nacionales comparan su juego con el del for¨¢neo, despu¨¦s comparan la paga y, al ver que no les salen las cuentas, suben a la gerencia a pedir aumento. Dejando aparte el caso de Cruyff -que se calcula se acerca a los setenta millones esta temporada- puede decirse que son muchos los jugadores extranjeros que salen a m¨¢s de cinco millones por a?o, y bastantes tambi¨¦n los nacionales que suben de los tres o los cuatro. En general, un jugador que gana un mill¨®n de pesetas en Primera Divisi¨®n es un modesto mal pagado.
Todo ello ha ido encareciendo el espect¨¢culo. Hoy una buena tribuna en la que se pueda ver el partido c¨®modamente sentado ya salvo de la lluvia sale por ochocientas o mil pesetas, seg¨²n el d¨ªa. Ver un partido de pie, sin m¨¢s techo que el cielo y en cualquier rinc¨®n del campo es algo ya muy dif¨ªcil de conseguir por menos de doscientas pesetas si se trata de la Primera Divisi¨®n. Los socios, las personas que pagan con una cuota anual el derecho a acudir a todos los encuentros -salvo los de jornada econ¨®mica-, no salen mucho mejor. Hay clubs que ya cobran al socio cuatrocientas pesetas por mes, y muy pocos son los que bajan de las 250.
Las quinielas, pan de todos los deportes
El f¨²tbol, es cosa sabida, se desmadr¨® hace tiempo, y si se ha consentido que llegue a su estado actual ha sido, sin duda, porque las apuestas a que da lugar, las quinielas, dejan unos fenomenales beneficios. Todo lo que sirva para crear mayor atracci¨®n en tomo al f¨²tbol, para dar lugar a discusiones, para atraer a gente hacia los campos, es bueno tambi¨¦n para invitar al ciudadano a jugarse cantidades m¨¢s o menos modestas en las quinielas. La columna sale a 7,50 pesetas. Con dos columnas -apuesta minima- se pueden ganar tantos millones como gan¨® Gabino en su d¨ªa.El sencillo juego sirvi¨® para recaudar durante la temporada ¨²ltima m¨¢s de 20.000 millones, de los que el 55% se dedicaron a premios. Para la Delegaci¨®n Nacional de Deportes va el 22%, y eso supuso el a?o pasado m¨¢s de 4.600 millones. S¨®lo el 12% de esta cantidad retorna al f¨²tbol. En Espa?a, la pr¨¢ctica de cualquier deporte se ha montado sobre el inter¨¦s p¨²blico por el f¨²tbol. Sin ello habr¨ªa que buscar otra forma de recaudar el dinero necesario para mantener la exigua pr¨¢ctica deportiva del pa¨ªs. Y no s¨®lo eso. A¨²n queda un 11% que va a las diputaciones provinciales. Ese 11% signific¨® el a?o pasado m¨¢s de 2.200 millones. El restante 12% queda para los gastos de mantenimiento del tinglado y sirve para dar de comer a muchas familias.
El f¨²tbol sigue adelante, arrastrando millones y arrastrado por ellos. Sus pecados -presupuestos imposibles, falta de legislaci¨®n laboral ser¨ªa para el jugador, ausencia de control de precios, irregularidades administrativas de todo orden...- son contemplados con indulgencia, tanto a nivel popular como oficial. El espect¨¢culo gusta, y los miles de millones que las quinielas proporcionan y que sirven para mantener todo el deporte nacional y para poner no pocos parches en las diputaciones provinciales ser¨ªan muy dif¨ªciles de buscar por otro lado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.